(I)
¿Acaso es intención de la DGT volver al pasado?
En el BOE del 15 de septiembre de 2017 se publica una Resolución de la DGT
por la que se convocan cursos de formación de examinadores para cubrir puestos
de trabajo de examinador. Lo novedoso de esta convocatoria para seguir un
proceso de formación que habilite profesionalmente como examinador de Tráfico a
los que lo superen es que puede asistir, por vez primera, Personal
permanente de carrera de las FFAA, no
necesariamente destinados en la DGT.
La Jefatura Central de Tráfico, como
saben, nace en 1959. El nuevo cuerpo institucional necesitó pronto de algunas
órdenes ministeriales para atender a su rápido desarrollo y crecimiento.
Debido a que el Jefe de este Organismo
tiene categoría de Director General, ahora lo conocemos como Dirección General
de Tráfico. Y como los españoles somos algo ahorradores en todo, cada vez que
nos referimos a este Organismo lo hacemos con su acrónimo, DGT.
En sus primeros años, la Jefatura Central
de Tráfico y las Jefaturas Provinciales acogieron a un buen número de militares
en destinos civiles. Algunas Jefaturas Provinciales estuvieron dirigidas por
militares de alta graduación.
Cuenta uno que fue alto funcionario de la
DGT, que cuando, en su primer destino, se presentó el primer día en el despacho
del que sería su Jefe Provincial, éste le dijo:
— Enhorabuena. Acaba usted de ingresar en un Organismo casi
perfecto, porque es el que más se parece al Ejército.
Entre los funcionarios de las primeras plantillas de aquel recién
creado Organismo había un buen porcentaje de militares y guardiaciviles. La
mayoría eran suboficiales retirados o en la reserva, lo que se conocía como
militares en destinos civiles. Ocupaban puestos de la escala auxiliar si eran
suboficiales y de la escala ejecutiva o jefaturas de negociado si habían alcanzado el grado de oficial en su
anterior carrera militar. Algunos guardiaciviles sin graduación se incluyeron
en la escala subalterna.
En días pasados, en plena huelga de examinadores, hemos leído titulares
como los siguientes:
-
La DGT estudia reforzar su plantilla de
examinadores con militares.
-
Tráfico negocia con el Ministerio de Defensa la
incorporación de personal de tropa y marinería al puesto de examinador.
-
Militares mayores de
45 años podrán ser examinadores de tráfico tras un curso de once semanas.
-
La
DGT ofrece ampliar la plantilla de examinadores con 100 militares.
Ante la exótica ocurrencia
de la DGT de utilizar militares para examinar del permiso de conducir, el PNV, aprovechando que el Pisuerga pasa por
Valladolid, ha propuesto que esta labor la podrían desarrollar miembros de la
Ertzaintza, eso sí, después de superar los correspondientes cursos de
formación.
Me extraña que
desde Catalunya (al menos no me consta) no hayan hecho idéntica propuesta para los
Mossos d'Esquadra
y desde Navarra, para la Policía Foral. Sin embargo las siguiente líneas
publicadas días pasados han llamado mi atención:
(…) Si
pueden controlar los accesos
a un aeropuerto, también son capaces de ejercer como examinadores del carnet del
conducir. Las autoescuelas catalanas han presentado este
jueves una batería de propuestas para hacer frente a la nueva huelga de
evaluadores que se les viene encima. Proponen que la Guardia Civil examine
a sus alumnos. Pueden hacerlo porque, dicen, "tienen formación en
seguridad vial". Y si es menester, que los militares en la reserva sean
aleccionados para realizar las mismas tareas. Ya a más largo plazo, que el
Estado traspase
las competencias a las autonomías para que cada casa
limpie su ropa su ropa sucia. (www.elperiódico.com (30/08/2017)
Y con fecha 04/09/2017 hemos podido leer el
siguiente titular: ¿Y si los examinadores de tráfico fueran Guardias Civiles?
La autora del mismo escribe:
(…) Para las autoescuelas la situación es insostenible y desde Cataluña
proponen una solución: convertir a los guardias civiles de tráfico en examinadores.
La medida no les
parece descabellada porque "los guardias civiles tienen conocimientos de
seguridad vial". También proponen que militares en reserva sean
aleccionados para realizar esta tarea. En realidad, esta idea fue anunciada por
la DGT antes de verano cuando anunció la convocatoria de un centenar de plazas
de las que un 30% serían cubiertas por militares de más de 45 años.
Y a todo esto
nos preguntamos: ¿No será que la Jefatura Central de Tráfico, en un ejercicio
de regresión, quiere volver al pasado?
El futuro es lo contrario de un regreso
al pasado. Toda nuestra vida se alza hacia el futuro. El pasado es pasado,
aunque esto no significa que no sea determinante de nuestro presente, y éste, a
su vez, de nuestro futuro. Acudir al pasado para justificar el presente, que no
nos sirve siempre, será un problema y no una solución, aunque lo malo es la
regresión, no el pasado.