domingo, 2 de octubre de 2016

AQUELLAS AUTOESCUELAS DEL SIGLO PASADO (IX)

De 1960 a 1969

(segunda parte)



Por asociación empresarial entendemos aquella institución social cuyo objetivo es la defensa, principalmente, de los intereses económicos  y laborales de los empresarios.

Toda asociación empresarial pretende coordinar a los empresarios en un frente único para reivindicar ante la Administración pública aquellas medidas que, beneficiándolos, entienden son las más adecuadas para el eficiente funcionamiento del sistema liberal de mercado, actuar en los procesos de negociación colectiva y en la elaboración de los pactos sociales, crear opinión a su favor por medio de la difusión de documentos, estudios, celebración de congresos, etc.

El movimiento asociativo en las autoescuelas, muy probablemente, se inicia en Madrid de manos de Ignacio Sanz Rodrigo allá por el principio de la década de los sesenta. Él, junto a otras personas, promueven y crean el Grupo Sindical Autónomo de Auto Escuelas.


El Grupo Sindical de Barcelona inicia su andadura en el año 1961.



La escasa veintena de autoescuelas de Granada, capital y provincia ven tambien la necesidad de que exista una asociacion que las defienda ante la administracion de turno y con este fin  crea el Grupo Autónomo de Autoescuelas de Granada.

En Sevilla se crea tambien a principio de los sesenta,  y como en todas partes se denominó "Grupo Autónomo de Autoescuelas". Año tras año y de  forma progresiva, las demás provincias van creando  en su ámbito territorial los diferentes  Grupos Autónomos de Autoescuelas dentro de los Sindicatos Verticales de aquellos años, encuadrados, en un principio, en el Sindicato Provincial de Actividades Diversas. Años más tarde pasaron al Sindicato de Enseñanza. Casi todas estas asociaciones tuvieron, en sus inicios, su primer domicilio social  en los antiguos edificios de aquellos sindicatos oficiales y afines al gobierno.


El segundo quinquenio de la década que nos ocupa siguió con la misma tendencia. En el  año 1969 se matricularon  479.314 vehículos. Supuso un incremento de 179.346 vehículos, más que en 1964, una subida, nada  despreciable, del 60%, teniendo en cuenta que en 2010 se matricularon 1.348.288 vehículos y en 2015, 1.454.498 lo que supone un escaso incremento del 8%.

 El año 1964 continúa confirmando la tendencia expansiva de los primeros años de la década  en cuanto a la expedición de permisos de conducir y matriculaciones de vehículos.

De 206.595 permisos expedidos en 1960, se paso en 1964 a 429.925 y a 618.008 en 1969. En términos relativos, las personas que pasaron por las autoescuelas en 1964 se incrementaron en un 108% con respeto a 1960 y las que pasaron en 1969 se incrementaron en un 43% en relación a 1964.


Si en 1964, por cada vehículo matriculado se expiden 1,43 permisos es obvio que existía un considerable número de titulares de permiso de conducir que no disponía de vehículo y que practicaba la conducción de manera esporádica.

En 1969 la relación bajó a 1,26; la matriculación de vehículos se acercó un poco más a la expedición de permisos de conducir.

A mediados de mayo de 1965 se publica un decreto modificando determinados artículos del Código de Circulación. Los cambios afectan a los permisos de conducir y a las autoescuelas.



En la modificacion que se hace del articulo 272, se establece que los permisos, en lo sucesivo, serán de la clase A-1, A-2, B, C, D y E. Con los años, estas clases se subdividieron en otras hasta llegar a las actuales. Hubo que  arrinconar las denominaciones de permisos de las clases  1ª, 2ª, 3ª y 1ª E. A la gente le costó olvidar aquella nomenclatura.


Los cambios también afectaron a las autoescuelas. Aquella modificacion, podríamos decir que fue como el embrión de un futuro reglamento.

El artículo 282 que aludía a las autoescuelas quedó así:

Para la enseñanza de conducción de automóviles podrán crearse escuelas particulares con la autorización del Ministerio de Industria y con sujeción a las  normas que éste haya dictado o pueda dictar al efecto.

Deja abierta la posibilidad de regular la enseñanza mediante una instrucción aprobada por el Ministerio de Industria en la que se regule todo lo referente a profesores, métodos de enseñanza, material destinado a ella y tarifas.

En cuanto al director no especifica mucho, sólo dice: “La dirección de la escuela estará a cargo de persona que, a juicio de la Delegación provincial de Industria, reúna las debidas condiciones de idoneidad y competencia para tal cometido”.

Especifica, además,  cuestiones relacionadas con los siguientes puntos: profesorado, vehículos, cartel, autorización zonas de enseñanza, seguros y  sanciones.

En cuanto a los profesores se le exige una edad mínima  de 23 años, ser titular del permiso D habilitado para la clase E, lo que venia llamándose primera especial. Por supuesto no haber sido sancionado con suspensión o anulación del permiso. Las personas que quieran dedicarse a esta actividad deben solicitarlo de la Delegación Provincial de Industria que les proveerá de un documento que les habilite para dicha función, eso si (…) previos los ejercicios y pruebas que reglamentariamente se establezcan”.  En caso de ensañar con motocicleta se exige el A-2.

En una modificación posterior del Código de Circulación, octubre de 1966, se permitió, mediante una disposición transitoria, que pudieran continuar ejerciendo, aunque solo fuesen titulares del permiso de 1ª clase o su equivalente el de la clase C, quienes antes de la entrada en vigor del Decreto (mayo de 1965) hubieran obtenido  el titulo de profesor de Escuela de conductores o lo hubiera solicitado  previo cumplimiento de los tramiotes reglmen tarios, aunque la obtención de dicho titulo sea posterior al citado Decreto.

Correspondía a las Delegaciones de Industria la inspección de las autoescuelas, asi como formular al Gobernador civil las denuncias a las que hubiera lugar por infracción de las normas que regulaban su funcionamiento

La sanción pecuniaria a cualquier infracción por parte de una Autoescuela podía ser sancionada con  una multa de hasta 5.000 pesetas.

Iniciada la década, había en España 74 permisos por 1000 habitantes. En el año 1965, año en el que se cambió la denominación de los permisos, se llegó a 141 y en 1969, finalizando el decenio, ya estábamos en 199. 

Curiosamente, en el año 1967, la cifra de permisos expedidos superó la cifra de 750.000 cifra muy superior a la del año anterior, cerca de doscientos mil permisos más que en 1966. Muchas personas, enteradas de que al año siguiente los  exámenes los realizarían técnicos de la Jefatura Central de Tráfico  en lugar de ingenieros de las Delegaciones de Industria, decidieron apresuradamente obtener el permiso de conducir antes de llevarse a cabo el cambio de examinadores. Las finanzas de las 2000 autoescuelas que podría haber repartidas por la geografía española debieron alcanzar cotas excelentes.

Si en el año 1967, los permisos expedidos por 1000 habitantes fueron de 23 y en el año 2014 ha sido de 14, y si añadimos que el numero de autoescuelas se ha incrementado en más de un 350 %, en el mismo periodo, nos podemos imaginar el descalabro que están sufriendo las actuales autoescuelas.

Las apertura de autoescuelas en la década de los sensenta no crecía al ritmo que lo han venido haciendo en los últimos años. Todas tenían bastante trabajo, aunque tenían otro problema, aunque de más fácil solución, la escasez de profesores titulados. Pero de aquella escasez se ha pasado a la saturación de titulados en Formación Vial. Sin embargo, DGT sigue convocando cursos para nuevos profesores y CNAE impartiéndolos. ¿Por qué?

(Continuará…)