miércoles, 30 de noviembre de 2016

A VUELTAS CON LA ESCASEZ DE EXAMINADORES



El Congreso insta al Gobierno a que ponga fin a la escasez de examinadores de Tráfico. Una proposición no de ley (PNL) en este sentido ha sido aprobada por unanimidad en la Comisión de Tráfico, Seguridad Vial y Movilidad Sostenible.

La PNL, presentada por el Grupo Mixto, contemplaba el problema de la carencia de examinadores de Tráfico en Cataluña, pero finalmente se amplió, mediante una enmienda transaccional, al resto del país, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, incluido el PP.

Todos los vocales han secundado la medida en sus intervenciones. Así el de Unidos Podemos, José David Carracedo, ha recordado que, al no haberse repuesto a un ritmo natural las plazas de funcionarios vacantes, la plantilla de la DGT ha pasado de 900 a 600 funcionarios, en pocos años, con el consiguiente retraso en las pruebas de los exámenes de conducir. El vocal del PP, Francisco Molinero, ha dicho que la causa de este problema es el poco atractivo del trabajo de examinador y que el Gobierno trabaja arduamente para dotar a esta labor de los suficientes incentivos. "Hay que arreglar este déficit de examinadores, pues gravita sobre las personas que necesitan el permiso de conducir para encontrar trabajo".

Diego Clemente, de Ciudadanos, se ha felicitado de que la PNL se refiera a todo el país, y José Zaragoza, del PSOE, ha afirmado que ya en 2014 se había intentado aprobar una PNL similar, pero entonces el PP se había opuesto. "Es grato comprobar cómo el Partido Popular ha cambiado ahora de opinión. Los ciudadanos y las autoescuelas son los grandes perjudicados de una situación injusta". 


ASEXTRA opina sobre la falta de examinadores


Son varias las informaciones que están apareciendo en prensa sobre la falta de examinadores en algunas provincias. Desde hace tiempo, el colectivo examinador no se siente a gusto ni valorado dentro de la Dirección General de Tráfico, ni tiene la sensación de que se esté dando la importancia que tiene su labor dentro de la seguridad vial y su gran incidencia en la cifra de accidentes y muertos por esta causa, cifra cada vez mayor y más preocupante. Si no hay evaluación, hay devaluación y eso es lo que no se entiende desde determinados despachos.

Por esta razón, a la normal pérdida de efectivos a lo largo de los años por jubilación y otras causas que no han sido repuestos o en un nivel muy bajo, se une la falta de incentivos y motivación del personal que está realizando esta importante tarea, por lo que son muchos examinadores, a los que ha costado mucho dinero y tiempo formar, los que se están yendo a sus casas por jubilación anticipada o incluso cambiando de puesto de trabajo y marchándose a otros organismos. 

Desde ASEXTRA llevamos años denunciando esta situación y la parálisis de los responsables para buscar soluciones efectivas que eviten el gran daño que se está produciendo a la población, más allá de parchear la situación convocando cursos de formación de examinadores sin control, a los que apenas se presentan solicitudes por no tener ningún interés este puesto entre los funcionarios, dadas las condiciones del mismo. 

La que proponemos nosotros, desde la Asociación de Examinadores de Tráfico, entidad que aglutina a la gran mayoría de examinadores de este país, que seguro que algo sabemos de esto, es lisa y llanamente crear la escala de examinadores de tráfico, con oposiciones y temario propios para que todos aquellos que tengan formación y vocación suficiente pudieran optar a ser funcionarios examinadores. 

Entendemos además, que sólo los funcionarios, independientes de intereses económicos, políticos o de cualquier otra índole garantizan los derechos de todos los ciudadanos incluidas la pluralidad de pequeñas empresas que conforman este sector. 

Desde ASEXTRA hemos pedido una reunión urgente con el nuevo director de Tráfico con el fin de hacerle llegar la inaplazable necesidad de tomar la medida que pedimos desde esta Asociación profesional.

Fuente: ASEXTRA


viernes, 25 de noviembre de 2016

AQUELLAS AUTOESCUELAS DEL SIGLO PASADO (IX)

De 1960 a 1969


(5ª parte)


El 4 de febrero de 1969, justo transcurrido un año y tres días desde que los funcionarios de las distintas Jefaturas Provinciales de Tráfico asumieran los exámenes para el permiso de conducir, se aprueba una Orden, que se publica en el  BOE del día 7 del mismo mes, regulando las pruebas que habrían de realizar en los sucesivo los solicitantes de permisos de conducir de vehículos a motor.

En la exposición de motivos se justificaba la referida Orden con la siguiente argumentación:

El constante aumento del número de vehículos de motor, con la obligada secuela de accidentes que producen, aconseja una revisión del sistema seguido para la expedición de los permisos de conducción, por cuento la exigencia de estos a los conductores de automóviles es una de las medidas tomadas por la Administración para elevar el nivel de seguridad en la circulación y en lo posible evitar aquellos”.

Y seguía la argumentación:

 “Por ello, siguiendo las tendencias más generalizadas en los distintos países, se considera oportuno, a la vez que perfeccionar las pruebas que vienen realizando los solicitantes de permisos de conducción, introducir con carácter general otra, la de circulación en circuito abierto al tráfico ordinario (…).

Una disposición transitoria disponía que:

La prueba de circulación en circuito abierto será exigida a todos los solicitantes de  permisos de las clases C y D. En cuanto a los aspirantes al permiso de la clase B y  hasta  tanto las Jefaturas Provinciales de Tráfico dispongan de los medios  necesarios para ello (desde siempre ha habido déficit de examinadores en las Jefaturas), esta prueba solo la realizarán en cada provincia los aspirantes que se seleccionen, en razón del número de los presentados a la ejecución de la prueba práctica.  

Titulares como el siguiente fueron frecuentes en la prensa de aquellos días.



Efectivamente, a partir del lunes, día 10 de Febrero de 1969, los aspirantes al permiso de conducir venían obligados a contestar quince preguntas sobre normas de circulación, en vez de de las veinte que hasta entonces eran obligatorias. En cuanto a las preguntas de señales, en lo sucesivo serían diez en lugar de quince. El máximo de errores admitidos serian de dos en normas y uno en señales. En el examen de mecánica para los aspirantes al permiso de la clase C, las preguntas se rebajaron de veinte a quince y se permitían para aprobar dos fallos como máximo. Para pasar al examen de prácticas sería necesario haber superado las pruebas teóricas, en la etapa de Industria no fue así, el aspirante se podía examinar de prácticas sin tener aprobada la teórica.

En la prueba práctica en circuito  cerrado se añadía una maniobra más:”marcha atrás en recta y curva”, más conocida como la  “L”.

La gran innovación que  introdujo la susodicha Orden de exámenes fue la prueba de circulación  en vías abiertas al tráfico ordinario. Aquella innovadora prueba consistiría en un recorrido de unos tres kilómetros en un trayecto de una
intensidad media de tráfico.

Junto al alumno iría el profesor de la respectiva autoescuela para que, en caso de grave peligro a causa de alguna maniobra debida a la inexperiencia del examinando, se hiciera con los mandos del coche. En el asiento posterior iba el examinador y este último, durante el recorrido, no formularía advertencia alguna, limitándose a anotar las posibles deficiencias y, naturalmente, la actitud del profesor debería ser totalmente pasiva, salvo en el caso, ya apuntado, de manifiesto peligro.

En líneas generales, el examen para la consecución la consecución del “preciado documento” se ha hecho más difícil, pero las pruebas a las que se han de someter los aspirantes son también más lógicas y racionales.

A partir de entonces se empezaron a prodigar los sustos de profesores y examinadores que habían de acompañar durante el examen a los examinandos en su azaroso y arriesgado discurrir por medio del tráfico rodado de cualquier ciudad.  Aquel alumno que un día lluvioso tomó un curva a velocidad inadecuada, frenó y bloqueó las ruedas directrices; aquella alumna que no domina el coche cuando pretende girar la derecha; aquel otro que parece tener una cuestión personal con el parachoques del vehículo que le precede y que cuando frena ante un semáforo en rojo solo logra quedar detenido a pocos centímetros de la catástrofe, por supuesto, con la intervención del profesor; y qué decir  de aquel que confunde —sólo al conducir, claro— la izquierda con la derecha. Aquel cambio, no fue una innovación, fue un “tsunami”, aunque el tiempo y la práctica hacen que todo se convierta en normal.

El año 1968 y este de 1969, el último de la década de los años sesenta, y que curiosamente es coincidente con la vida del Organismo que más habría de incidir, para bien o para mal,  en la vida de las autoescuelas (cada uno que piense lo que quiera, seguro que acierta), fueron testigos de acontecimientos importantes en las relaciones la Dirección General de Tráfico con las autoescuelas.

El parque automovilístico estaba creciendo  en España a un ritmo de vértigo, y al mismo tiempo y en mayor cantidad aumentaban los permisos de conducir expedidos. Desde un punto de vista económico eran buenos momentos para las pocas escuelas que existían.

(El siguiente cartograma recoge los últimos números de matriculas concedidos hasta el 31 de diciembre de 1969 en las diferentes provincias)


En 1969 se otorgaron 451.683 permisos de conducir a nuevos conductores. Solo el 16 por ciento correspondía a mujeres; en 1975 se otorgaron 473.718 permisos y el 25,82 fue para mujeres; en el 2015, han sido 432.120 los permisos que se han expedido a nuevos conductores y el 47.6 por ciento han sido a mujeres.

En el periodo que va de 1961 a 1969 se expidieron 4.337.663 permisos; de ellos sólo un 9.17 por ciento correspondían a mujeres. Sin embargo hay un hecho a tener en cuenta en los dos últimos años de la década; en estos  años hay un retroceso bastante acusado en los permiso expedidos, posiblemente por los cambios que se llegaron a introducir tanto en los permisos como en las pruebas,  y mientras que la caída para los varones en 1968 fue de un 34 por ciento,  para las mujeres fue de un 26.5 por ciento y en 1969 un 21 por ciento  para los varones, frente a un 1.76 por ciento para las mujeres.



Fue a partir de los años sesenta cuando la mujer empezó a hacer acto de presencia de manera notable en las aulas de las autoescuelas.

Cada vez que a lo largo de los años se ha producido la más ligera variación en los exámenes, el número de suspensos aumenta de forma alarmante, a la vez que preocupante.

A partir del día 10 de febrero de 1969, y durante unas cuantas semanas, las modificaciones introducidas en los exámenes hizo que los aprobados llegasen sólo a un 15 por ciento, que aumentó luego al 20. La situación después de semanas y meses se fue lentamente normalizando.

En este  renombrado año 1969 se presentaron a examen 745.519 aspirantes, aprobando un 79.90 por ciento, porcentaje algo superior al del año anterior.

En la tabla siguiente se expresan las cifras de aptos y no aptos en las pruebas sobre normas y señales de circulación, en las pruebas prácticas y en la prueba de mecánica correspondientes a 1969, con distinción por sexo así como los porcentajes sobre el total de presentados en cada prueba.



En una entrevista al que fue primer director de Tráfico Don José L. Torralba Llorente le hacen la siguiente pregunta con motivo de los nuevos exámenes: ¿Suele ser suficiente la preparación que dan las Escuelas de conductores a los aspirantes a conductores? 

Y esto es lo que respondió:

—La circulación por Las vías públicas en las  condiciones actuales exige cada vez más que los espirantes a conductores sean parte de lo que podemos denominar población motorizada, con una mayor formación. Además del conocimiento  y aplicación práctica de las normas de circulación y señalización deben aprender al manejo del automóvil en forma correcta, en circulación abierta al tráfico, no quedando reducidos sus conocimientos en esta materia a saber realizar el grupo de maniobras que se exigen en la primera parte de la prueba práctica, en circuito cerrado. Como ya he dicho alguna otra vez, al aspirante no sólo se le debe instruir, sino educar, debiendo ser la enseñanza en las Escuelas de conductores práctica y atractiva para que sea eficaz y facilitarse considerablemente mediante métodos modernos. A estas Escuelas les queda aún camino por recorrer. Esperamos que con su colaboración abierta y sin reserva formemos buenos conductores.

Han trascurrido 47 años de estas manifestaciones, ¿las suscribirías hoy?







miércoles, 23 de noviembre de 2016

SEGURIDAD VIAL

Transcribimos un artículo  de Ramón Ledesma. Ha  ocupado diferentes puestos en el sector público de la seguridad vial. Entre los años 2005 y 2012 desempeñó el cargo de Subdirector General de Ordenación Normativa de la Dirección General de Tráfico (DGT) de España. En la actualidad, abogado y asesor de Pons Seguridad Vial.



Seguridad vial: pendientes del nuevo director general de Tráfico

Publicado en:www.finanzas.com

El Consejo de Ministros del pasado día 18 traía consigo la tercera avalancha de nombramientos gubernamentales. Entre ellos, el nuevo director general de Tráfico del Ministerio del Interior, que tomó posesión de su cargo ayer lunes en la sede del departamento, ante el responsable de la cartera, Juan Ignacio Zoido. Un puesto importante con una labor nada fácil donde el complejo y amplio mundo del tráfico y la seguridad vial debe recibirlo, acompañarlo y apoyarlo. Sus éxitos serán sin duda los de todos los ciudadanos. Ánimo por tanto para el nuevo responsable «vial» en sus nuevas tareas públicas.
Una vez tomada posesión, solo queda un camino para avanzar: marcar y decidir. En seguridad vial hay una cierta tendencia al refugio en «grandes titulares» que después no se aterrizan. La «visión cero», la «educación vial», el «hacia vehículos y vías más seguros» necesitan tomar tierra. Necesitan objetivos numéricos y decisiones gubernamentales. Indicadores y BOE. En resumen, gobernanza de la seguridad vial.
En el actual contexto «tarifa plana de mortalidad» (la siniestralidad está estancada hace años en torno a los 1.700 fallecidos), se requiere valentía política y, aunque sean mínimos, fijar objetivos concretos de reducción de siniestralidad vial. Y para su consecución, en el ejercicio del gobierno de la seguridad vial, cinco son los grandes retos que deben afrontarse.
1.- Reordenación institucional. Cada vez se hace más necesaria una nueva configuración de la estructura institucional del tráfico, en dos líneas diferentes: interna y externa.
Interna, porque se hace precisa una profunda reforma de la estructura interior de la Dirección General de Tráfico. Un nuevo organigrama  para atender y focalizar los temas prioritarios. En este sentido parece imprescindible destinar una de sus Unidades al cambio que se está produciendo en la movilidad urbana. Las Administraciones Locales necesitan un punto de apoyo estatal que ponga fin a la soledad con la que actualmente desarrollan sus políticas urbanas. Un Observatorio de la Movilidad Urbana en el que hablar y decidir de calles de «pasar» a calles de «estar». De bicicletas, de peatones, de zonas 30,?.
Y, en segundo lugar, externo. Es preciso (y vamos ya con una década de retraso) reorientar la posición de la Dirección General de Tráfico en la estructura gubernamental del Estado. Debe potenciarse su transversalidad, incorporando criterios de movilidad, reforzando su interacción con la conservación de las carretas y dándole el rango que tiene y merece como política de estado
2.- Carretera convencional: la estrategia. El 85% de los fallecidos en vías interurbanas lo son en carreteras convencionales, con un carril por sentido de circulación. Las vulgarmente conocidas como «secundarias». Vías que en los años 80 y 90 llevaban y traían los grandes tráficos de un lado al otro del país, pero que hoy solo cubren el inicio o el fin de esos trayectos (desplazados a autopistas y autovías con calzadas separadas).
En ellas es viable una reducción del 15 o 20% de falleci dos. Sin embargo, el objetivo solo será alcanzable con decisiones firmes y de calado. Con una nueva regulación de su uso y una estrategia meditada para los próximos años que debe incluir, entre otras, una nueva gestión de las velocidades (del 100 al 90), rediseño de infraestructura y señalización, vigilancia especial de determinados comportamientos infractores o nuevos tipos y restricciones de circulación.
3.-  El nuevo vehículo: autónomo y eléctrico. La norma reguladora del factor vehículo en nuestro país data del año 1998. Cerca de 20 años donde internet y las nuevas tecnologías, el desarrollo de la administración electrónica, la conducción automatizada o el uso de vehículos eléctricos o propulsados con energías alternativas exigen dotarnos de un nuevo texto legal que permita dar cobertura a las nuevas realidades. La mejora de la seguridad vial se hará efectiva con una nueva regulación que ordene la interacción electrónica entre vehículos, con la vía o con operaciones de mantenimiento de la vía o de auxilio en carretera.
4.- Ley del tráfico urbano. La tradicional ordenación de la circulación en las calles urbanas ha quedado obsoleta. En los nuevos modelos de ciudad  peatones y bicicletas comparten protagonismo con el vehículo de motor. Además y en este contexto la infraestructura es la que, sin duda, marcará las reglas de circulación y la «fiscalización» física de la velocidad como el principal factor de riesgo en nuestras ciudades. Por todo lo anterior se hace preciso un nuevo conjunto de reglas que, inspirados en los principios de coexistencia y vida protegida, aborde estas nuevas realidades.
5.- Prioridad «dos ruedas». Bicicletas y motocicletas serán los vehículos de movilidad personal que más fuerza tomarán en los próximos años. La bicicleta por lo que supone y representa como una nueva forma de entender la movilidad urbana. Y la motocicleta, tanto por el ahorro de espacio que representa respecto al vehículo de cuatro ruedas como por su creciente protagonismo en la distribución urbana de mercancías vinculada al comercio electrónico.
Su vulnerabilidad, sin embargo, tanto en carretera como en ciudad, exige cada vez más una dedicación y tratamiento especial y permanente: uno de cada tres fallecidos en accidente de tráfico lo será sobre dos ruedas. Por volumen del asunto público no queda otra: procede echarle siglas y crear una PPM («política prioritaria del manillar»).






lunes, 21 de noviembre de 2016

PREMIOS A LAS CIUDADES Y A LAS PERSONAS POR LA SEGURIDAD VIAL Y LA MOVILIDAD URBANA



Hace unos días, en la Ciudad del Turia,  ha tenido lugar la tercera edición de la Jornadas sobre Movilidad Urbana y Seguridad Vial, organizadas por la Asociación de Ingenieros de Tráfico y Técnicos de Movilidad de España  bajo el título: Gestión de los usuarios vulnerables: asignatura pendiente de la ingeniería del tráfico.
En el marco de estas jornadas se ha entregado el Premio Visión Zero Municipal a varias ciudades españolas, un galardón que se concede a nivel estatal promovido por la Asociación Española de Ingenieros de Tráfico y Técnicos de Movilidad en colaboración con el Ministerio del Interior (Dirección General de Tráfico), Generalitat Valenciana, Ayuntamiento de Valencia, Federación Española de Municipios y Provincias y la Universidad Politécnica de Valencia, y que está destinado a reconocer a las ciudades españolas con una población superior a los 100.000 habitantes que no registraron ningún fallecido en accidente de tráfico durante todo un año.
En esta edición, las ciudades premiadas por conseguir no tener víctimas mortales en accidentes de tráfico durante el año 2015 han sido: Jaén, Oviedo, Salamanca, Elche, Jerez de la Frontera, Móstoles, Alcalá de Henares, Alcorcón, Dos Hermanas, Torrejón de Ardoz, Reus, Baracaldo y Telde.
En este mismo marco también ha sido galardonada  con el premio “Mujer y Gestión del Tráfico” la directora de movilidad del Ayuntamiento de Palma de Mallorca, Josa Arola.

 Este galardón reconoce la labor de la mujer que desde las administraciones, la universidad o la empresa privada, hayan hecho un trabajo para impulsar la ingeniería de tráfico en España.

Josa Arola es Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos por la UPC, con especialidad en Urbanismo y ordenación del territorio. En el 2000, ya como ingeniera, empezó a trabajar en el Ayuntamiento de Palma, en el programa de equipamientos urbanos. En la actualidad es la directora de Movilidad del consistorio palmesano.

Nuestra más cordial enhorabuena a Josa Arola por su labor en pro de la movilidad y a los ciudadanos anónimos de las poblaciones galardonadas por no haber tenido un accidente mortal durante todo un año.

sábado, 19 de noviembre de 2016

DÍA MUNDIAL EN RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS DE ACCIDENTES DE TRÁFICO



Mañana  domingo, 20 de noviembre, se conmemora el día mundial de recuerdo a las víctimas de los siniestros del tráfico.
Una jornada en la que las diferentes asociaciones de víctimas llevan a cabo actividades en recuerdo de las personas que perdieron la vida en la carretera. 

Desde este humilde blog nos sumamos a este día, aportando nuestro granito de arena para reducir las fatídicas cifras de siniestralidad.

El Día Mundial de Conmemoración de las Víctimas de Accidentes de Tráfico se celebró por primera vez en 1993 en el Reino Unido. Desde entonces, un gran número de países rememoran este día.

Fue creado en homenaje a las víctimas de tráfico y sus familiares por la difícil situación que atraviesan al tener que afrontar consecuencias tanto emocionales como físicas. El 26 de octubre de 2005, la Organización de las Naciones Unidas adoptó una Resolución mediante la cual se convoca a los gobiernos a que designen el tercer domingo de noviembre de cada año como el Día Mundial de Conmemoración de las Víctimas del Tránsito.


jueves, 17 de noviembre de 2016

NUEVO DIRECTOR GENERAL DE TRÁFICO


Publicado en: sevilla.abc.es

 

Zoido ficha a Gregorio Serrano como nuevo director general de Tráfico

 

El concejal popular del Ayuntamiento de Sevilla se incorporará al equipo del nuevo ministro en los próximos días.

El hasta ahora portavoz adjunto del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, Gregorio Serrano, abandonará la Plaza Nueva para incorporarse al equipo del nuevo ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, en los próximos días. Según las fuentes consultadas, Serrano ocupará la Dirección General de Tráfico, un puesto que se encontraba en situación de interinidad desde la dimisión de la anterior responsable, María Seguí, que tuvo que marcharse tras ser acusada de financiar proyectos de la empresa de su marido desde Tráfico.

Serrano (Sevilla, 1967) es profesor de Derecho Financiero y Tributario en la Universidad Pablo de Olavide. Se incorporó al PP municipal en las elecciones de 2003 como número 9 en la lista que entonces encabezaba Jaime Raynaud. Desde entonces se ha mantenido en la bancada popular y en los últimos años se ha convertido en uno de los hombres de confianza de Juan Ignacio Zoido en el Ayuntamiento. Fue delegado de Empleo, Economía, Fiestas Mayores y Turismo durante el mandato del PP y presidente de Mercasevilla.

lunes, 14 de noviembre de 2016

CAEN AL RIO DURANTE UN EXAMEN PARA EL PERMISO DE CONDUCIR



En esta ocasión lo intentaba por quinta vez. Estaba convencida que sería la última, la del éxito, y que regresaría a casa con el ansiado premiso de conducir.

Beatrice Park decidida, aunque un poco nerviosa, esperaba al examinador en el automóvil nuevo de su marido. Ambos habían llegado al Centro de Exámenes con puntualidad inglesa el día y la hora que le fijaron. No tardó en hacer acto de presencia la persona que decidiría su suerte aquel día, el examinador, Victor Collier. Allí había llegado, con su cartera de mano llena de papeles, inmutable, serio, seco, pero correcto. Entró en el vehículo y se sentó en el asiento del copiloto. Saludó a la aspirante respetuosamente, pero un poco infatuado; hizo las comprobaciones protocolarias y oficiales y le dijo:
  En marcha. Vamos a ver cómo se las arregla entre el tráfico.

La aspirante puso el motor en marcha, hizo las comprobaciones correspondientes, colocó la primera velocidad e inició el examen.
Llevaban recorridos un par de kilómetros y todo marchaba correctamente. Pero apareció aquella sorprendente curva, más cerrada de lo que parecía y con el peralte cambiado. Nuestra Beatrice Park entró a demasiada velocidad, se puso nerviosa, no pudo enderezar el coche que enfilaba hacia el rio Wey. Intentó frenar, pero, por su nerviosismo, apretó el acelerador. Examinada y examinador terminaron en las tranquilas aguas del afluente del Támesis.

Ya en su casa, Beatrice comentó:

“El automóvil comenzó a hundirse, abrí una ventanilla y salí. El examinador abrió la puerta y el agua inundó el interior. Antes de salir tomó su cartera de mano”.

Una vez fuera del coche, se sentaron en el techo del mismo, sin hablar hasta que pronto fueron rescatados por una lancha de pasajeros y llevados empapados al centro de exámenes de conducir.

El percance no tuvo graves consecuencias para lo que pudo haber sido.

Nota: La noticia fechada en Cranleigh (Inglaterra) se publicó en septiembre de 1969 en el diario ABC.

lunes, 7 de noviembre de 2016

AQUELLAS AUTOESCUELAS DEL SIGLO PASADO (IX)

De 1960 a 1969

(4ª parte)



Estábamos en pleno otoño de 1967, y el proyecto de ley por el que se transfiere al Ministerio de la Gobernación la declaración de aptitudes técnicas para la conducción de vehículos de  tracción mecánica (exámenes) y la autorización e inspección de las autoescuelas ya había sido sometido a  su aprobación en el pleno de las Cortes. Faltaba cada dia menos tiempo para que los exámenes de conducir  pasaran a ser competencia de la Jefatura Central de Tráfico. 


La transferencia de funciones sería llevada a cabo del modo más eficaz, según se decía. Y durante un período de seis meses el Ministerio de Industria,  al que correspondían hasta la fecha del traspaso esta función,  prestaría su asesoramiento a la Jefatura Central de Tráfico, que había de  ejercerlas  por medio de sus órganos periféricos, las Jefaturas Provinciales.

Por otro lado,  y desde meses antes, los representantes de las autoescuelas venían exigiendo que se modificara aquella disposición que exigía la posesión  del permiso de la clase D +E  para poder ejercer como profesor. Pensaban que los profesores, más que ser profesionales del volante debían  ejercer una misión educativa,  función pedagógica que requiere cierto grado de cultura y de formación específica. El tiempo les ha dado la razón y ahí está la formación que se exige en la actualidad a los profesores de Formación Vial.



Hacia el final de la primavera de 1967  la Jefatura Central de Tráfico tenia preparada la formación de sus futuros examinadores. Pronto empezarían a llevarla a cabo en la Escuela  de Automovilismo de Gétafe.

No todos los funcionarios selecionados para asistir a alguno de aquellos  primeros cursos eran titulares de un permiso de conducir. Tampoco asistió ninguna funcionaria, cosa poco sorprendente por aquellos años.

Tras aquellos cursos iniciales, calificados por algunos de los asistentes de paleolíticos,  los equipos de examinadores se han venido ampliando, aunque siempre de manera insuficiente,  y quienes han solicitado formar parte de ellos en los últimos años han tenido que superar cursos duros e intensos, tanto de selección, como de reciclaje. Aquellos cursos tuvieron lugar en Segovia hasta 1986 y después  se pasaron a Móstoles.






En febrero de 1968, aquellos funcionarios, preparados “ad hoc”,  comenzaron a examinar por toda la geografía española. La prensa   se hizo eco de inmediato de la nueva situación, de sus resultados y de sus efectos y de sus consecuencias.



La puesta en marcha de los exámenes en las diferentes provincias fue, en principio, bastante caótica para todos  y, en especial, catastrófica  para los examinandos.

Las autoescuelas  de Murcia decidieron, como protesta por los cambios, no presentar a ningún alumno a las pruebas el día 1 de febrero de 1968.

En Oviedo estuvieron tres días sin examinar en protesta por la forma de llevar a cabo los exámenes prácticos. La prensa manifestaba: (…) Desde que estos exámenes han pasado a depender directamente de la Jefatura de Tráfico el tanto por ciento de suspensos se ha elevado considerablemente en Oviedo.


 En Bilbao, el primer día de exámenes fueron suspendidos la mayor parte de los aspirantes, aunque no se llegó al extremo de lo ocurrido en Logroño donde no aprobó ninguno de los  que se presentaron.

En Bilbao,  la media de alumnos presentados venía siendo de 140 por día, aprobando unos 130. El primer día que examinaron los funcionarios de Tráfico solo se presentaron 17 a la prueba teórica y 26 a la práctica. El examen total sólo lo superaron 5.



En Barcelona no fueron las cosas mucho mejor. Aquel dia 1 de febrero de 1968, dia lluvioso y desapacible, los funcionarios examinadores hicieron acto de presencia en la montaña de Montjuic, donde estaban ubicadas las pistas de examen. Allí comenzaron  su nueva función: declarar apto o no apto a cualquier aspirante al permiso de conducir. Aquella mañana aprobaron un 24%  de lo presentados, porcentaje bastante bajo comparado con el de los anteriores examinadores de Industria.


 El desbarajuste que el cambio ocasionó el primer día fue bastante considerable y generalizado. Las autoescuelas estaban acostumbradas a que los exámenes de la Delegación de Industria estuvieran terminados cada día a media mañana, y el primer día que examinaban “los de Tráfico”, sus funcionarios seguían calificando pruebas a las dos de la tarde.

Los suspensos en los exámenes de conducir casi estaban creando “alarma social” y, así las cosas, la Jefatura Central de Tráfico decide informar a través de la prensa de los resultados de las pruebas en algunas provincias.

Los aprobados dicen que están entre un  veinticinco y un treinta por ciento de los presentados en las diferentes provincias. En las de  Madrid, Barcelona, Cáceres, Orense, Girona y Palma de Mallorca, el numero de convocados a examen desde el día 1 al día 6 de febrero  fue de 3.454 aspirantes, de los que solamente 888 obtuvieron el permiso, lo que supone un 25,7 por ciento de aprobados.

(Continuará…)


viernes, 4 de noviembre de 2016

TAPÓN EN LAS AUTOESCUELAS DE GRANADA



El siguiente artículo ha sido publicado en: www.ideal.es/granada

La falta de examinadores tiene a 1.800 alumnos en lista de espera para sacarse el carnet

Las autoescuelas sólo pueden presentar alumnos a examen cada dos semanas 

La jefatura provincial de Tráfico reconoce que hay seis evaluadores de baja prolongada, pero considera que la plantilla actual es «suficiente»

·        Las autoescuelas están atascadas. La falta de examinadores de la jefatura provincial de la Dirección General de Tráfico durante las últimas semanas ha generado una lista de 1.800 alumnos a la espera de intentar aprobar de los diferentes carnets de circulación y, en consecuencia, se están impartiendo las clases en los centros de formación de manera más irregular y el número de suspensos se está incrementando. Una espiral convertida en círculo vicioso de la que sólo se puede salir con una medida que la DGT no se plantea por el momento: aumentar la cifra de evaluadores activos.
·        La plantilla de examinadores de la DGT en Granada es de 23 personas, según informó a IDEAL la jefatura provincial. De ellos, seis se encuentra de baja de larga duración, que en la mayoría de los casos se han producido por haber sufrido accidentes laborales durante la realización de exámenes. A ello se unen bajas menores, vacaciones y días de permiso que, según José Blas Valero, presidente de la asociación provincial de autoescuelas, reduce en algunos días a la mitad la plantilla real de evaluadores. «Tenemos entre doce y quince examinadores» a diario. Dado que a cada uno le corresponden a diario un máximo de trece pruebas, en el mejor de los casos sólo se pueden realizar 200 exámenes cada día, cuando el número de alumnos que se presentan a la prueba roza los 300. «Esto implica que cada día la lista de espera aumenta en 100 personas sin que haya visos de que la cifra empiece a reducirse a corto plazo», expone Valero.
·        Para ponerse al día, la jefatura provincial de Tráfico decidió el pasado 14 de octubre cambiar la periodicidad con la que las autoescuelas pueden presentar a sus alumnos. «Actualmente estamos convocando a los alumnos de las escuelas de conductores a examen cada dos semanas, en lugar de hacerlo cada semana, como suele ser habitual. Pero las escuelas pueden presentar a todos los alumnos que entiendan que están preparados para superar las pruebas», explica José Vico, jefe provincial de Tráfico. Esto no resuelve el problema sino que consolida la incertidumbre dentro de las autoescuelas, ya que éstas son incapaces de programar las clases con los alumnos, la formación se imparte de forma irregular y la cifra de alumnos que no supera el examen aumenta, provocando esto último que la cifra de alumnos no se rebaje sino que siga aumentando. Consecuentemente, los ingresos de los centros de formación empiezan a ser irregulares.
·        José Blas Valero plantea dos alternativas para poner fin al problema. «Se puede privatizar el servicio, como ocurre con la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), en donde la administración sólo juega un papel de vigilancia y no hay tanto retraso». En paralelo, considera que sería útil para la DGT tener una bolsa nacional de examinadores que permita a los evaluadores ir moviéndose por todo el territorio en función de las necesidades de cada provincia. Valero, sin embargo, no confía en que desde Tráfico se le vaya a poner remedio a un colapso reforzado por la mejora de la situación económica y el aumento de alumnos en los centros de formación durante este otoño. «Tengo miedo, porque la DGT tiene ahora 800 funcionarios menos que hace cuatro años. Las plazas no se reponen y en Granada hay cuatro examinadores a los que les corresponde jubilarse el próximo año», añade Valero.
·        La jefatura provincial de Tráfico confirma el temor de Valero y asegura que no tiene intención de ampliar el personal a corto plazo. «La plantilla de funcionarios examinadores con que cuenta la jefatura es suficiente para poder realizar las pruebas con periodicidad semanal. Es más, en una parte muy importante del año, contamos con más examinadores que los que son necesarios para la demanda que tenemos», argumenta Vico. Desde la jefatura provincial se le ha dado a los examinadores la posibilidad de realizar horas extraordinarias, pero dado que no se les puede obligar a exceder su jornada sólo han sido unos pocos los que han accedido, por lo que la medida apenas ha tenido impacto en la reducción de la lista de espera. IDEAL contactó con la asociación provincial de examinadores de Tráfico, sin que esta respondiera.
·            Huelga
·        A la reducción anormal de los examinadores hay que añadir otros dos factores. La huelga de evaluadores de Tráfico durante varias semanas hace justo un año provocó que en esos días el número de exámenes que se realizaron fuera mínimo. Aparte, Granada es una de las provincias que desde hace varios años realiza exámenes de conducir todos los días hábiles del año. Esto implica que durante periodos vacacionales las autoescuelas de otras provincias con una sede en Granada, o viceversa, presenten a sus alumnos en Granada elevándose así la cifra de personas que desean obtener la ansiada 'L'.
·        La jefatura provincial de Tráfico le resta gravedad a la polémica. A su juicio, «no hay norma que indique con que periodicidad se han de convocar a los solicitantes, sino que ésta vendrá dada por las posibilidades del servicio». De ello se entiende que son las autoescuelas las que deben adaptarse al personal con el que la DGT cuente para realizar sus exámenes y no al revés. Una situación que desde hace un año asfixia a las autoescuelas y a la que jefatura provincial, por el momento, no consigue dar solución.
Fuente:ideal.es