jueves, 26 de abril de 2018

DE VELOCIDAD Y RADARES…


El Supremo se pronuncia sobre el margen de error de los radares de tráfico

La velocidad, ya sea excesiva (por encima de los límites establecidos) o inadecuada (dentro de los límites pero sin ajustarse a las condiciones de la vía, el vehículo o el conductor) es un problema de seguridad vial en muchos países según establecen la Organización para la Cooperación y Desarrollo (OCDE) y la Conferencia Europea de Ministros de Transporte (ECMT). Según ambos organismos  la mitad de los conductores circulan a velocidad inadecuada y un 20% supera en 10 km/h el límite establecido.

No respetar los límites de velocidad es un elemento fundamental que determina la mayor o menor incidencia en la siniestralidad vial, la gravedad y el grado de lesión de las víctimas en caso de accidente de tráfico. Además, en el caso de accidentes mortales, en un 21% de ellos, la velocidad fue un factor concurrente.



El texto que sigue ha sido publicado en: https://politica.elpais.com


El Supremo fija criterio sobre el margen de error de los radares de tráfico

El Tribunal Supremo ha establecido que los radares móviles de tráfico que miden la velocidad desde una ubicación fija, en trípodes o en coches parados, tienen un margen de error del 5% y no del 7%, por lo que atribuye a este tipo de dispositivos el mismo porcentaje que a los fijos. Con este criterio, el tribunal ha desestimado el recurso de casación interpuesto por un conductor que fue grabado por un radar cuando conducía a 214 kilómetros por hora por la AP-68 (sentido Zaragoza), contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra que le impuso el pago de una multa de 1.080 euros y la prohibición de conducir durante un año y un día por un delito contra la seguridad vial.

La Sala de lo Penal se plantea si un radar cuando se coloca sobre un trípode o en un vehículo parado es un instrumento fijo o móvil a los efectos de determinar el índice de error del 5% o del 7%, ya que considera que las órdenes ministeriales que regulan estos dispositivos —fijos y móviles (estáticos o en movimiento)— no aclaran esta cuestión. En el caso que ha estudiado el Supremo, los magistrados consideran que dicho porcentaje es relevante, pues, en función del margen de error que se aplique, el conductor puede ser absuelto o condenado. De hecho, el juzgado de lo Penal 3 de Pamplona le absolvió al considerar que el aparato de medición era móvil, por lo que después de aplicar un margen de error del 7% concluyó que la velocidad a la que circulaba el conductor podía ser de 199 kilómetros por hora, y no superaba en 80 kilómetros por hora la velocidad máxima permitida en esa vía (120 kilómetros por hora), por lo que no era delito.

Sin embargo, la Audiencia Provincial de Navarra entendió que el radar era estático, con un margen de error del 5%, por lo que la velocidad a la que circulaba era como mínimo de 203 kilómetros por hora. Al superar el margen legal, revocó la absolución y condenó a este conductor como autor de un delito contra la seguridad vial.

La conclusión a la que llegan los magistrados del Supremo es que “si el aparato de medición, cinemómetro, es empleado desde una ubicación fija, esto es sin movimiento, ya sea fijo o estático, el margen de error es del 5%”, y afirman, además, que esa catalogación es “lógica” porque “la medición de la velocidad, desde un radar fijo, o desde una instalación sin movimiento, supone un menor margen de error que la medición realizada desde un dispositivo en movimiento”.

La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Andrés Martínez Arrieta, afirma que las órdenes ministeriales que regulan los radares distinguen entre fijos o móviles, a los que asigna un distinto margen de error en sus mediciones. Los fijos son los instalados en edificios, puentes o postes con carácter permanente, y los móviles son los trasladados de un lugar a otro. Dentro de este último grupo, explica el tribunal, se distingue entre móviles en sentido estricto, dispuestos para la medición en movimiento, y aquellos otros que, además de la movilidad, por poder ser trasladados, desarrollan su función de medición en situación de parados. “Estos últimos son denominados estáticos a los que se atribuye el margen de error de los fijos”, concluye la Sala en su sentencia.


lunes, 23 de abril de 2018

UNA HISTORIA DE PERSEVERANCIA Y TESÓN PARA SACARSE EL PERMISO DE CONDUCIR

LO OBTIENE DESPUES DE INTENTARLO 33 VECES DURANTE 25 AÑOS

 

Un claro ejemplo de tesón, constancia, perseverancia, persistencia o tenacidad. Es el caso del ciudadano británico Christian Whiteley-Mason, que después de 25 años, 33 intentos, 14 profesores y unos cuantos miles de libras, ha logrado su sueño: obtener el permiso de conducir para poder llevar su propio coche. 

 

No es esta una noticia de actualidad, porque Christian Whiteley-Mason tiene su licencia de conducir expedida desde el día 24 de enero de 2017. Fue noticia hace un año, pero, por no sé qué motivo, ha vuelto a aparecer estos últimos días en alguna prensa digital.



Realizó su primera prueba de conducir en 1992. Y durante la misma se subió a una acera y chocó contra una señal de tráfico.

 

Tras  56 clases de conducir, su profesor le dijo que "se diera por vencido porque nunca aprobaría". Christian, después de 11 años y de tantos intentos fallidos, por fin, en 2003 asume  que eso de conducir un automóvil quizá no es para él y abandona.

 

Nuestro protagonista siguió su vida, pero ni un solo día logró  olvidar su gran frustración. ¡Quizá algún dia…!, se decía.

 

La idea de poder conducir su propio automóvil siempre le acompañó y Christian, ya cuarentón, decide volver a intentarlo. Ahora no lo hace por ser la ilusión de su vida, sino por una necesidad. Tenía la necesidad imperiosa de poder desplazara hasta a su lugar de trabajo por sus propios medios. Se veía obligado a usar taxis o que otras personas lo trasladaran.

 

Un día se olvida de sus anteriores fracasos y decide intentarlo una vez más. La gente de su entorno, y dado que el ser humano es como es, amigos y compañeros hacen chanza con el tema, le pronostican nuevos fracasos y le vaticinan que nunca llegaría a conseguirlo. Se equivocaron.

 

Christian logra aprobar el carnet de conducir con un coche automático. Y, en esta ocasión, ha contado  con la le inapreciable ayuda de un profesor que no le dejado abandonar hasta conseguirlo. Nuestro perseverante alumno ya puede conducir el coche que siempre había querido, un Smart al que, al parecer, le llama “Percy”.

La tarea de conducir, hasta llegar a automatizar todos sus pasos,  es compleja y difícil. Y llevar a cabo el proceso enseñanza-aprendizaje de la conducción, como muy bien saben los profesionales del ramo, no es tarea fácil.


Hay personas que necesitan pocas clases prácticas para sacarse el permiso; hay otras que necesitan bastantes, pero hay algunas,  aunque sean un porcentaje pequeño  que necesitan muchas, pero que muchas clases. Y ni añadiendo  litros tila, golpecitos de ánimo en la espalda, utilizando las mejores estrategias de enseñanza, su profesor o profesora apenas perciben sus progresos, si es que los hubiera. ¿Pero cómo dejarlo después de tanto gasto y tanto esfuerzo?

 

Tres pedales para solo dos pies son demasiados para algunos. Sencillamente no han nacido para conducir un automóvil.

 

Conozco personas con una cabeza muy bien amueblada, y con todas sus  extremidades completas y en su sitio, que intentaron conducir un automóvil y abandonaron. Conozco a otras que después de derrochar esfuerzo, tiempo y dinero obtuvieron su permiso de conducir, lo guardaron en la cartera o en el bolso y nunca más cogieron un volante entre sus manos.

 

Sin embargo sea como fuere, la mayoría  de los que lo intentan, perseveran y disponen de posibles económicos, acaban obteniendo en el permiso de conducir como ha ocurrido con el tenaz Christian Whiteley-Mason. De faltarle pies para tres pedales, pasó a sobrarle un pie para dos pedales. El examen, como le hemos cantado, lo aprobó con un coche automático.

 

Como dice mi amigo, el sindicalista: que la seguridad vial le acompañe.

 

 



miércoles, 18 de abril de 2018

MARCAS Y MODELOS DE AUTOMOVILES PREFERIDOS POR LAS AUTOESCUELAS


Las autoescuelas suelen renovar con frecuencia sus vehículos, en especial los turismos. Suelen elegir modelos fiables y de bajo consumo. Pero, ¿cuáles son los preferidos?

Según la revista Autofácil, el Peugeot 208 fue el coche más vendido a las autoescuelas en 2017 y también lo sido a lo largo del primer trimestre del presente año.





Texto publicado en: www.autofacil.es

Estos son los coches favoritos de las autoescuelas
Las autoescuelas se ven obligadas a elegir modelos fiables, cómodos y frugales para completar sus flotas, pero ¿cuáles son los cinco modelos más populares?
Elegir coche para una autoescuela no es tarea fácil. A diario, varias personas suelen ponerse a los mandos y, en la práctica totalidad de los casos, se trata de conductores sin ninguna experiencia al volante; a menudo, los alumnos someten a estos vehículos a un trato muy exigente, por lo que las probabilidades de tener una avería aumentan considerablemente.
Es por ello que la principal razón de compra de las autoescuelas sea la fiabilidad, pero tampoco deben dejar de lado el consumo, la economía de uso y el confort a bordo, puesto que los profesores pasan varias horas sentados en el asiento del copiloto. El diseño es otro factor decisivo, ya que el coche de la autoescuela se convierte en el mayor reclamo publicitario para el centro formativo.
Todos estos factores determinan la compra de un nuevo vehículo para dar clases a los futuros conductores, pero ¿cuáles son los modelos preferidos por las autoescuelas?
En 2017, el Peugeot 208 fue el coche más vendido a las autoescuelas y, a lo largo del primer trimestre de 2018, también se ha colocado a la cabeza de la lista de matriculacionesa este colectivo, aunque comparte posición con el Renault Clio. De enero a febrero, se han comercializado 33 Peugeot 208 y el mismo número de Renault Clio destinados a formar a conductores. Volkswagen Golf y Dacia Sandero ocupan el tercer y el cuarto puesto con 19 unidades cada uno, mientras que el Citroën C3 cierra el Top 5 con 17 unidades.

Por marcas, Renault lidera las listas de matriculaciones a autoescuelas, en buena medida gracias al Clio, pero también se deben a la aceptación del Mégane y el Captur por parte de los formadores. El segundo puesto lo ocupa Peugeot con el citado 208 y varias unidades de los 2008 y 308. Cerrando el podio encontramos a Volkswagen, seguida muy de cerca por Citroën y Seat.

De estos datos se desprende que los segmentos más populares entre las autoescuelas son el B y el C, es decir, vehículos utilitarios y compactos, si bien la categoría de los SUV urbanos está cogiendo fuerza en los últimos tiempos. Por potencia, la mayor parte de los modelos vendidos tenían alrededor de 100 CV, aunque también son muy populares los coches de 70 CV. El dato curioso viene dado por los 12 vehículos de 150 CV y las dos unidades de 189 CV matriculadas para autoescuelas entre enero y marzo.
El diésel sigue siendo más popular
Si hablamos de combustibles, a lo largo del primer trimestre de 2018 se han matriculado 245 vehículos diésel, 15 de gasolina, 3 híbridos y 34 impulsados con GLP o GNC. Estas cifras confirman la tendencia del resto del mercado y, a pesar de que el diésel sigue ganando la partida, demuestran que, poco a poco, va perdiendo aceptación. Bien es cierto que en cuestión de consumos sigue siendo una de las opciones más interesantes, pero el avance del resto de tecnologías y la preocupación por el medio ambiente tienen una repercusión clara en los gustos de las autoescuelas. Con todo, todavía no se ha matriculado ningún modelo eléctrico, mientras que, en 2017, 19 autoescuelas incorporaron a sus flotas un coche de cero emisiones.

lunes, 16 de abril de 2018

EL SISTEMA “eCall” HA LLEGADO A ESPAÑA PARA QUEDARSE


Un contenido más para impartir en la autoescuela
Desde el pasado 31 de marzo de 2018, el sistema “eCall” es obligatorio en todos los nuevos turismos y  furgonetas que salgan al mercado en Europa. No pasará mucho tiempo para que también lo sea para el resto de vehículos.

Recuerdo la noticia de un fallecido en un accidente de tráfico en la comarca de la Sierra de Segura. El conductor regresa a su domicilio; es media noche  y circula, cuesta arriba, por una carretera estrecha con muchas curvas  y con bastante desnivel. En uno de los giros se sale de la calzada y, junto con su todoterreno, caen terraplén abajo. Tras algunas vueltas de campana, el vehículo queda volcado y el conductor atrapado en su interior. Transcurren las horas. Clareando el día, el primer conductor que circula próximo al lugar ve el vehículo siniestrado y hace una llamada al servicio de emergencias 112. Cuando llegaron los servicios de rescate, nada pudieron hacer. Solo confirmar su fallecimiento. Desde que se produjo el accidente hasta que llegaron los servicios de socorro pasaron demasiadas horas.
Si la llamada al 112 se hubiera producido nada más ocurrir  el accidente, este vecino de la bella aldea del Tamaral de la comarca de la Sierra de Segura quizás hoy seguiría vivo.



 Pues bien, esto ya no les pasará a los conductores de vehículos que dispongan del sistema “eCall”. Contribuirá de manera importante  a reducir la letalidad de las victimas por accidente de tráfico.

Más de un conductor en activo o futuro conductor se preguntará: ¿pero qué es eso del “eCall?, ¿para qué sirve?, ¿Por qué es tan eficaz?, ¿cómo funciona?
Es un sistema de llamada automática instalado en el vehículo para caso de emergencia. Un servicio gratuito con cobertura en toda Europa. Afirman que puede reducir el tiempo de respuesta de los servicios de asistencia entre un 50% y un 40%. Circunstancia de suma importancia para salvar vidas.
Se estima que una vez introducido en Europa se podrán salvar unas 2.500 vidas al  año así como reducir la gravedad de las secuelas en los heridos por accidentes de tráfico entre un 10% y 15%.
Generar una alerta inmediata en caso de accidente y poder conocer la localización exacta del mismo puede reducir el tiempo de respuesta de los servicios de emergencia en un 50% en zonas rurales y un 40% en zonas urbanas.
Por lo tanto: ¡Bienvenido sea el tal sistema!
 Según los expertos, no solo permitirá una reducción del tiempo  de respuesta del servicio, sino que se espera del sistema una mejora en el mismo en cuanto a rapidez eficacia y eficiencia.
 Su funcionamiento se produce de manera automática. Llegado el momento, los sensores del sistema instalado en el  vehículo reconocen que se ha producido un accidente y se activa automáticamente una llamada al 112. 



Al operador del 112 le llega la llamada y un mensaje con unos datos que se denominan MSID (Mínimum Set of Data, o conjunto mínimo de datos) que georreferencia la localización del accidente y facilita información adicional decisiva para salvar vidas o reducirlas consecuencias de las lesiones.
De forma también automática, se realiza una consulta al Registro de Vehículos de la DGT, del que se obtienen datos adicionales del coche, como matrícula, marca, modelo o tipo de combustible —si es eléctrico o de gasolina, por ejemplo—, entre otros. Son estos datos importantes y esenciales para facilitan la labor a los servicios de emergencia y rescate porque ya saben desde el primer momento los medios que han de llevar. Según los datos recibidos, el centro inicia el protocolo de asistencia que considere oportuno para agilizar el rescate.


Simultáneamente a la recepción de la llamada, los datos son transmitidos por vía telemática a todos los servicios que se requieren
El  112 genera, a la vez, una incidencia a la DGT, que le  permite tomar las medidas más adecuadas para facilitar la movilidad del resto de los usuarios de la vía. Inmediatamente se informa a los conductores mediante mensajes en los paneles variables.




El sistema también se puede activar de manera manual, pulsando el botón SOS ubicado en el tablero de instrumentos del vehículo.
(Fuentes: Revista TRÁFICO y RACC Blog)





sábado, 7 de abril de 2018

¿SE AVECINA DE NUEVO UNA HUELGA DE EXAMINADORES?


De momento, parece que no, pero ojo que los examinadores dan un toque de atención


Texto publicado en: www.abc.es



Vuelta a la carga de los examinadores de tráfico: se manifiestan en cinco comunidades

Continúan con las reivindicaciones que provocaron una huelga de casi un semestre en 2017
Los examinadores de tráfico se han manifestado este sábado 7 de abril en cinco comunidades autónomas para recordar al Gobierno y a la clase política que el colectivo «sigue estando ahí»y porque hasta la fecha, «no se le ha dado lo que por justicia les pertenece».

Así lo avanzó a Europa Press el presidente de la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra), Joaquín Jiménez. Asextra es la entidad que engloba a estos trabajadores de la DGT, además de ser la convocante de los paros que inició el colectivo el pasado año.

Hay movilizaciones en Madrid, Andalucía, Galicia, Canarias y Castilla-La Mancha. Todas estaba programadas para las 12.00 horas.

Los examinadores de Andalucía se concentran en Sevilla ante la Delegación del Gobierno; los de Galicia se movilizan en Ourense ante la Subdelegación del Gobierno; y también hay concentración en Las Palmas ante la Delegación del Gobierno.
Por su parte, los examinadores de Madrid y Castilla-La Mancha se manifestarán en Madrid en una marcha que parte desde Atocha, y hace una parada en la calle Alcalá, ante el Ministerio de Hacienda y Función Pública, donde leen un manifiesto.
Según informa Asextra, el resto de comunidades se concentrarán en próximos fines de semana, como Cataluña y Castilla León que lo harán el próximo sábado 14 de abril. Además, la entidad indica que otras regiones están preparando concentraciones para el día 21 de este mes.

Estos funcionarios reclaman desde junio de 2017 una subida salarial -el denominado complemento específico, de unos 250 euros mensuales- en sus nóminas, lo que les llevó a iniciar paros parciales que se prolongaron hasta diciembre, mes en que finalmente se desconvocó la huelga.

Esta decisión vino después de que la oposición anunciara su compromiso de reclamar al Gobierno este incremento salarial en forma de enmienda a los Presupuestos. Según indica Jiménez, tres meses después de este acuerdo, el compromiso de la oposición «sigue estando».
Tal y como apunta Jiménez, esta manifestación del 7 de abril es un «toque de atención» hacia los dirigentes políticos para recordar la situación actual del colectivo, que se encuentra a la espera de que los Presupuestos recojan sus reivindicaciones. «A partir del 7 de abril, veremos lo que hacemos», advierte Jiménez, que dice que esta movilización se ha convocado para un sábado para no «hacer daño a la ciudadanía».
Desde que se iniciaron los paros, más de 200.000 exámenes para obtener el carné de conducir han sido cancelados, una situación que además ha provocado pérdidas económicas que ascienden a unos 110 millones de euros en el sector de las autoescuelas.

Por el momento, la asociación espera que Ciudadanos presente una enmienda que cuente con el apoyo de toda la oposición. «Vamos a fiscalizar cada paso que dé Ciudadanos, si los pasos van en lo que nos dijeron seguiremos en esta tregua», subraya el presidente de Asextra.
En caso de que los PGE no incluyan finalmente una partida destinada a esta subida salarial -Ciudadanos y PSOE calcularon que sería de 2,5 millones de euros al año-, la entidad amenaza con volver a la huelga. Si esto no se soluciona en los presupuestos, antes del verano habrá inactividad en el servicio de exámenes», concluye la entidad.






viernes, 6 de abril de 2018

NOSOTROS, LOS CONDUCTORES Y CONDUCTORAS MAYORES DE 65 AÑOS (III)


(III)

En defensa de nosotros, los conductores mayores de 65 años.
(Continuación)

Nota: después de haber publicado dos artículos,  y a punto de hacerlo con este tercero, he leído el recomendable trabajo titulado “La tercera edad se mueve”, publicado en el último número de la revista “Tráfico y Seguridad Vial”, firmado por Carlos Nicolás Fraile y con infografía e ilustraciones de DLIRIOS y me ha parecido oportuno incorporar algunos datos que vienen a confirmar mis apreciaciones sobre el particular y que vengo publicando en este blog hace algunas fechas.



Dicen que en 2020, en la ciudad de Quebec, el 80% de los conductores tendrán más de 65 años. ¿Creen que la  mayoría de quebequenses estarían dispuestos a sacar del tráfico a sus mayores?  Pues en España parece que sí.

Casi 10,4 millones de españoles aseguran haber vivido situaciones de riesgo en la carretera que atribuyen a conductores mayores y casi 8 millones nos califican de “peligrosos”.

Es una evidencia, por diferentes motivos, que los mayores de 65 años son el segmento más vulnerable de todos los usuarios de la vía, pero  esto no quiere decir que sean los más peligrosos, hasta el punto de que en un estudio de Linea Directa y Fesvial se afirme que en España 860.000 conductores son partidarios de retirar el carné automáticamente a los 65 años, que 2,8 millones les prohibiría la conducción nocturna y 4,4 millones  retiraría el carné a sus propios familiares.

No parece que nuestros conciudadanos más jóvenes confíen mucho en nosotros, los conductores más veteranos.  Sin embargo, en este mismo estudio, se dice que son los más seguros, al registrar 4 veces menos accidentalidad que los menores de 25 años.

Es cierto que a medida que aumenta la edad tenemos más probabilidades de sufrir lesiones graves o fallecer por accidente de tráfico, pero no es menos cierto que muchos de esos accidentes no han sido provocados por conductores mayores. Por edad, nos reiteramos en lo dicho, somos más frágiles, pero no más peligrosos.  



Permitirme que insista en que eso de medir a las criaturas adultas por sus años, no siendo casos muy concretos, para negarles el derecho a seguir conduciendo, o por qué no, a sacarse el permiso de conducir, es de una postura inadmisible, injusta, inaceptable e impropia de cualquier persona inteligente y conocedora del tema.

Aquello de que se tiene la edad que se ejerce es una verdad tan grande como una catedral. La edad está casi siempre en el ánimo de cada sujeto, en su mentalidad, y en su  temperamento. Si la jubilación se midiera por la eficacia y no por la edad, ¿a cuántos habría que jubilar a los 20, a los 40, o a los 50 años?

Formamos parte de ese segmento cuyos componentes, 65 y más años, tienen los mayores índices de letalidad, pero, por más que se empeñen algunos no somos el colectivo más peligros de la circulación.

Para refrendar y respaldar lo que venimos diciendo, veamos algunos datos de 2016.

En términos absolutos y considerando el conjunto de la población, según la DGT, los fallecimientos en accidente de tráfico han afectado en mayor medida al grupo de edad comprendido entre los 45 y los 54 años, con 311 fallecidos.

Por otra parte, el grupo de edad comprendido entre los 45 y los 55 años es el que cuenta con mayor numero de personas hospitalizada, 1798. 

Sin embargo la tasa más alta de fallecidos por millón de población la tiene el grupo de edad de 85 y más años, con 77 fallecidos por millón de población; le sigue el grupo de 75 a 84 años con una tasa de 69.Y en tercer lugar está el grupo de 65 a 74 años, cuya tasa es de 46 fallecidos por millón de población.

Es innegable que el índice de letalidad en accidentes de tráfico del segmento de edad que tiene 65 años y más, en especial el grupo de edad de 85 y más años, es superior al de los demás, sin embargo la tasa de conductores implicados en accidentes con víctimas por millón de población en esos mismos segmentos de edad es notablemente inferior al cualquier otro grupo de edad.

Los conductores de 65 y más años somos el 14% del censo de conductores y el 19% de la población y por más críticas que recibamos solo somos 7,54% de los conductores implicados en accidentes con víctimas, mientras que el grupo de 35 a 44 años fue de un 24.91%.


La edad, incluso alguna ya avanzada, no vuelve tonto al hombre ni a la mujer.  En consecuencia, lo justo es retirar de la vía pública al conductor o conductora que haya perdido las aptitudes psicofísicas necesarias para la tarea, y dejar en paz al resto. 






La edad cronológica no importa, lo esencial para apartarnos a los conductores mayores de la conducción de automóviles es la pérdida de las aptitudes físicas y psíquicas necesarias para llevar a cabo esta actividad, sin riesgo para uno mismo ni para los demás.







lunes, 2 de abril de 2018

NOSOTROS, LOS CONDUCTORES Y CONDUCTORAS MAYORES DE 65 AÑOS (II)


(II)

En defensa de nosotros, los conductores mayores de 65 años.


Es una obviedad que, por imperativo de vida, si no morimos envejecemos. Y el nivel de envejecimiento de una sociedad depende, en gran medida, de los indicadores con los que se calcule. 
Tradicionalmente se ha venido utilizando la edad de jubilación, los 65 años, aunque ahora, como ya se sabe  está en proceso de retraso.


 A este criterio de medir se le pueden poner algunos reparos, ya que no tie­ne en cuenta los progresos  que se viene produciendo en las condiciones de salud y en la esperanza de vida de las personas mayores. Cada día hay más diferencia entre la edad cronológica y la edad fisiológica.

Si en lugar de utilizar los 65 años como umbral fijo de la vejez, se establece un umbral móvil usando la esperanza de vida, y no la edad cronológica, el umbral de la vejez se retrasaría. Es lo que se conoce, según los expertos,  como “edad prospectiva”.

Según los reconocidos demógrafos Scherbov y Sanderson, una persona alcanza la vejez a la edad en la que su esperanza de vida restante es de 15 años o menos, independientemente de la edad cronológica que tenga en ese momento.

Conforme a este criterio, la vejez empezaría cuando la gente tuviese una edad en la que su esperanza de vida, o vida restante, fuese de 15 años. Los investigadores del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC ya están en ello.




De llegar a estos cálculos, la mujer cuya esperanza de vida es de 85.6 años, se consideraría anciana en torno a los setenta años. El umbral de la vejez sería variable. Si se redefine el umbral de la  vejez estaríamos lejos de ser considerados  oficialmente ancianos a los 65 años. Después que cada uno se considere como le dé la gana.

¡Cuánta felicidad, saber que  aún no he alcanzado el umbral de la vejez! Hagan sus cálculos los lectores que han rebasado el susodicho umbral y pasarán un día feliz.  Descubrirán que son más jóvenes. Pero si envejecer es duro, yo creo que no darse cuenta de ellos es peor.

Recuerdo una anécdota del día que cumplió 16 años un adolescente, próximo al entorno familiar. Al mismo asistía una tía abuela del joven, que a la vez era su madrina. Como gozaba de una buena situación económica quiso quedar bien con su ahijado, y de paso presumir de su excelente saldo bancario, le dijo al agasajado: “Si apruebas todo el curso en junio, te compro un vespino”. El chaval se la quedó mirando con cara de “pasmao” y le preguntó: “¿Qué es eso, madrina?


 Siguiendo con nuestro tema creo que muchos de los titulares que se publican relacionados con los accidentes de tráfico y los mayores no reflejan bien la realidad de las situaciones. Los periodistas pueden interpretar bien, mal o regular los datos y encabezar la publicación con un titular poco riguroso y nada acertado. Y no es que determinados datos estén falseados, sino que como decía el famoso poeta madrileño Ramón de Campoamor: En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira.

Los datos, generalmente,  no se los inventan los periodistas. Los datos salen de estudios e informes elaborados por organismos como institutos, fundaciones, etc., casi todos ellos privados. Algunos ilustres gurús de la seguridad vial  pueden llegar a decir una cosa y la contraria, según convenga en el foro en el que actúen. Nada mejor que decir aquello que gusta oír a los organizadores para quedar bien  y  ser invitado en el próximo evento.

He leído estudios que se contradicen. Mientras uno dice que “los mayores de 65 años son un colectivo de alto riesgo en el tráfico”, otro estudio mantiene lo contrario,  los conductores mayores de 65 años son "los que menos accidentes tienen al volante", con una incidencia que puede ser hasta cuatro veces menos que en los conductores menores de 25 años.
Las afirmaciones que se vienen haciendo sobre el particular son, cuanto menos, arriesgadas. Más si los datos dependen principalmente de encuestas.
Es bien cierto que si analizamos los datos de los anuarios de la DGT sobre accidentes y tomáramos como referente, por ejemplo, la tasa de fallecidos por millón de población veremos que el grupo de edad con la tasa más elevada es el de 85 y más años de edad. Pero si analizáramos, por ejemplo, el número de conductores implicados en accidentes con víctimas, en el grupo de edad de 65 años y más, quizá sacáramos  conclusiones  diferentes.


Lo conductores mayores de 65 años somos más vulnerables y más frágiles ante los accidentes de tráfico, porque padecemos las consecuencias más graves del accidente pero que no somos  los más peligrosos. Letalidad y peligrosidad son, por supuesto, conceptos diferentes. No lo olvidemos.
 (Continuaremos…)