lunes, 2 de abril de 2018

NOSOTROS, LOS CONDUCTORES Y CONDUCTORAS MAYORES DE 65 AÑOS (II)


(II)

En defensa de nosotros, los conductores mayores de 65 años.


Es una obviedad que, por imperativo de vida, si no morimos envejecemos. Y el nivel de envejecimiento de una sociedad depende, en gran medida, de los indicadores con los que se calcule. 
Tradicionalmente se ha venido utilizando la edad de jubilación, los 65 años, aunque ahora, como ya se sabe  está en proceso de retraso.


 A este criterio de medir se le pueden poner algunos reparos, ya que no tie­ne en cuenta los progresos  que se viene produciendo en las condiciones de salud y en la esperanza de vida de las personas mayores. Cada día hay más diferencia entre la edad cronológica y la edad fisiológica.

Si en lugar de utilizar los 65 años como umbral fijo de la vejez, se establece un umbral móvil usando la esperanza de vida, y no la edad cronológica, el umbral de la vejez se retrasaría. Es lo que se conoce, según los expertos,  como “edad prospectiva”.

Según los reconocidos demógrafos Scherbov y Sanderson, una persona alcanza la vejez a la edad en la que su esperanza de vida restante es de 15 años o menos, independientemente de la edad cronológica que tenga en ese momento.

Conforme a este criterio, la vejez empezaría cuando la gente tuviese una edad en la que su esperanza de vida, o vida restante, fuese de 15 años. Los investigadores del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC ya están en ello.




De llegar a estos cálculos, la mujer cuya esperanza de vida es de 85.6 años, se consideraría anciana en torno a los setenta años. El umbral de la vejez sería variable. Si se redefine el umbral de la  vejez estaríamos lejos de ser considerados  oficialmente ancianos a los 65 años. Después que cada uno se considere como le dé la gana.

¡Cuánta felicidad, saber que  aún no he alcanzado el umbral de la vejez! Hagan sus cálculos los lectores que han rebasado el susodicho umbral y pasarán un día feliz.  Descubrirán que son más jóvenes. Pero si envejecer es duro, yo creo que no darse cuenta de ellos es peor.

Recuerdo una anécdota del día que cumplió 16 años un adolescente, próximo al entorno familiar. Al mismo asistía una tía abuela del joven, que a la vez era su madrina. Como gozaba de una buena situación económica quiso quedar bien con su ahijado, y de paso presumir de su excelente saldo bancario, le dijo al agasajado: “Si apruebas todo el curso en junio, te compro un vespino”. El chaval se la quedó mirando con cara de “pasmao” y le preguntó: “¿Qué es eso, madrina?


 Siguiendo con nuestro tema creo que muchos de los titulares que se publican relacionados con los accidentes de tráfico y los mayores no reflejan bien la realidad de las situaciones. Los periodistas pueden interpretar bien, mal o regular los datos y encabezar la publicación con un titular poco riguroso y nada acertado. Y no es que determinados datos estén falseados, sino que como decía el famoso poeta madrileño Ramón de Campoamor: En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira.

Los datos, generalmente,  no se los inventan los periodistas. Los datos salen de estudios e informes elaborados por organismos como institutos, fundaciones, etc., casi todos ellos privados. Algunos ilustres gurús de la seguridad vial  pueden llegar a decir una cosa y la contraria, según convenga en el foro en el que actúen. Nada mejor que decir aquello que gusta oír a los organizadores para quedar bien  y  ser invitado en el próximo evento.

He leído estudios que se contradicen. Mientras uno dice que “los mayores de 65 años son un colectivo de alto riesgo en el tráfico”, otro estudio mantiene lo contrario,  los conductores mayores de 65 años son "los que menos accidentes tienen al volante", con una incidencia que puede ser hasta cuatro veces menos que en los conductores menores de 25 años.
Las afirmaciones que se vienen haciendo sobre el particular son, cuanto menos, arriesgadas. Más si los datos dependen principalmente de encuestas.
Es bien cierto que si analizamos los datos de los anuarios de la DGT sobre accidentes y tomáramos como referente, por ejemplo, la tasa de fallecidos por millón de población veremos que el grupo de edad con la tasa más elevada es el de 85 y más años de edad. Pero si analizáramos, por ejemplo, el número de conductores implicados en accidentes con víctimas, en el grupo de edad de 65 años y más, quizá sacáramos  conclusiones  diferentes.


Lo conductores mayores de 65 años somos más vulnerables y más frágiles ante los accidentes de tráfico, porque padecemos las consecuencias más graves del accidente pero que no somos  los más peligrosos. Letalidad y peligrosidad son, por supuesto, conceptos diferentes. No lo olvidemos.
 (Continuaremos…)