De
1960 a 1969
(4ª parte)
Estábamos
en pleno otoño de 1967, y el proyecto de ley por el que se transfiere al Ministerio
de la Gobernación la declaración de aptitudes técnicas para la conducción de
vehículos de tracción mecánica
(exámenes) y la autorización e inspección de las autoescuelas ya había sido
sometido a su aprobación en el pleno de
las Cortes. Faltaba cada dia menos tiempo para que los exámenes de conducir pasaran a ser competencia de la Jefatura
Central de Tráfico.
La transferencia de funciones
sería llevada a cabo del modo más eficaz, según se decía. Y durante un período de
seis meses el Ministerio de Industria,
al que correspondían hasta la fecha del traspaso esta función, prestaría su asesoramiento a la Jefatura
Central de Tráfico, que había de ejercerlas
por medio de sus órganos periféricos, las
Jefaturas Provinciales.
Por
otro lado, y desde meses antes, los
representantes de las autoescuelas venían exigiendo que se modificara aquella
disposición que exigía la posesión del permiso de la clase D +E para poder ejercer como profesor. Pensaban que los profesores, más que ser
profesionales del volante debían ejercer
una misión educativa, función pedagógica
que requiere cierto grado de cultura y de formación específica. El tiempo les
ha dado la razón y ahí está la formación que se exige en la actualidad a los
profesores de Formación Vial.
Hacia el final de la
primavera de 1967 la Jefatura Central de
Tráfico tenia preparada la formación de sus futuros examinadores. Pronto
empezarían a llevarla a cabo en la Escuela
de Automovilismo de Gétafe.
No todos los
funcionarios selecionados para asistir a alguno de aquellos primeros cursos eran titulares de un permiso
de conducir. Tampoco asistió ninguna funcionaria, cosa poco sorprendente por
aquellos años.
Tras aquellos cursos iniciales,
calificados por algunos de los asistentes de paleolíticos, los equipos de examinadores se han venido
ampliando, aunque siempre de manera insuficiente, y quienes han solicitado formar parte de ellos
en los últimos años han tenido que superar cursos duros e intensos, tanto de
selección, como de reciclaje. Aquellos cursos tuvieron lugar en Segovia hasta
1986 y después se pasaron a Móstoles.
En febrero de 1968,
aquellos funcionarios, preparados “ad hoc”,
comenzaron a examinar por toda la geografía española. La prensa se hizo eco de inmediato de la nueva
situación, de sus resultados y de sus efectos y de sus consecuencias.
La
puesta en marcha de los exámenes en las diferentes provincias fue, en principio,
bastante caótica para todos y, en
especial, catastrófica para los
examinandos.
Las
autoescuelas de Murcia decidieron, como
protesta por los cambios, no presentar a ningún alumno a las pruebas el día 1
de febrero de 1968.
En
Oviedo estuvieron tres días sin examinar en protesta por la forma de llevar a
cabo los exámenes prácticos. La prensa manifestaba: (…) Desde que estos exámenes han pasado a depender directamente de la Jefatura
de Tráfico el tanto por ciento de suspensos se ha elevado considerablemente en
Oviedo.
En Bilbao, el primer día
de exámenes fueron suspendidos la mayor parte de los aspirantes, aunque no se
llegó al extremo de lo ocurrido en Logroño donde no aprobó ninguno de los que se presentaron.
En Bilbao, la media de
alumnos presentados venía siendo de 140 por día, aprobando unos 130. El primer
día que examinaron los funcionarios de Tráfico solo se presentaron 17 a la
prueba teórica y 26 a la práctica. El examen total sólo lo superaron 5.
En Barcelona no fueron las cosas mucho mejor. Aquel dia 1 de
febrero de 1968, dia lluvioso y desapacible, los funcionarios examinadores
hicieron acto de presencia en la montaña de Montjuic, donde estaban ubicadas las
pistas de examen. Allí comenzaron su
nueva función: declarar apto o no apto a cualquier aspirante al permiso de
conducir. Aquella mañana aprobaron un 24% de lo presentados, porcentaje bastante bajo
comparado con el de los anteriores examinadores de Industria.
Los suspensos en los exámenes
de conducir casi estaban creando “alarma social” y, así las cosas, la Jefatura
Central de Tráfico decide informar a través de la prensa de los resultados de
las pruebas en algunas provincias.
Los aprobados dicen que están
entre un veinticinco y un treinta por
ciento de los presentados en las diferentes provincias. En las de Madrid, Barcelona, Cáceres, Orense, Girona y
Palma de Mallorca, el numero de convocados a examen desde el día 1 al día 6 de
febrero fue de 3.454 aspirantes, de los
que solamente 888 obtuvieron el permiso, lo que supone un 25,7 por ciento de
aprobados.
(Continuará…)