viernes, 7 de noviembre de 2014

LA MUJER Y EL AUTOMÓVIL (IV)

Pioneras al volante de un automóvil en la provincia de Jaén y las marcas de los coches que utilizaron para realizar el examen.

Nota preliminar:

Quiero hacerme eco desde este blog del interesante  trabajo de la archivera Doña Elena López Pérez. El Archivo  Histórico Provincial de Jaén, a través de su página, lo ha publicado en el marco del programa “El Documento del Mes”, correspondiente a Marzo del 2014 con el título de “Las primeras mujeres que condujeron automóviles en Jaén”. Buena parte del contenido del citado trabajo de Elena López ha servido de base para este artículo.

 PRIMERA PARTE

El automóvil, en aquellos años de la primera mitad del siglo pasado era un producto muy exclusivo destinado a unos consumidores con un alto poder adquisitivo. Sus potenciales compradores pertenecían  a las capas más adineradas de la población. En las dos primeras décadas del siglo pasado era noticia el hecho de que una mujer obtuviera el permiso de conducir. Un ejemplo de ello es la siguiente noticia publicada en 1921 en un diario de la época:

Los automóviles inscritos en esta provincia son 295 y los chófers aprobados 305, habiendo hoy el ingeniero inspector don Juan de la Cuadrada expedido título a una señora de esta ciudad.

La ciudad era Tarragona, pero podría ser cualquier otra de España. En Jaén en ese mismo año había inscritos 584 vehículos y, posiblemente no había ninguna mujer con título expedido.

Como datos curiosos y significativos hemos de apuntar que al finalizar el año 1930, Jaén  había llegado a la matricula J-4863. Había transcurrido casi un cuarto de siglo desde que apareció, en 1906, la placa J-1 correspondiente a un automóvil Darracq  propiedad de Ángel Gea Ruiz, vecino de Linares (Jaén). No fueron muchos los vehículos matriculados en treinta años; escasamente cinco mil. Sólo en el año 2012 se matricularon casi seis mil vehículos en esta misma provincia. ¡Notable diferencia! 

En el citado archivo,  procedente de la Jefatura Provincial de Tráfico de Jaén,  se conserva la serie documental relativa a la concesión de permisos de conducir. Según Elena López,  de los 4.974 permisos de conducir concedidos en la provincia de Jaén entre 1913 y 1930, sólo diez corresponden a mujeres. Diez mujeres que fueron pioneras en ponerse a los mandos de un automóvil en la primera mitad del siglo pasado, en los llamados felices años. En dos  décadas  accedieron al permiso de conducir solamente diez mujeres de toda la provincia mientras que en sólo un año, el  2012 , ya lo consiguieron 7.583 mujeres. 





Aquellas pioneras afincadas en Jaén o en su provincia tenían en común, además de su afición al automóvil, capacidad económica personal o familiar para disponer de alguno de aquellos bellos y costosos medios  de transporte que hacían las delicias de hombres y mujeres de los “felices años veinte”. Éste era un lujo que sólo estaba al alcance  de una clase social acomodada.

Hubo de transcurrir un cuarto de siglo desde que la duquesa de Uzés obtuviera la primera licencia de conducir concedida a una mujer en Francia  hasta que la consiguió la primera mujer en Jaén. Se  llamaba Elena de Bonilla y Mollá y tuvo el honor de ser la primera de las mujeres jienenses que en 1921 consigue un permiso de conducir de 3ª categoría cuando contaba 21 años de edad. Lo obtiene al amparo del Reglamento para la circulación de vehículos de motor mecánico por las vías públicas de España de 23 de Julio de 1918.

 Elena demostró que conocía los artículos del  citado  Reglamento de Circulación contestando a las preguntas del ingeniero examinador. También demostró, ante el citado ingeniero que sabía conducir el automóvil para el que solicitaba el permiso. Por último debió de abonar 17 pesetas más la póliza correspondiente y la Jefatura de Obras Públicas de Jaén le expidió su permiso de conducir. A partir de aquel momento ya podría conducir legalmente, por las vías públicas, automóviles de tres o más ruedas con pesos  o cilindradas superiores, respectivamente, a 500 kilogramos y 1.100 centímetros cúbicos.

Obtener un permiso de conducir al amparo del aquel Reglamento suponía que la mujer debía tener autorización paterna o marital. Elena como era huérfana de padre, tuvo que ser su madre quien le diera la autorización para obtenerlo.


A esta mujer, Elena, le siguieron Ángeles Iglesias-Arias Pardiñas y  Linarejos Anguís Cuadra, la primera vecina de Bailén (Jaén) y la segunda de Úbeda (Jaén).

 Ángeles lo obtiene en 1925 a la edad de 30 años y Linarejos, en  1926, a los  27. Ambas mujeres, al igual que Elena de Bonilla, obtienen sus respectivos permisos, con lo que ello implicaba, al amparo del Reglamento de 1918. Las siete jienenses restantes ya lo obtuvieron con otro Reglamento, el de 1926,  más novedoso, pero igual  de reaccionario que el anterior con respecto a la mujer. Las no emancipadas siguen necesitando la autorización paterna o, si están casadas, la marital. Con este nuevo Reglamento los automóviles quedaban reducidos a tres categorías y el permiso de conducir a dos clases: el de la primera autorizaba para conducir toda clase de vehículos y el de la segunda para conducir vehículos de servicio particular. El conducir vehículos destinados al servicio  público seguía estando vedado para la mujer española.