miércoles, 16 de enero de 2019

LAS AUTOESCUELAS “ONLINE” CONTRA LA DGT.


Aunque el titular, leído en” www.elconfidencial.com”, diga que es contra Marlasca, ministro de Interior, por obligar a sacarse el teórico presencialmente, lo cierto  es que la iniciativa es del Director General de Tráfico, ergo contra  quien deberían estar en contra debería ser contra Pere Navarro. Pero, por elevación, las protestas las dirigen contra Marlasca que es su jefe.


Aducen que sacarse el permiso de conducir será  más caro y más difícil si se hace obligatoria la formación presencial (un mínimo de ocho horas) antes de presentarse al examen teórico

"Aunque es oportuno pretender que los alumnos reciban formación obligatoria antes del examen teórico, resulta innecesario imponer que deba realizarse de manera presencial", dicen estas autoescuelas en un comunicado difundido a los medios.

Alegan también que no se puede justificar científicamente que la formación presencial garantice una mejor calidad educativa, y que no hay dudas de que la formación 'online' se presenta como alternativa a la formación presencial. Afirmación bastante discutible y carente de rigor.

Por otro lado, desde diversos grupos,  la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE),  la Fundación para la Seguridad Vial, y algunas compañías aseguradoras apoyan le medida, es decir, la obligación de la formación presencial. Argumentan que el número de suspensos en el examen teórico ha ido en aumento en los últimos años, por lo que se hace imprescindible reforzar la presencialidad en las autoescuelas.

Poner el foco de la medida en el número de aptos en el teórico es  no haber entendido nada la intencionalidad del Director de Tráfico que, llana y sencillamente, lo que pretende principalmente  es rebajar el número de siniestros en el trafico y, por ende, el de fallecidos en nuestras  calles y carreteras.

Para aprobar el examen teórico no son necesarias las autoescuelas tradicionales, ni las autoescuelas “online”, y si me apremian mucho, ni tan siquiera los profesores.

Es una evidencia que en la accidentalidad intervienen más las actitudes que el mero conocimiento o desconocimiento de la norma. ¿Qué conductor desconoce el comportamiento a seguir ante un stop o un semáforo en rojo? ¿Y cuántos siniestros se producen en estas  situaciones?

Tema diferente es el de las destrezas ante situaciones conflictivas del tráfico por sub-viraje, sobre-viraje, velocidad y fuerza centrífuga en la curva, etcétera, temas que abordaremos en otra ocasión.

A tenor de esta evidencia, entiendo que la DGT apueste por una formación presencial obligatoria de ocho horas en las aulas de las autoescuelas.

Supongo que entre los profesionales de la formación de conductores — los que la hemos ejercido y los que la están ejerciendo — estaremos de acuerdo en que las facultades necesarias para una conducción segura se articulan en tres bloques: conocimientos, destrezas y actitudes. Estos bloques son como las tres patas de un taburete que si perdemos una se queda cojo, no se sostiene  y se va al suelo. La formación del conductor se va al garete.

Las autoescuelas, tradicionalmente, han trabajado dos de esas patas: conocimientos y destrezas. Eran las que se evaluaban. Y se han olvidado de la tercera, las actitudes.

Creo, y así lo espero, que este error histórico se subsanará con la futura medida que la DGT implantará, sea o no motivo de evaluación.

Parece ser que las materias que la DGT pretende que se trabajen versarán sobre los colectivos vulnerables (ciclistas, motoristas y peatones), los factores de riesgo (velocidad, alcohol, drogas), distracciones al volante (utilización del teléfono móvil), uso de sistemas de seguridad (casco, cinturón, sillita de retención infantil) y normas de circulación.

Se tratarán los accidentes de tráfico como "problema de salud pública". Los aspirantes a conductores verán las consecuencias económicas, sociales y humanas de los siniestros viales, con testimonios de víctimas de accidentes.

Espero y deseo que los profesores y profesoras de Formación Vial no se limiten a trasmitir información sobre estos contenidos y se olviden de las actitudes. Y es aquí donde tengo mis reservas: ¿están los profesores y profesoras en activo preparados para aplicar los diferentes modelos de intervención para favorecer el cambio de actitudes con el objetivo de reducir los accidentes de tráfico?

Espero y deseo que lo estén y sino que adquiera la preparación necesaria para ello, por el bien de la Seguridad Vial y de la credibilidad de las propias autoescuelas.