Parece ser que se ha
puesto de manifiesto en el ámbito de la Unión Europea una preocupante
ralentización en la reducción del número de accidentes mortales.
Las últimas estadísticas preliminares
del 2015, según la Comisión Europea, reflejan una situación actual de estancamiento
que pone en riesgo el objetivo estratégico de la UE
2010-2020 de reducir a la mitad el número de víctimas mortales.
En España, en los últimos años,
hemos mejorado con respecto a la Unión Europea. Mientras que la media de victimas
mortales de la UE en el 2014 se situaba en 51 victimas por millón de
habitantes, España se situaba en sexto lugar con 36 víctimas.
Según el balance provisional de
seguridad vial 2015 publicado el 4 de enero de 2016 por la DGT, que se refiere
únicamente a accidentes con víctimas mortales en vías interurbanas y sólo hasta
las 24 horas de producirse el accidente, durante el pasado año perdieron la
vida en accidente de tráfico 1.131 en la vías interurbanas frente a 1.132
fallecidos en el año 2014. Esto evidencia una ligera línea descendente de años
anteriores, pero con una clara tendencia a la estabilización o estancamiento.
Si tenemos en cuenta los datos
provisionales de la DGT hasta Julio de 2016 referidos a accidentes con víctimas
mortales en vías interurbanas y sólo a 24 horas del siniestro, se detecta un
punto de inflexión respecto a años anteriores, con un claro repunte en las
cifras de víctimas mortales en los seis primeros meses de este año. En todos
los meses del primer semestre, excepto en el mes de mayo, ha habido un
incremento en el número de fallecidos si lo comparamos con el mismo periodo del
pasado 2015. De enero a julio de 2016 ha habido un incremento provisional de 51
fallecidos con relación al mismo periodo de 2015. Hasta Julio del presente año
hemos tenido 666 fallecidos en las carreteras españolas, casi un 8% de aumento
que la DGT achaca al mayor número de
desplazamientos por carretera, pero hay otras muchas causas.
La estabilidad de las cifras europeas y
el repunte de las españolas deben hacer pensar a los responsables de la seguridad
vial que no se debe bajar la guardia y luchar contra las principales causas que
provocan los accidentes de tráfico.
En cuanto a las causas, fuentes de la Comisión
Europea
apuntan que la ralentización en la reducción del
número de accidentes mortales se debe a toda una serie de factores, algunos
evidentes, en especial una interacción en la ciudad, cada día mayor, entre los
usuarios de la vía pública motorizados y los que no están protegidos, así como
el creciente número de personas de edad avanzada que intervienen en el tráfico
rodado.
Otras causas hacen referencia a un
incremento del tráfico rodado, menos recursos dedicados al mantenimiento de carreteras
y vehículos en mal estado como consecuencia de la crisis económica y, por
último, si bien no menos importante, la aparición de nuevas tendencias en el
comportamiento de los usuarios, como la distracción, principalmente por el uso
de teléfonos móviles. El año 2014, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil
formuló 135.852 denuncias por utilización del móvil, lo que supone un 7,5% más
que en 2013.
Según “Las Principales Cifras de
la Siniestralidad Vial. España 2014”, la distracción aparece como factor en un
30% de los accidentes con víctimas. En vías interurbanas la distracción se
presenta como factor en un 36% de los casos y en las vías urbanas en un 26%.
Analizados los conductores implicados en
accidentes con víctimas en los que se registró falta de atención como factor de
influencia en el accidente, el conductor había incurrido, presuntamente en
alguna otra infracción, en un 32% de los casos y en un 10% había una
infracción relacionada con la velocidad.
Por lo que se refiere a los medidas para
corregir las tendencias apuntadas, la Comisaria Europea de Transportes instan a
los Estados miembros a intensificar su labor coercitiva y de sensibilización.
Entre esas medidas deben estar principalmente: mejorar la red de carreteras y
su señalización, rejuvenecer el parque de vehículos y concienciar y
sensibilizar a los conductores sobre los factores de riesgo y las medidas
preventivas, en especial en lo que hace referencia al cumplimiento de las
normas de tráfico, no ingerir alcohol ni ninguna otra sustancia que afecte al
comportamiento del conductor, no hacer uso del móvil, guardar la distancia de
seguridad, etc. Seguro que las cifras de siniestralidad podrían reducirse de
manera considerable.