En
relación al estudio
Hace escasos días (06/03/2018)
publiqué una entrada cuyo título era: A VUELTAS CON EL COCHE AUTÓNOMO, LAS AUTOESCUELAS Y OTRAS COSAS…
Hoy aparecen, en algunos medios digitales, algunas
de las conclusiones de un estudio elaborado por el Instituto de Tránsito y Seguridad Viaria en
colaboración con la Universidad de Valencia y la Confederación Nacional de
Autoescuelas (CNAE).
El objetivo del mismo
ha sido averiguar
el conocimiento de los conductores sobre la conducción autónoma, su motivación,
actitudes, percepción o intención de uso en un futuro próximo.
Seguro que el estudio
habrá tranquilizado algo al colectivo de autoescuelas. El 77,4% de los conductores
españoles encuestados prefiere ponerse al volante y manejar el
coche a que sea éste el que lo transporte guiado por el piloto automático activado. Ocho de
cada diez encuestados (81.4%,) cree que los conductores necesitarán una formación
específica para utilizar un vehículo autónomo, mientras que solo dos de cada
diez, 18.6%, no consideran que será necesaria.
Pero a mí lo que más me ha llamado la atención
del este estudio ha sido el universo de la muestra.
Y por
qué me ha sorprendido — se preguntará alguno. Déjenme que le explique. Llevo
unos días recogiendo datos sobre los accidentes de tráfico de los conductores mayores
para intentar rebatir el sambenito que algunos quieren colgarnos — algunos ya
nos lo han colgado — de que somos un colectivo peligroso para la circulación.
En más de una ocasión me pregunto de manera ingenua: ¿no será que nos quieren excluir
de las carreteras?
Pues
bien, para este estudio, los conductores mayores de 65 años ya no cuentan. El
universo de la misma: Conductores de vehículos entre 18 y 65
años. De ahí mi sorpresa.
Ya hemos
sido excluidos una vez más. Nuestra opinión no cuenta. ¿Por qué?
Los
camiones autónomos de Uber ya circulan en EEUU. Lo hacen con un conductor con
permiso, listo para asumir el control en caso de emergencia.
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(Fuente: CNAE)
Casi el 80% de los conductores españoles
preferirían ir al volante a ser meros pasajeros en un vehículo autónomo
La
Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE)
presentó hoy en el Hotel Miguel Ángel de Madrid su estudio «Vehículo autónomo:
opinión de los conductores españoles», elaborado por científicos del Instituto
de Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS).
Del estudio se
desprende que el 77,4% de los conductores de nuestro país optaría por conducir,
si hubiera vehículos autónomos; en cambio, el 22,6%, elegiría dejarse llevar
por el coche. De los primeros, el 57,9% menciona el placer entre los motivos de
su elección y el 56,1% invoca la seguridad.
Por regla general, las mujeres tienen en peor concepto la conducción automática y ponen más en duda su utilidad y su pronta implantación.
Por regla general, las mujeres tienen en peor concepto la conducción automática y ponen más en duda su utilidad y su pronta implantación.
La gran mayoría cree
que la eventual llegada del vehículo autónomo entrañará la necesidad de una
formación específica para los conductores.
He
aquí otros datos extraídos durante el trabajo de campo:
·
El 30,2% de
los conductores opina que el vehículo autónomo es inútil o
poco útil; un 26,4%, ni muy útil ni poco útil. Un 43,5%, útil o
muy útil.
·
El 34,6% de
los conductores encuestados considera poco o
nada viable el vehículo autónomo. El 20,6%, mantiene una
postura intermedia y el 44,8% cree que es bastante viable o muy viable. Los
hombres muestran una confianza mayor en dicha viabilidad que las mujeres. Los
titulados medios y superiores consideran más útil y viable el vehículo
autónomo.
·
El 36% cree
que el vehículo plenamente autónomo tardará en aparecer en nuestras carreteras
entre cuatro y ocho años. Un 27,8% opina que lo hará entre 2026 y 2030;
mientras que un 22,2% se inclina por una fecha más tardía. Tan sólo el 4,6% de
los conductores opina que nunca llegaremos a disponer de vehículos autónomos
circulando por las carreteras de nuestro país.
·
El 43,5% estima
que el vehículo convencional será el mayoritario o único;
el 23,7%, que el vehículo mayoritario o único será autónomo y el 32,9%, que
ambas modalidades compartirán por igual las vías públicas.
·
Las mayores
preocupaciones que produce el vehículo autónomo son, por este orden: que pueda
llegar a ser controlado por un tercero (3.82, en una escala del 1 al 5), que
pueda provocar un accidente del que sea responsable el conductor, cuando éste
no tenía el control del vehículo (3.82); que las decisiones sobre el vehículo
no sean del conductor, sino del sistema (3.79).
·
El 81,4% de
los encuestados cree que los conductores necesitarán
una formación específica para utilizar un vehículo
autónomo.
·
El 56,1% de
los encuestados considera que la formación sobre el uso de vehículos autónomos
debe correr a cargo del fabricante; el 50% piensa que debe ser tarea de las autoescuelas
y el 49,8% mencionó a la DGT.
·
En caso de
accidente, el 47,2% considera que la responsabilidad
sería del fabricante y del conductor; el 33,9%, que sería
únicamente del fabricante; y el 18,9%, únicamente del conductor.
·
El 87,1% de
los conductores no ha pensado en comprarse un vehículo autónomo.
·
Con respecto
a los sentimientos que despierta en el conductor español el vehículo autónomo (y
en una escala del 1 al 5) la desconfianza alcanza el 3,38; la inseguridad, el
3,36; el miedo, el 3,19, miedo; y el estrés, el 3,06.
·
Los trayectos
cortos y cotidianos y la circunstancia de llevar niños a bordo, desaconsejan
para los encuestados el uso del vehículo autónomo. Éste parece en cambio ventajoso
cuando uno ha bebido o está cansado y ha de trasladarse en coche.
Características de la encuesta.
Universo: conductores de vehículos de entre 18 y 65 años. Casi un 30% tenían una edad comprendida entre los 35 y 44 años.
Ámbito: España, a excepción de Ceuta y Melilla.
Tamaño de la muestra: 1.205. Margen de error: 2,88%.
Entrevistas on-line o a través de un panel.
Sexo: 55,4% hombres; 44,6% mujeres.