¿Fue
esta escuela de “chauffeurs de Barcelona la primera autoescuela de España?
En el primer tercio
del siglo XX, el automóvil en España no había alcanzado la dimensión de otros países vecinos, ni
desde el punto de vista de la producción ni por
el número de automóviles matriculados. Estaba por debajo de Francia, Inglaterra,
Italia o Alemania.
En Barcelona, en esa época,
tener un automóvil era un signo de distinción y de buena posición social y
económica. Lo mismo ocurría en el resto
de España. Los bajos
niveles de renta y el elevado precio de los vehículos hacían del nuevo medio
de transporte un objeto de lujo reservado a una minoría.
Los artículos que se escribían en publicaciones de aquella época hacían
referencia a los nuevos automóviles que llegaban a España, a las últimas innovaciones
que les aplicaban, al desarrollo y resultados de las carreras automovilísticas
y a todo tipo de eventos que se llevaban
a cabo y que daban cabida al automóvil.
Cada
año se incrementaba el número de automóviles y de automovilistas. Cada día que pasaba
aumentaba el número de aficionados a este medio de locomoción. Aunque el
automóvil era prohibitivo para la mayoría de ciudadanos de aquella época, éstos
demandaban información concreta y específica sobre el mismo. Surgían nuevos
modelos de vehículos, se producían importantes avances mecánicos y técnicos, se
celebraban exposiciones y salones, se organizaban pruebas automovilísticas
en distintas ciudades y puntos de la geografía española y se batían nuevos récords velocidad. La gente deseaba
tener la máxima información posible de
las novedades y acontecimientos relacionados con el automóvil, así como otras
cuestiones relacionadas con el estado de las carreteras, las nuevas leyes y
ordenanzas que se promulgaban, etc. El público español mostraba una gran
afición por todo aquello que tenía algo que ver con el
automóvil. Fue una constante desde el momento que hizo acto de presencia por primera vez
en las calles y carreteras españolas. Pero, en honor a la verdad, hay que decir
que también tuvo sus detractores, aquí en España y allá donde aparecía por vez
primera.
A causa
de dicha afición empezaron a surgir diferentes establecimientos
comerciales e industriales en torno al automóvil. Se crearon los primeros
concesionarios, los primeros garajes, las primeras publicaciones y las primeras
escuelas de “chauffeurs”.
Aquel establecimiento donde se aprendía el manejo de un automóvil y el funcionamiento de su motor se
denominaba, a principio del siglo XX, "Escuela de Chauffeurs”. Aquellas escuelas
que se dedicaron a enseñar a las personas que querían ser “chauffeurs”
surgieron en la ciudad de Barcelona hace más de un siglo. Fueron el resultado de la iniciativa personal de
algunos barceloneses con visión de futuro.
En principio no existía una normativa
específica para abrir este tipo de centro. Las escuelas que existieron en la primera
década del siglo pasado estaban
muy relacionadas con garajes y ventas de automóviles.
El primer barcelonés que se relaciona a este tipo de establecimiento fue Paco
Abadal. Según su partida de nacimiento, viene al mundo, en Manresa, el 28 de Julio de 1875. Era hijo de Narciso Serramalera
Camps y de Dolors Abadal Cots. Sus padres se trasladan a Barcelona, donde llegan
a residir en diferentes domicilios. Estudia Ingeniería y, en su juventud, se
interesa por el ciclismo, llegando a ser un ciclista profesional de reconocido
prestigio. Pronto se convierte en un renombrado "chauffeur".
Francisco S. Abadal fue uno
de los primeros industriales que, en la Barcelona de principios del siglo XX,
se dedicó al comercio e industria del automóvil, actividad que inició como
razón social con el nombre de F. S. Abadal & Cº con establecimiento
radicado en la calle Aragón, 239 al 245 de Barcelona, más conocido por Auto Garaje Central, concesionario de La
Hispano-Suiza S.A.
En el verano de 1906, en el Mundo Deportivo, se publica como noticia que F.S. Abadal ha decidido
crear en Barcelona una "Escuela de Chauffeurs”. La dirigirá él y la función
docente estará a cargo de dos profesores. En ella se enseñará el
manejo, conservación y arreglo del automóvil.
Esta noticia nos hace
pensar que la "Escuela de Chauffeurs” del señor Abadal es la primera
autoescuela de Barcelona y muy posiblemente de España.
Uno de los profesores fue un joven francés llamado Derny, nacido en Paris y afincado en Barcelona.
Coincidía en aficiones con Abadal. Participó en gran número de carreras
ciclistas, motociclistas y automovilistas. En Barcelona alcanzó fama de ser uno
de los mejores “chauffeurs” del momento por lo que el Sr. Abadal lo fichó como
profesor para su escuela.
Como consecuencia de esta
noticia, muchos lectores del Mundo Deportivo se dirigieron a este medio
pidiendo detalles de la “Escuela de Chauffeurs””. La enseñanza que se daba era
teórica y práctica; la práctica se hacía en un coche de 4 cilindros destinado
exclusivamente a ello y provisto de doble alumage (que no doble mando). Se
informaba que el coste de la enseñanza era de 200 pesetas. No crean, pero… era un precio altísimo para aquella época.
Por aquel tiempo en el que
se atisba una considerable demanda de “chauffeurs”, Pompeyo Martín escribe un
libro con el título de “Manual del
Chauffeur” con nociones teóricas y prácticas de automovilismo. Se publicitaba
en la prensa como indispensable para los que guiaban automóviles. Contenía
explicaciones sencillas y claras, ochenta y ocho grabados descriptivos y se
publicitaba diciendo que estaba impreso
esmeradamente y, por supuesto, encuadernadas sus 295 páginas. Su precio era de
3 pesetas.
Durante el año 1907 aparece en el Mundo Deportivo un goteo de noticias sobre la mencionada Escuela
de “chauffeurs” del Sr. Abadal. Su escuela debió ser un gran acontecimiento
social en la Ciudad Condal. La prueba era las notas que aparecían en la prensa
de de aquellos días:
“La escuela de de chauffeurs, creada por el amigo Paco Abadal, continua
viéndose muy concurrida; sólo en la pasada semana se dieron de alta a cinco
nuevos chauffeurs, a cada uno de los cuales se le ha librado el oportuno
certificado de aptitud.” (Mundo Deportivo. 1907)
“Cada día es mayor el número de alumnos que concurren a la Escuela de
Chauffeurs establecida en el Garage Abadal y Cª, habiendo sido examinado y
aprobado por el ingeniero de la División de f.c. D. Alejandro de Madrid Dávila,
el alumno de dicha escuela D. Jesús González.”. (Mundo Deportivo. 1907)
Con muy poca diferencia de tiempo se creaba en Madrid una escuela de “chauffeurs” dentro de la de Artes e Industrias. Ésta parece que tuvo un carácter más institucional y público que la de Barcelona. La Dirección pidió un crédito para los gastos de instalación. El ministro de Instrucción Pública del momento intercedió para que, como proyecto de inversión, le fuera concedida la cantidad de 20.000 pesetas para su puesta en marcha.
Corría el año 1906. Las autoescuelas españolas comenzaban
su andadura. Habían escrito la primera página de su particular historia.
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