jueves, 6 de febrero de 2014

LA PRIMERA AUTOESCUELA EN ESPAÑA

¿Fue esta escuela de “chauffeurs de Barcelona la primera autoescuela de España?

En el primer tercio del siglo XX, el automóvil en España no había alcanzado la dimensión de otros países vecinos, ni desde el punto de vista de la producción ni por  el número de automóviles matriculados. Estaba por debajo  de  Francia, Inglaterra, Italia o Alemania.

En Barcelona, en esa época, tener un automóvil era un signo de distinción y de buena posición social y económica. Lo mismo   ocurría en el resto de España. Los bajos niveles de renta y el elevado precio de los vehículos hacían del nuevo medio de transporte un objeto de lujo reservado a una minoría.


Los artículos que se escribían en publicaciones de aquella época hacían referencia a los nuevos automóviles que llegaban a España, a las últimas innovaciones que les aplicaban, al desarrollo y resultados de las carreras automovilísticas y  a todo tipo de eventos que se llevaban a cabo  y que daban cabida al automóvil.

Cada año se incrementaba el número de automóviles y de automovilistas. Cada día que pasaba aumentaba el número de aficionados a este medio de locomoción. Aunque el automóvil era prohibitivo para la mayoría de ciudadanos de aquella época, éstos demandaban información concreta y específica sobre el mismo. Surgían nuevos modelos de vehículos, se producían importantes avances mecánicos y técnicos, se celebraban exposiciones y salones, se organizaban   pruebas automovilísticas en distintas ciudades y puntos de la geografía española y  se batían nuevos récords velocidad. La gente deseaba tener  la máxima información posible de las novedades y acontecimientos relacionados con el automóvil, así como otras cuestiones relacionadas con el estado de las carreteras, las nuevas leyes y ordenanzas que se promulgaban, etc. El público español mostraba una gran afición  por todo aquello que tenía algo que ver con el automóvil. Fue una constante desde el momento que hizo acto de presencia por primera vez en las calles y carreteras españolas. Pero, en honor a la verdad, hay que decir que también tuvo sus detractores, aquí en España y allá donde aparecía por vez primera.
   


 A causa  de dicha afición empezaron a surgir diferentes establecimientos comerciales e industriales en torno al automóvil. Se crearon los primeros concesionarios, los primeros garajes, las primeras publicaciones y las primeras escuelas  de “chauffeurs”. 

Aquel establecimiento donde se aprendía el manejo de un automóvil y el funcionamiento de su motor se denominaba, a principio del siglo XX, "Escuela de Chauffeurs”. Aquellas escuelas que se dedicaron a enseñar a las personas que querían ser “chauffeurs” surgieron en la ciudad de Barcelona hace más de un siglo. Fueron  el resultado de la iniciativa personal de algunos barceloneses con visión de futuro.

En principio no existía una normativa específica para abrir este tipo de centro. Las escuelas que existieron en la primera década del siglo pasado estaban muy relacionadas con garajes y ventas de automóviles.

El primer barcelonés  que se relaciona  a este tipo de establecimiento fue Paco Abadal. Según su partida de nacimiento, viene al mundo, en Manresa, el 28 de Julio de 1875. Era hijo de Narciso Serramalera Camps y de Dolors Abadal Cots. Sus padres se trasladan a Barcelona, donde llegan a residir en diferentes domicilios. Estudia Ingeniería y, en su juventud, se interesa por el ciclismo, llegando a ser un ciclista profesional de reconocido prestigio. Pronto se convierte en un renombrado "chauffeur".

Francisco S. Abadal fue uno de los primeros industriales que, en la Barcelona de principios del siglo XX, se dedicó al comercio e industria del automóvil, actividad que inició como razón social con el nombre de F. S. Abadal & Cº con establecimiento radicado en la calle Aragón, 239 al 245 de Barcelona, más conocido por  Auto Garaje Central, concesionario de La Hispano-Suiza S.A.

En el verano  de 1906, en el Mundo Deportivo, se publica como noticia que F.S. Abadal  ha decidido crear en Barcelona una "Escuela de Chauffeurs”. La dirigirá él y la función docente estará a cargo de dos profesores. En ella se enseñará el manejo, conservación y arreglo del automóvil.

Esta noticia nos hace pensar que la "Escuela de Chauffeurs” del señor Abadal es la primera autoescuela de Barcelona y muy posiblemente de España.

Uno de los profesores fue un joven francés llamado Derny, nacido en Paris y afincado en Barcelona. Coincidía en aficiones con Abadal. Participó en gran número de carreras ciclistas, motociclistas y automovilistas. En Barcelona alcanzó fama de ser uno de los mejores “chauffeurs” del momento por lo que el Sr. Abadal lo fichó como profesor para su escuela.

Como consecuencia de esta noticia, muchos lectores del Mundo Deportivo se dirigieron a este medio pidiendo detalles de la “Escuela de  Chauffeurs””. La enseñanza que se daba era teórica y práctica; la práctica se hacía en un coche de 4 cilindros destinado exclusivamente a ello y provisto de doble alumage (que no doble mando). Se informaba que el coste de la enseñanza era de 200 pesetas. No crean, pero… era un precio altísimo para aquella época.

Por aquel tiempo en el que se atisba una considerable demanda de “chauffeurs”, Pompeyo Martín escribe un libro con el título de  “Manual del Chauffeur” con nociones teóricas y prácticas de automovilismo. Se publicitaba en la prensa como indispensable para los que guiaban automóviles. Contenía explicaciones sencillas y claras, ochenta y ocho grabados descriptivos y se publicitaba diciendo  que estaba impreso esmeradamente y, por supuesto, encuadernadas sus 295 páginas. Su precio era de 3 pesetas.


Durante el año 1907  aparece en el Mundo Deportivo un  goteo de noticias sobre la mencionada Escuela de “chauffeurs” del Sr. Abadal. Su escuela debió ser un gran acontecimiento social en la Ciudad Condal. La prueba era las notas que aparecían en la prensa de de aquellos días:

“La escuela de de chauffeurs, creada por el amigo Paco Abadal, continua viéndose muy concurrida; sólo en la pasada semana se dieron de alta a cinco nuevos chauffeurs, a cada uno de los cuales se le ha librado el oportuno certificado de aptitud.” (Mundo Deportivo. 1907)

“Cada día es mayor el número de alumnos que concurren a la Escuela de Chauffeurs establecida en el Garage Abadal y Cª, habiendo sido examinado y aprobado por el ingeniero de la División de f.c. D. Alejandro de Madrid Dávila, el alumno de dicha escuela D. Jesús González.”. (Mundo Deportivo. 1907)




Con muy poca diferencia de tiempo se creaba en Madrid una escuela de “chauffeurs” dentro de la de Artes e Industrias. Ésta parece que tuvo un carácter más institucional y público que la de Barcelona. La Dirección pidió un crédito para los gastos de instalación. El ministro de Instrucción Pública del momento intercedió para que, como proyecto de inversión,  le fuera concedida la cantidad de 20.000 pesetas para su puesta en marcha.

Corría el año 1906. Las autoescuelas españolas comenzaban su andadura. Habían escrito la primera página de su particular historia.



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