Las autoescuelas necesitan más
examinadores.
Oímos decir con frecuencia que la historia se repite; y suele ocurrir porque el hombre no es
capaz de aprovechar las lecciones que le brindan los hechos acontecidos.
Aquellos que pintamos canas vemos,
con frecuencia, indudables coincidencias en eventos que ocurren hoy con otros que
ocurrieron hace 30 años y que nos recuerdan acontecimientos ya vividos. Me estoy refiriendo a los problemas de las autoescuelas con la
Dirección General de Tráfico; no, no son nuevos, vienen de antaño.
En las
crisis matrimoniales es frecuente que el hombre le diga a la mujer (o la mujer al hombre) : —perdona, cariño, esto de hoy no volverá a suceder
—, pero pasan los días, los meses y
puede que los años… y vuelve a ocurrir, si no por la misma causa, por otra
parecida. Ya lo dejó
dicho el filósofo alemán Hegel: los hechos siempre se repiten.
Treinta años separan la
imagen en blanco y negro de la de color. Es evidente que no son las
mismas personas, ni los mismos vehículos, ni las mismas calles, pero los hechos
y las causas son los mismos o parecidos y
lo son también las entidades enfrentadas: autoescuelas y DGT o DGT y autoescuelas.
En los meses
finales de 1987, los
exámenes se aplazaban con excesiva frecuencia en Bareclona. En consecuencia,
las autoescuelas no podían planificar su trabajo y los alumnos perdían jornadas
de trabajo en unos casos y de estudio en otros; también perdían las
autoescuelas; quien no perdía era la DGT.
El
problema de la escasez de examinadores ha persistido en el tiempo (ver en este blog publicación del 18/09/2015). Debido a la
situación, que se mantenía hasta niveles preocupantes, la Federación de
Autoescuelas de Barcelona insertaba notas explicativas y publicidad
institucional en la prensa escrita de finales de 1987.
Las
autoescuelas, al final de la década de los ochenta, tenían
casi los mismos problemas que al
principio de la misma: escasez de alumnos, escasez de profesores, escasez de
examinadores, proliferación de centros con más oferta que demanda, crisis y
algunos más. Año tras año, las escuelas pedían soluciones y año tras año sus peticiones eran ignoradas
por la DGT.
Estamos a
mitad de la segunda década del siglo XXI y leemos titulares como estos:
- Las autoescuelas valencianas se manifestarán para pedir más
fechas de examen (las provincias.es)(2015).
- Las autoescuelas se manifiestan para exigir más examinadores
durante el verano (ABC-Valencia)(2015).
- Casi 200 vehículos de autoescuelas exigen más examinadores
durante el verano (autocasión.com)(2015).
- Las autoescuelas, desesperadas con Tráfico:
“Faltan 500 examinadores y nos ofrecen 16” (vozpopuli.com) (2015).
- Faltan examinadores para las autoescuelas (cadena SER)(2015).
Amigos lectores y lectoras, dos preguntas retóricas:
¿No creen
que la historia se repite?
¿Tan poco capaces son los responsables de este problema
para no haber encontrado, después de tantos años, una solución satisfactoria
para todos los interesados?