sábado, 29 de enero de 2022

EL EFECTO ACORDEÓN EN EL TRÁFICO

 

¿Sabes qué es? ¿Se puede evitar?

 

El efecto acordeón se podría definir como la relación que se establece entre un vehículo que reduce su velocidad y los que le siguen. Se produce cuando la circulación es densa. Los matemáticos/as dicen que puede evitarse, pero que la solución es cara.

 

¿Quién no ha vivido una retención en una carretera o en una autopista? Y quién no se ha preguntado: ¿por qué es imposible avanzar, si no es de forma intermitente, aunque, en el horizonte, no se vislumbren peajes ni accidentes, ni causa visible que lo impida?

 

La Sociedad Matemática de Flujo de Tráfico, de la universidad de Nagoya, en Japón, realizó un experimento para explicarlo. Situaron  22 vehículos en una pista circular de un solo carril de 230 metros. En un principio todos circulan a velocidad constante, pero a los pocos segundos y sin motivo aparente uno de ellos aminora la velocidad y los que le siguen tardan en hacerlo, por lo que reducen considerablemente la distancia entre unos y otros, hasta que la distancia es tan pequeña que uno de ellos se detiene para no colisionar, y los que le siguen también.



Este sencillo y simple experimento explica que, tras una detención o un frenazo, la circulación se reanuda con más retraso cuanto más atrás se esté en la fila. Tras arrancar el primer coche, el segundo tarda 1 segundo en hacerlo, el tercero, suma otro segundo al anterior (1 + 1) y así sucesivamente hasta que arranca el último.

 

El efecto visual es que la fila de vehículos se estira como un acordeón. En una fila de 2.000 coches, por ejemplo que ocuparan  de 12 a 14 kilómetros de largo, el último vehículo tardaría en arrancar alrededor de 30 minutos con respecto al primero.





Pero si condujéramos más atentos y pendientes de los vehículos que llevamos delante, y observáramos  la situación a mayor distancia, podríamos reaccionar con más antelación y, al menos, reduciríamos el efecto acordeón.

Mantener la adecuada distancia de seguridad con otros automóviles permite aminorar la velocidad sin frenazos y evitar el efecto acordeón. Esperar al último instante para frenar y si el que nos sigue no guarda la distancia de seguridad provocaremos accidentes por alcance; también dar toques al freno a cada momento, alarmará a los conductores que nos sigan.

Si a lo lejos divisa un problema, levante el pie del acelerador y pierda velocidad suavemente no está de más avisar al resto de conductores con algún toque de freno. 

Está más que verificado que se puede generar un atasco en ausencia de un cuello de botella y que su aparición es un fenómeno colectivo.

 Por otro lado hemos de tener en cuenta que la disparidad de velocidades propicia el efecto acordeón, mientras que una velocidad homogénea de los vehículos que comparten la vía aumenta la fluidez.

No podemos terminar este artículo sin decir que los atascos tienen diversas causas que los provocan, por ejemplo cuando el volumen de tráfico es superior a la capacidad que la carretera, la autovía o la autopista es capaz de soportar. Y tienen también consecuencias económicas, sociales, logísticas, sanitarias y medioambientales.

En la historia del tráfico se han dado atascos dignos de ser recogidos en el Guinnes. Teniendo en cuenta el tiempo de retención así como los kilómetros de carretera colapsada, el mayor, hasta el momento, quizá sea el que se produjo en China en agosto de 2010.

 “Miles de conductores llevan más de dos semanas retenidos en un gigantesco embotellamiento en el noroeste de Pekín”(ABC).



La retención de 110 kilómetros de longitud se produjo en la autopista G110, que comunica Pekín con el Tibet.

 Pero no a todos les fue mal el histórico atasco. Los avispados vecinos colindantes a los 100 kilómetros de la carretera atascada vieron la oportunidad de hacer su agosto. Circulando por el arcén con sus motocarros iban y venían cargados de agua, cervezas, refrescos y alimentos para vender a los sufridos viajeros.

  «Todo es más caro porque se trata de una situación especial». Según publicaba la prensa de aquel día, así se defendía uno de aquellos circunstanciales vendedores ante las protestas de los sufridos conductores, a los que cobra cuatro veces el precio normal

 

El parque de vehículos en China estaba en pleno crecimiento. En el 2009 se matricularon 13,5 millones de nuevos turismos y para el año del gran atasco tenían previsto que aumentara  en  15 millones más de coches. Una progresión que las carreteras chinas eran incapaces de absorber y al día de hoy, creo que siguen igual.