De
1960 a 1969
(segunda
parte)
Por asociación empresarial entendemos aquella institución social cuyo objetivo es la defensa, principalmente, de los intereses económicos y laborales de los empresarios.
Por asociación empresarial entendemos aquella institución social cuyo objetivo es la defensa, principalmente, de los intereses económicos y laborales de los empresarios.
Toda asociación empresarial pretende coordinar a los
empresarios en un frente único para reivindicar ante la Administración pública
aquellas medidas que, beneficiándolos, entienden son las más adecuadas para el
eficiente funcionamiento del sistema liberal de mercado, actuar en los procesos
de negociación colectiva y en la elaboración de los pactos sociales, crear
opinión a su favor por medio de la difusión de documentos, estudios,
celebración de congresos, etc.
El movimiento asociativo en las autoescuelas, muy probablemente,
se inicia en Madrid de manos de Ignacio Sanz Rodrigo allá por el principio de
la década de los sesenta. Él, junto a otras personas, promueven y crean el
Grupo Sindical Autónomo de Auto Escuelas.
El Grupo
Sindical de Barcelona inicia su andadura en el año 1961.
La escasa veintena de autoescuelas de Granada, capital y
provincia ven tambien la necesidad de que exista una asociacion que las
defienda ante la administracion de turno y con este fin crea el Grupo Autónomo de Autoescuelas de
Granada.
En Sevilla se crea tambien a principio de los sesenta, y como en todas partes se denominó
"Grupo Autónomo de Autoescuelas". Año tras año y de forma progresiva, las demás provincias van
creando en su ámbito territorial los
diferentes Grupos Autónomos de
Autoescuelas dentro de los Sindicatos Verticales de aquellos años, encuadrados,
en un principio, en el Sindicato Provincial de Actividades Diversas. Años más
tarde pasaron al Sindicato de Enseñanza. Casi todas estas asociaciones
tuvieron, en sus inicios, su primer domicilio social en los antiguos edificios de aquellos
sindicatos oficiales y afines al gobierno.
El segundo quinquenio de la década que nos ocupa siguió con la misma
tendencia. En el año 1969 se
matricularon 479.314 vehículos. Supuso
un incremento de 179.346 vehículos, más que en 1964, una subida, nada despreciable, del 60%, teniendo en cuenta que
en 2010 se matricularon 1.348.288 vehículos y en 2015, 1.454.498 lo que supone
un escaso incremento del 8%.
El año 1964 continúa confirmando la
tendencia expansiva de los primeros años de la década en cuanto a la expedición de permisos de
conducir y matriculaciones de vehículos.
De 206.595 permisos expedidos en 1960, se paso en 1964 a 429.925 y a
618.008 en 1969. En términos relativos, las personas que pasaron por las
autoescuelas en 1964 se incrementaron en un 108% con respeto a 1960 y las que pasaron
en 1969 se incrementaron en un 43% en relación a 1964.
Si en 1964, por cada vehículo matriculado se expiden 1,43 permisos es obvio
que existía un considerable número de titulares de permiso de conducir que no
disponía de vehículo y que practicaba la conducción de manera esporádica.
En 1969 la relación bajó a 1,26; la matriculación de vehículos se acercó un
poco más a la expedición de permisos de conducir.
A mediados de mayo de 1965 se
publica un decreto modificando determinados artículos del Código de
Circulación. Los cambios afectan a los permisos de conducir y a las autoescuelas.
En
la modificacion que se hace del articulo 272, se establece que los permisos, en
lo sucesivo, serán de la clase A-1, A-2, B, C, D y E. Con los años, estas
clases se subdividieron en otras hasta llegar a las actuales. Hubo que arrinconar las denominaciones de permisos de
las clases 1ª, 2ª, 3ª y 1ª E. A la gente
le costó olvidar aquella nomenclatura.
Los
cambios también afectaron a las autoescuelas. Aquella modificacion, podríamos
decir que fue como el embrión de un futuro reglamento.
El artículo 282 que aludía a las autoescuelas quedó así:
Para la enseñanza de conducción de
automóviles podrán crearse escuelas particulares con la autorización del Ministerio
de Industria y con sujeción a las normas
que éste haya dictado o pueda dictar al efecto.
Deja abierta la posibilidad de regular la enseñanza mediante una
instrucción aprobada por el Ministerio de Industria en la que se regule todo lo
referente a profesores, métodos de enseñanza, material destinado a ella y
tarifas.
En cuanto al director no especifica mucho, sólo dice: “La dirección de la escuela estará a cargo de
persona que, a juicio de la Delegación provincial de Industria, reúna las
debidas condiciones de idoneidad y competencia para tal cometido”.
Especifica, además,
cuestiones relacionadas con los siguientes puntos: profesorado, vehículos,
cartel, autorización zonas de enseñanza, seguros y sanciones.
En cuanto a los profesores se le exige una edad mínima de 23 años, ser titular del permiso D
habilitado para la clase E, lo que venia llamándose primera especial. Por
supuesto no haber sido sancionado con suspensión o anulación del permiso. Las
personas que quieran dedicarse a esta actividad deben solicitarlo de la
Delegación Provincial de Industria que les proveerá de un documento que les
habilite para dicha función, eso si (…)
previos los ejercicios y pruebas que reglamentariamente se establezcan”. En caso de ensañar con motocicleta se
exige el A-2.
En una modificación posterior del Código de Circulación, octubre
de 1966, se permitió, mediante una disposición transitoria, que pudieran continuar
ejerciendo, aunque solo fuesen titulares del permiso de 1ª clase o su equivalente
el de la clase C, quienes antes de la entrada en vigor del Decreto (mayo de
1965) hubieran obtenido el titulo de
profesor de Escuela de conductores o lo hubiera solicitado previo cumplimiento de los tramiotes reglmen
tarios, aunque la obtención de dicho titulo sea posterior al citado Decreto.
Correspondía a las Delegaciones de Industria la inspección de
las autoescuelas, asi como formular al Gobernador civil las denuncias a las que
hubiera lugar por infracción de las normas que regulaban su funcionamiento
La sanción pecuniaria a cualquier infracción por parte de una
Autoescuela podía ser sancionada con una
multa de hasta 5.000 pesetas.
Iniciada la década, había en España 74 permisos por 1000 habitantes. En el
año 1965, año en el que se cambió la denominación de los permisos, se llegó a
141 y en 1969, finalizando el decenio, ya estábamos en 199.
Curiosamente, en el año 1967, la cifra de permisos expedidos superó la
cifra de 750.000 cifra muy superior a la del año anterior, cerca de doscientos
mil permisos más que en 1966. Muchas personas, enteradas de que al año
siguiente los exámenes los realizarían
técnicos de la Jefatura Central de Tráfico
en lugar de ingenieros de las Delegaciones de Industria, decidieron
apresuradamente obtener el permiso de conducir antes de llevarse a cabo el
cambio de examinadores. Las finanzas de las 2000 autoescuelas que podría haber
repartidas por la geografía española debieron alcanzar cotas excelentes.
Si en el año 1967, los permisos expedidos por 1000 habitantes fueron de 23
y en el año 2014 ha sido de 14, y si añadimos que el numero de autoescuelas se
ha incrementado en más de un 350 %, en el mismo periodo, nos podemos imaginar el
descalabro que están sufriendo las actuales autoescuelas.
Las apertura de autoescuelas en la década de los sensenta no crecía al
ritmo que lo han venido haciendo en los últimos años. Todas tenían bastante
trabajo, aunque tenían otro problema, aunque de más fácil solución, la escasez
de profesores titulados. Pero de aquella escasez se ha pasado a la saturación
de titulados en Formación Vial. Sin embargo, DGT sigue convocando cursos para
nuevos profesores y CNAE impartiéndolos. ¿Por qué?
(Continuará…)