domingo, 7 de agosto de 2016

REPUNTE DE LA SINIESTRALIDAD EN ESPAÑA DURANTE 2016



Parece ser que se ha puesto de  manifiesto en el ámbito  de la Unión Europea una preocupante ralentización en la reducción del número de accidentes mortales.
Las últimas estadísticas preliminares del 2015, según la Comisión Europea, reflejan una situación actual de estancamiento que pone en riesgo  el objetivo estratégico de la UE 2010-2020 de reducir a la mitad el número de víctimas mortales.

En España, en los últimos años, hemos mejorado con respecto a la Unión Europea. Mientras que la media de victimas mortales de la UE en el 2014 se situaba en 51 victimas por millón de habitantes, España se situaba en sexto lugar con 36 víctimas.
Según el balance provisional de seguridad vial 2015 publicado el 4 de enero de 2016 por la DGT, que se refiere únicamente a accidentes con víctimas mortales en vías interurbanas y sólo hasta las 24 horas de producirse el accidente, durante el pasado año perdieron la vida en accidente de tráfico 1.131 en la vías interurbanas frente a 1.132 fallecidos en el año 2014. Esto evidencia una ligera línea descendente de años anteriores, pero con una clara tendencia a la estabilización o estancamiento.


Si tenemos en cuenta los datos provisionales de la DGT hasta Julio de 2016 referidos a accidentes con víctimas mortales en vías interurbanas y sólo a 24 horas del siniestro, se detecta un punto de inflexión respecto a años anteriores, con un claro repunte en las cifras de víctimas mortales en los seis primeros meses de este año. En todos los meses del primer semestre, excepto en el mes de mayo, ha habido un incremento en el número de fallecidos si lo comparamos con el mismo periodo del pasado 2015. De enero a julio de 2016 ha habido un incremento provisional de 51 fallecidos con relación al mismo periodo de 2015. Hasta Julio del presente año hemos tenido 666 fallecidos en las carreteras españolas, casi un 8% de aumento que la DGT achaca al mayor número de desplazamientos por carretera, pero hay otras muchas causas.




La estabilidad de las cifras europeas y el repunte de las españolas deben hacer pensar a los responsables de la seguridad vial que no se debe bajar la guardia y luchar contra las principales causas que provocan los accidentes de tráfico.





 En cuanto a las causas, fuentes de la Comisión Europea
apuntan  que la ralentización en la reducción del número de accidentes mortales se debe a toda una serie de factores, algunos evidentes, en especial una interacción en la ciudad, cada día mayor, entre los usuarios de la vía pública motorizados y los que no están protegidos, así como el creciente número de personas de edad avanzada que intervienen en el tráfico rodado.

Otras causas hacen referencia a un incremento del tráfico rodado, menos recursos dedicados al mantenimiento de carreteras y vehículos en mal estado como consecuencia de la crisis económica y, por último, si bien no menos importante, la aparición de nuevas tendencias en el comportamiento de los usuarios, como la distracción, principalmente por el uso de teléfonos móviles. El año 2014, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil formuló 135.852 denuncias por utilización del móvil, lo que supone un 7,5% más que en 2013.

Según “Las Principales Cifras de la Siniestralidad Vial. España 2014”, la distracción aparece como factor en un 30% de los accidentes con víctimas. En vías interurbanas la distracción se presenta como factor en un 36% de los casos y en las vías urbanas en un 26%.

Analizados los conductores implicados en accidentes con víctimas en los que se registró falta de atención como factor de influencia en el accidente, el conductor había incurrido, presuntamente en alguna otra infracción, en un 32% de los casos y en un 10% había una infracción relacionada con la velocidad.

Por lo que se refiere a los medidas para corregir las tendencias apuntadas, la Comisaria Europea de Transportes instan a los Estados miembros a intensificar su labor coercitiva y de sensibilización. Entre esas medidas deben estar principalmente: mejorar la red de carreteras y su señalización, rejuvenecer el parque de vehículos y concienciar y sensibilizar a los conductores sobre los factores de riesgo y las medidas preventivas, en especial en lo que hace referencia al cumplimiento de las normas de tráfico, no ingerir alcohol ni ninguna otra sustancia que afecte al comportamiento del conductor, no hacer uso del móvil, guardar la distancia de seguridad, etc. Seguro que las cifras de siniestralidad podrían reducirse de manera considerable.