Un joven de 18 años ha
fallecido, el día 6 de septiembre, en un accidente de tráfico durante la
realización del examen de moto en la
carretera que une Canovelles con Granollers en la provincia de Barcelona.
En primer lugar, y desde
este blog, mi más sincero pésame a sus padres y demás familia por esta
irreparable pérdida. En segundo lugar mi apoyo moral al examinador y al profesor
que fueron testigos oculares del fatal siniestro.
Inserto a
continuación un documento que Sebastián
Marín Sánchez, antiguo colega, compañero y amigo, ha hecho público a raíz del susodicho
accidente.
Comparto lo que
expresa en el mismo. Todos los profesionales implicados en la formación de los
jóvenes conductores han de aunar esfuerzos para que un accidente como el que
nos ocupa, sea en estas u otras circunstancias, no vuelvan a ocurrir.
He aquí el escrito de nuestro ex -colega
y ex -compañero:
Muerte de un aspirante al permiso de motocicleta
durante la prueba de circulación
Conducir una motocicleta es una
actividad de alto riesgo sea en condiciones de ocio, de trabajo o, como en este
caso, en situación de examen para la obtención del permiso de conducción. La
muerte de un motorista el pasado 6 de septiembre del 2019, durante la prueba de
circulación en Granollers, es una realidad que nadie, que profese un trabajo
relacionado con la seguridad vial (como es el caso de ser profesor de formación
vial, o funcionario examinador), debería asumir con indiferencia o resignación.
Este suceso, aun siendo extraordinario en situación de examen, debería incentivarnos
para seguir aunando esfuerzos en encontrar el “cómo” reducir la elevada
accidentalidad que sufren los motoristas: exigir a los fabricantes más sistemas
de seguridad activa y pasiva en estos vehículos; requerir a la administración
que optimice las infraestructuras y el mantenimiento de las redes viales;
promover y facilitar la formación inicial y continua de los actores encargados
de la formación y evaluación de preconductores y conductores; investigar sobre
la incidencia del estrés y/o ansiedad en el examen de conducir y el peligro que
supone el que, el profesor no pueda acceder de manera inmediata, a los mandos
de la motocicleta con el fin de salvar una situación grave de peligro, como sí
sucede en la prueba de circulación del permiso B, e incluso de permisos
profesionales como son el de camión o autobús, donde el profesor tiene acceso
directo al doble mando del vehículo. Aun y así, en el más favorable de los
escenarios de tránsito de vehículos, todos estamos expuestos a que suceda lo
irreparable y lo no deseable para nadie. Lo que es obvio es que, durante el
desarrollo de las prácticas y en los exámenes de circulación de motocicleta la
indefensión y desamparo puede llegar a ser grave. Los siniestros de tráfico mal
llamados accidentes, suelen originarse y asociarse a algún factor de riesgo
como: la velocidad, el consumo de alcohol u otras drogas, la distracción, el
cansancio… Conocer las causas nos permite, analizar y extraer conclusiones con
el fin de determinar el por qué y el cómo del suceso. El estudio de cada caso
nos proporciona información valiosa que va a servir para prevenir posibles
sucesos similares y así evitar a posteriori los efectos y las consecuencias de
otros potenciales siniestros. Quien suscribe esta carta abierta no tiene
información suficiente para hacer un análisis ni profundo, ni somero, de lo que
aconteció durante la prueba de circulación que acabó en ese trágico desenlace.
Solo pensar en el profundo dolor por el que estará pasando la familia me hace
sufrir, una perdida así no suele superase nunca y nadie nos prepara para
afrontar la muerte prematura y repentina de un ser querido. Puedo suponer que
ha de ser un momento difícil para el profesor que vivió la situación y en
particular para el funcionario examinador que dirigía la prueba. Sé que lo
sucedido puede alentar a personas sin escrúpulos, de crítica oportunista, fácil
y no constructiva que aprovechen esta desgracia como oportunidad para arremeter
contra el sistema de enseñanza, los exámenes, los recorridos, los examinadores
(sinceramente, pienso que no es el momento). Es evidente que, en la formación
de conductores, tanto los que enseñan como los que evalúan han de hacer
prevalecer la seguridad por delante del proceso de enseñanza-aprendizaje y de
la propia evaluación o examen. También es cierto 2 que en todas las profesiones
se debe velar por evolucionar de manera efectiva y adaptada a los continuos
cambios a los que están sometidas las sociedades actuales. En este caso, aun
desconociendo en profundidad las variables que intervinieron en el suceso,
puedo dar testimonio de un hecho que: por azar, por destino o simplemente por
casualidad presencié durante uno de los exámenes de hace unos meses. El relato
es una muestra de la actitud, en relación a la seguridad, del funcionario que
nos examinó ese día, que es la misma persona que ejercía como examinador en el
fatídico accidente mortal al que hace referencia este escrito.
En
un día lluvioso, antes de iniciar los exámenes de circulación de moto en la zona 6 de Barcelona, el
examinador se acercó a la alumna,
que le esperaba para comenzar la prueba, y con actitud
afable y de buen talante le manifestó textualmente a la aspirante: “Mira
(nombre de la alumna) si tú ves que por las condiciones
climatológicas te sientes insegura, o tienes miedo porque te puedes caer,
porque el suelo está mojado, aplazamos
la prueba de manera que no pierdas la convocatoria, ¿Qué me dices?” Ante el silencio
de la aspirante, siguió diciéndole “Haremos lo que tú me digas, pero quiero que
sepas que por mi parte no hay ningún problema… Vale más aplazar la prueba unos
días a que puedas caerte por culpa del agua… Luego
añadió: “…, o incluso por culpa de otros que quizás no tengan el vehículo en
buen estado” (mientras señalaba los neumáticos desgastados de un coche estacionado).
No quiero que corras el riesgo de
hacerte daño y supongo que tú tampoco quieres ¿Verdad? ¿Qué me dices?”.
Lo cierto es que nuestra alumna
tardó poco en responderle que no había problema, que estaba tranquila y se
sentía segura, por lo que se inició la prueba de circulación desarrollándose
con normalidad, de manera favorable y sin grandes contingencias que comentar.
Aun y así, antes de empezar el examen el examinador le aconsejó que no corriera
y que tuviera especial atención a los charcos y zonas de baja adherencia.
También sé que, a lo largo de la vida, a veces, te encuentras con situaciones
paradójicas de difícil explicación y este caso, desde mi modesta opinión, es
una de ellas. Mi pésame para la familia del alumno que perdió la vida y mi
ánimo para el profesor y el funcionario examinador.
Barcelona 11 de septiembre del 2019
Firmado:
Sebastià Sánchez Marín
Profesor y Director de Autoescola Runner.
Presidente de la Sección de Psicología del
Tránsito y de la Seguridad del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña.
Profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona