martes, 3 de febrero de 2015

Y AHORA…LAS “TURBO RONTONDAS”

Las  “turbo rotondas” llegan a España. Ya hay una  construido en la Villa de Grado, Astúrias. Estas innovadoras rotondas surgieron en Holanda. Otros   países europeos, como Alemania,  han venido construyendo algunas en estos últimos años. Allá donde se han puesto en funcionamiento  han generado un intenso debate entre defensores y detractores de estas nuevas glorietas.

¿En qué han basado los expertos sus ventajas? En un concepto sencillo, pero novedoso. En las “turbo rotondas” ya no hay carril exterior, con lo cual se elimina la preferencia de dicho carril. Mediante señalización horizontal y marcas viales (líneas continuas y discontinuas), la circulación por la "turbo rotonda" se guía desde antes de entrar en ella, de forma que el conductor debe tomar un carril u otro con antelación, en función de su destino. La implantación de una “turbo rotonda” exige necesariamente una mejora en la señalización debido a que el tráfico requiere del conductor conocer con antelación la salida por la que pretenda abandonarla.

Todos los carriles tienen utilidad, siendo el propio carril, previamente seleccionado a la entrada, el que guía al conductor hacia su salida. Así es posible evitar la posibilidad de golpe lateral y dado el radio de curvatura el conductor se ve obligado a reducir la velocidad.  

Las “turbo rotondas” no tienen dos carriles a lo largo de toda la rotonda, aunque existen zonas en las que se requieren de dos. El tamaño de estas “turbo rotondas”  viene a ser equivalente al tamaño de una rotonda estándar de dos carriles. Los vehículos que se encuentran circulando por la “turbo rotonda” siguen teniendo preferencia y pueden salir de ella sin verse implicados en alguna de esas situaciones de riesgo de todos conocidas si sufrir una colisión fronto-lateral por el hecho de invadir el carril adyacente. El conductor una vez elegido el carril de circulación no podrá cambiarse. Si ha elegido el carril derecho se ve obligado a salir y si circula por el carril interior tiene la opción de salir o de continuar circulando por la rotonda. Circular por este tipo de rotonda no es difícil, pero sí es diferente a lo que estamos acostumbrados.


Parece ser que con este sistema  la fluidez de la circulación es superior al que se da en  las rotondas de todos conocidas. Aseguran los expertos que la capacidad de una “turbo rotonda” puede llegar a ser un 35% mayor que la de una rotonda convencional de dos carriles y se espera que los accidentes con heridos graves se reduzcan hasta un 70% en estos puntos.  ¡Hale pues,  a reconvertir las “desfasadas” rotondas en modernas “turbo rotondas”! Buen motivo para crear empleo en obra pública. Espero que no se le ocurra a político alguno reconvertir alguna de nuestras rotondas en una “rotonda mágica” como esta de Swindon en Inglaterra.