domingo, 26 de noviembre de 2017

ENTRE TODOS LA MATARON Y ELLA SOLA SE MURIÓ

El conflicto laboral más extenso en el tiempo de un sector en España está lejos de solventarse (al menos mientras escribo este post). Parece que no se vislumbra la salida de ese túnel tan larguísimo en el que ha entrado.

La DGT indica en una nota de prensa que se decretará el 50%  de servicios mínimos en todas las jefaturas de tráfico a partir del 1 de diciembre.



El Comité de Huelga publica un comunicado, fotocopia de la nómina de un examinador incluida,  en el que saca, cuanto menos, los colores al Director de Tráfico y a sus más inmediatos colaboradores en este conflicto.

“Un gestor público — dice el comunicado — no debe mentir ni engañar, el Sr. Serrano bien lo sabe por lo sucedido nada más tomar posesión del cargo de director, pero si lo hace por desconocimiento, algo que no descartamos, es también muy grave y no debería estar en su puesto ni un minuto más”.

“Durante estos 5 meses de huelga — sigue diciendo —, el comité ha formulado 4 propuestas por escrito y la DGT una verbal que el colectivo votó un “no” rotundo. (…) Un director que se precie, ante la grave crisis con una huelga de más de cinco meses, no debería levantarse de la mesa de negociación hasta conseguir una solución para los ciudadanos y sus funcionarios,(…)”.

Supongo que en la solución para los ciudadanos están incluidas las autoescuelas, ¿o no?, ¿y por qué no se mencionan de manera explicita?

“Este comité — acaba diciendo el comunicado — exige negociar con gestores que sean capaces de resolver este conflicto y no con aquellos que solo saben agravarlo”.




En este conflicto, entre DGT y examinadores, pierden todos los afectados, menos la DGT, pero quien más está perdiendo es la autoescuela. Para muchas el daño ocasionado ya será irreversible

Los aspirantes en estos momentos al permiso solo tienen que tener algo más de paciencia, pero acabarán obteniéndolo. El retraso siempre será un mal menor, salvo para aquellos que no hayan podido optar a un puesto de trabajo. Los examinadores perderán parte de su salario, pero nunca el puesto de trabajo. Otro mal menor. Pero… y la autoescuela, ¿qué pierde?

Sin lugar a dudas, la parte que más pierde es la autoescuela. La prueba es que algunas han cerrado, han muerto de inanición. Otras se están debilitando tanto que de no solventarse pronto el conflicto acabarán corriendo la misma suerte. Y las que queden arrastraran las pérdidas durante mucho tiempo.

Ya lo ha advertido el portavoz socialista en materia de Seguridad Vial, Pablo Bellido, esta huelga está arruinando a las autoescuelas y fastidiando a 140.000 aspirantes que no han podido examinarse. "Resolver el problema, pues, cuesta una cuarta parte de lo que ya le ha costado en ingresos por tasas al Estado", ha indicado el Sr. Bellido.

Según cálculos del PSOE, las autoescuelas han acumulado unas pérdidas de unos 30 millones de euros y el Estado ha dejado de recaudar unos 15 millones de euros.

Y mientras la situación económica de las autoescuelas se agrava por días, me llegan noticias de que un Vicepresidente de CNAE, que al igual que el presidente, se está eternizando en el cargo, se ha desplazado, junto con el Gerente, a Bogotá (Colombia) con el fin de explorar las posibilidades de invertir en Centros Privados de Exámenes de este lejano pais. Parece ser que hoy por hoy, Bogotá  es una de las ciudades más competitivas para hacer negocios en América Latina.


La inversión estaría por encima de los doscientos millones de las antiguas pesetas. Inversión nada desdeñable  en un país donde el salario mínimo del personal no cualificado está en una horquilla de 210 a 220 euros aproximadamente y el del personal  cualificado (administrativos) viene a ser de 350 euros. Y a eso bajos salarios hay que añadir un costo social, también, muy bajo.

Colombia, al día de hoy, no tiene un sistema de exámenes de conducir independiente de los Centros de Enseñanza Automovilística (Autoescuelas) como el que existe en España y otros países de la UE, ni públicos ni privados. Son los susodichos centros los que realizan las pruebas previas (exámenes) a la emisión del certificado de aptitud.


 Y continuarán haciéndolo hasta que entre en vigor  la nueva regulación de contenidos de formación basados en “mallas” curriculares que ha de presentar la Agencia Nacional de Seguridad Vial de este país. Las citadas “mallas” responderán a dos preguntas básicas: ¿Qué debe saber y saber hacer el futuro conductor? ¿Cómo y con qué va a adquirir el conductor ese saber y ese saber hacerlo?


Parece ser, en opinión de los informadores desplazados a Bogotá, que sería “una oportunidad estratégica de negocio en otro país, pero dentro de la actividad y fines de CNAE, ya que está absolutamente referenciado a nuestro sector de la Seguridad Vial”. Todo esto da que pensar, ¿verdad?

¿Qué debe pasar por la mente de todos esos titulares de  pequeñas autoescuelas que han tenido que cerrar o despedir a  algún profesor?

Así las cosas, vemos que todo lo que está ocurriendo es un claro ejemplo de una conjunción de intereses, todos ellos ajenos al interés de las autoescuelas y de los ciudadanos, y que hace bueno, respecto a la autoescuela, aquel antiguo proverbio que dice: “Entre todos la mataron y ella sola se murió”.