martes, 1 de marzo de 2022

BIENVENIDOS LOS SIMULADORES DE CONDUCCIÓN DE ÚLTIMA GENERACIÓN

 

Nada que ver con aquellos otros simuladores de los años ochenta del siglo pasado.



En los conductores y conductoras del siglo XXI, por desgracia, aún siguen estando presentes mitos y creencias propias del siglo pasado. Muchos desconocen por qué es importante la distancia de seguridad, y relativizan el papel de la velocidad y de la atención al volante en la seguridad vial.

En su formación se echa de menos una aproximación racional al conocimiento de lo que supone la compleja tarea de conducir un vehículo a motor, y más en situaciones de riesgo. Se ha fijado y se viene fijando más  la atención en determinadas medidas y políticas gubernamentales, y en unl enfoque legalista de la normativa del tráfico, y se pierde bastante la perspectiva de la seguridad vial.   

La formación del conductor/a debe permite desarrollar técnicas dirigidas a eliminar o reducir los riesgos durante la tarea y a que el conductor integre una actitud segura, crítica y responsable hacia la conducción.

Se ha de pretender, y conseguir, que la seguridad de los  conductores y conductoras sea consciente y dependa fundamentalmente de sus acciones y no de las de otros usuarios o del entorno (vías, climatología, obras. Luminosidad, etc,).

No cabe duda de que conducir en un entorno real supone exponerse a riesgos viales y a la vez exponer a otros al resultado de  acciones equivocadas por parte nuestra. En consecuencias no sería acertado elegir la vía pública para realizar prácticas para que alumnos y alumnas vivan experiencias de una conducción en situaciones de riesgo. Y aquí llegan los simuladores. Una opción más de esta herramienta pedagógica.

Ya tenemos la primera alumna  que obtiene en España el permiso de conducir de la clase B habiendo iniciado sus clases prácticas en  un simulador de conducción. Se trata de una joven estudiante oscense. De todas las prácticas que ha realizado, el 50% las ha hecho en un simulador con tecnología que desarrolla la firma española Simumak. Supongo que esto le habrá supuesto un buen ahorro económico.

Como ya hemos apuntado, los simuladores permiten a las autoescuelas, además de familiarizarse en las primeras clases con los diferentes mandos  ofrecer una formación incluso  en situaciones de riesgo. Y como hemos apuntado vivir situaciones  que serían complicadas, difíciles y peligrosas en situaciones reales.

 Su  experiencia ha sido muy positiva, según esta alumna,  "porque te ayuda a coger soltura con las marchas y los pedales y a aprender a observar y a anticiparte de cara luego a las prácticas reales, donde llegas con más seguridad".

 Además, ha podido practicar en distintas situaciones como conducción con lluvia, de noche, por caminos, con nieve y hielo... "Es muy real porque en las clases por autovía tenía esa sensación de velocidad", afirma.

La alumna en cuestión ha hecho 24 clases de media hora en el simulador y otras 24 con un vehículo real. "Yo que no sabía nada sobre coches —ha dicho —, llegué con los conceptos más asimilados iba más suelta y con más confianza". 

 Las clases en un simulador tienen numerosas ventajas:

- en principio, son más baratas que con el vehículo real,

- se acelera el aprendizaje,

- se interiorizan muchas tareas antes de subir a un vehículo real,

- se reducen las emisiones de dióxido de carbono (CO2),

- se puede tener experiencias de conducción simulada con lluvia, nieve, niebla, o bajo les efectos de drogas y alcohol.

Bienvenida sea esta herramienta para mejorar la formación de los  futuros conductores del siglo XXI.