De cómo se obtenía la licencia de conducir en Japón a principio de los años
treinta del siglo pasado.
Un ciudadano británico, Mr.
H. W. Bunce, residente en Kobe (Japón), escribe a una revista técnica de su
país relatando las condiciones impuestas por las autoridades japonesas para el otorgamiento
de una licencia para conducir automóviles. Una publicación española se hizo eco de aquellas condiciones y nosotros
la reproducimos a continuación por el indudable interés histórico
que reviste según nuestra humilde opinión.
Mr. H. W. Bunce decía:
Después de llenar numerosos formularios, en los que hay que hacer
constar toda la historia de la familia (todas estas declaraciones tienen que
ser traducidas en caracteres japoneses antes de que las reciba la autoridad),
el solicitante espera que se le llame para someterse a la prueba número 1;
espera que, usualmente, es de un mes a mes y medio.
Esta prueba se realiza en una pista especial, de 1,60 metros de ancho,
cerrada por cuerdas y de forma variada para cada serie de pruebas que deban
hacerse.
La referida número 1, que tuve que pasar, consistía en conducir
adelante, retroceder luego sobre el lado izquierdo, marchar adelante de nuevo y
retroceder otra vez sobre el lado derecho hasta el punto de partida, empleando cinco
minutos.
Luego de aprobada la prueba número 1, se espera usualmente una
quincena, hasta que se recibe orden de presentarse para un examen
escrito, que consiste en tres preguntas relacionadas con el funcionamiento del coche
y otras tres sobre reglamentación policial.
guiar el automóvil, a través del tráfico de la ciudad, acompañado por
dos funcionarios, galoneados de oro que hacen ver su importancia al tiempo que
vigilan cada acción del conductor.
Terminada felizmente esta prueba, hay una nueva espera, de siete a diez días,
antes de que se informe al solicitante que puede pasar por la oficina de policía
a retirar su licencia.
No hay que pagar nada por la licencia, cuya validez es de cinco años, pero
debe convenirse en que ha sido bien
ganada.
Otro detalle más es que la licencia es sólo válida para el automóvil que
se posee, cuyo número y marca quedan estampados en el documento. Si se cambia
de cache más adelante, hay que notificarlo a las autoridades y esperar la llamada
para una breve recorrido por la ciudad en compañía de los funcionarios, para convencerlos de que el
automovilista sabe manejar su nuevo vehículo.
Si desea obtener lo que llaman una licencia "blanca", que
habilita para la conducción de cualquier clase de automóvil, hay que someterse
a exámenes doblemente rígidos y la prueba sobre pista tiene que ser repetida:
una con un coche de ancho de ruedas normal y otra con un Ford modelo T, para la
cual se reduce el ancho de la pista ligeramente y se disminuye el tiempo de la
prueba a 2 1/2 minutos".