domingo, 26 de mayo de 2019

EL JUGOSO NEGOCIO DE LOS CONDUCTORES «APTOS»


En diez minutos y con 70 euros, en España se superan los laxos controles médicos en alguno de los 3.000 centros autorizados. Al menos un 5% de ellos son irregulares
Cerca de 3.000 centros médicos-psicotécnicos pasan revista a los conductores en todo el país. En el último ejercicio del que se tienen datos, 2017, se tramitaron en ellos 3,2 millones de reconocimientos, de los cuales, según la Dirección General de Tráfico (DGT), 560.343 eran nuevos permisos; mientras que se efectuaron 2,5 millones de revisiones en el marco de un censo de 26.640.000 conductores. Estos centros facturan 130 millones de euros anuales, un jugoso pastel que lejos de menguar se ha agigantado con la proliferación como champiñones de mil centros más en la última década. Y, al menos, un 5% de ellos actúan de manera clandestina o irregular, alentados por una competencia voraz y desleal.

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domingo, 19 de mayo de 2019

FORMACIÓN VIAL PRESENCIAL FRENTE A FORMACIÓN VIAL MEDIANTE “APPS”

Las autoescuelas reclaman poner coto a las ”apps” de formación vial

 

Las autoescuelas digitales, "abocadas al cierre" por el cambio del teórico

 

Las autoescuelas 'online' contra Marlaska por obligar a sacarse el teórico presencialmente

 

La aparición de “apps” para sacarse el carnet de conducir sin pisar un aula está transformando poco a poco el sector de las autoescuelas, que se resiste y plantea con buen criterio la necesidad de una formación presencial con profesionales. Mientras tanto seguimos contabilizando victimas en accidentes de tráfico: 27 fallecidos en esta última Semana Santa. 



Es un hecho indudable  la baja aplicación formal de la educación vial en los colegios y su inexistente aplicación en el resto de esas etapas que no se corresponden con las edades de escolarización.  Y en las pocas ocasiones que se da alguna educación vial, su orientación metodológica es equivocada.

Es bastante evidente que  en la formación que se da en las autoescuelas hay una ausencia de educación vial y la educación vial que se hace ocasionalmente, en la mayoría de casos, es una réplica absurda y temporalmente inadaptada de la formación vial.

 Por otra parte, se ha de reconocer que los preconductores son formados para comenzar a conducir en una autoescuela hasta alcanzar el estatus de conductor mediante el correspondiente permiso. Su formación como conductor en España, y hoy por hoy, opera solamente a nivel instruccional.

Este tipo de formación se centra en conseguir, de una parte, las habilidades básicas necesarias para el control del vehículo y, de otra, el conocimiento de las normas de tráfico. Esta formación desempeña un papel importante aunque esté  orientada fundamentalmente hacía la obtención inicial del permiso de conducir. Sin embargo no ofrece las mínimas garantías de que los instruidos vayan a realizar una conducción segura.

De hecho, no existe evidencia alguna de que este tipo de formación vial que se le imparte a todo aspirante al permiso de conducir reduzca la tasa de accidentalidad entre los conductores noveles, ni a corto ni a largo plazo.

El Director General de Tráfico, con un acertado criterio, tiene prevista  una modificación del Reglamento General de Conductores que contempla, entre otras cosas, modificaciones en el sistema de formación vial y exámenes cuyo objetivo es mejorar la seguridad vial y reducir así la accidentalidad.

Uno de los puntos a modificar contempla una ampliación  de los mínimos exigibles en la prueba incluyendo una formación teórica presencial obligatoria de ocho horas. Y es aquí donde salta la polémica. Hemos de decir que en el 80% de los países europeos ya se han adoptado medidas para implantar un número mínimo de clases de formación teórica presencial.

En un informe del ETSC se establece: “Cada año, casi 15.000 usuarios de la vía entre 15 y 24 años, mueren en las carreteras de los estados miembros de la Unión Europea, la gran mayoría en los primeros años tras la obtención del permiso de conducir. Por trayecto realizado, la tasa de accidentes de los conductores jóvenes es varias veces superior a la de los conductores de mediana edad”, “eso indica que la actual práctica de la formación vial y la obtención del permiso ha fracasado a la hora de preparar a los más jóvenes para participar de forma segura en el tráfico motorizado”.

Además, hasta el 70% de todos los usuarios de carreteras muertos en el tráfico urbano son usuarios vulnerables: el 40% son peatones, el 18% de pasajeros de dos ruedas y el 12% ciclistas. Son cifras que dan qué pensar.

“A menudo, el objetivo de la formación parece ser preparar al conductor a pasar el examen en el menor tiempo posible”, apunta el ETSC. “El tiempo limitado disponible para la formación es insuficiente para que el alumno adquiera las habilidades básicas, los conocimientos y procesos para tratar de forma segura en circunstancias como la conducción en condiciones climatológicas adversas, durante las horas nocturnas y en condiciones de tráfico extremadamente denso, que son difíciles de evitar tras la
obtención del permiso.”

Por estas y otras razones no entiendo bien el enfado de la plataforma que se ha creado para defender la preparación “on-line” de los preconductores. Sus “apps” pueden ser apropiadas para adquirir información y conocimientos para superar el examen teórico, pero no para un curso de sensibilización cuya finalidad esencial sería una formación basada en el cambio de actitudes y no en una mera transmisión de conocimientos.

Es cierto que pueden resentirse  sus negocios, pero no es menos cierto que cuidar los beneficios de la seguridad vial de los colectivos vulnerables está por encima de cualquier beneficio mercantilista.

Por otra parte, el tener un porcentaje alto de aprobados no significa que esos preconductores vayan a tener conductas seguras al volante de sus vehículos. Me viene a la memoria la desilusión que se llevó un amigo profesor de “Etica y Filosofía” cuando se enteró de que su mejor alumno, el que sacaba siempre un sobresaliente en su asignatura, no asistía a clase aquella mañana porque estaba retenido, junto con otros, por la policía. Se habían dedicado en la noche anterior a romper cristales y espejos retrovisores de los coches aparcados en la calle.

El factor humano está presente en más del 90% de los accidentes. Y son los jóvenes los que se llevan la peor parte. Esto obliga a poner la mirada en la persona y en consecuencia en la Educación y Formación Vial.




La mera instrucción que se viene impartiendo en las autoescuelas y las medidas punitivas que se aplican parece que no son suficientes para encontrar una solución al problema por lo que se hace necesario producir un cambio cultural que rechace abiertamente los comportamientos de riesgo en la conducción. Y esto no se consigue con una “aplicación (app) por bien diseñada que esté.
El curso presencial de 8 horas que tiene previsto implantar la DGT durante la formación de los preconductores versará principalmente sobre:
-  los colectivos vulnerables (peatones, ciclistas y motoristas),
- los factores de riesgo (velocidad, alcohol, drogas),
- distracciones al volante (utilización del teléfono móvil) y el uso de sistemas de seguridad (casco, cinturón, sillita infantil).


 Pocos argumentos se pueden esgrimir contra esta sana intención. Otra cosa sería discutir sobre qué modelo de intervención sería el más adecuado y eficaz para alcanzar los objetivos previstos. Pero esto seria motivo de otro articulo diferente.

Por nuestra parte diremos que si partimos de la idea de que el comportamiento de seguridad de un conductor es consecuencia de su manera de pensar, sentir y actuar, la mejor via para  conseguir resultados positivos sería aquella que incidiera en estos tres factores. Y lo más recomendable seria aplicar un programa que favoreciera el cambio de actitudes y por ende la erradicación de conductas de riesgo en los jóvenes conductores.

Ya se han impartido cursos basados en el modelo de cambio de actitud con resultados esperanzadores. Este modelo de intervención permite tratar la formación integral de los jóvenes preconductores centrándose en los tres aspectos que conforman la actitud: 
conocimientos, habilidades y emociones. A la vez aporta una metodología concreta que permite el tratamiento de los factores de riesgo  que más inciden en los accidentes de tráfico de los jóvenes.
Sea cual fuere el modelo de intervención que se aplique, lo importante es concienciar a los jóvenes, en especial y a todos los usuarios de carretera en general, de las factores de riesgo de los accidentes y de las medidas preventivas que se han de aplicar y esto no se consigue con “APPS”.


martes, 14 de mayo de 2019

ACERTADO ENDURECIMIENTO DE LOS EXÁMENES PARA CONDUCIR



El periódico “mallorcadiario.com” editorializa sobre el examen de conducir.


Desvelaba algunas de las modificaciones que pretende llevar a cabo la DGT para endurecer los exámenes del carnet de conducir. Tráfico estudia implantar a partir del próximo mes de julio una serie de medidas encaminadas a reducir la siniestralidad en las carreteras españolas. El año pasado cerró con una cifra de 1.180 muertos, algo menos que el número de víctimas mortales del 2017, pero que aún así es una cifra preocupante.

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