viernes, 13 de septiembre de 2019

ACERCA DE UN ACCIDENTE MORTAL DE MOTO DURANTE EL EXAMEN


Un joven de 18 años ha fallecido, el día 6 de septiembre, en un accidente de tráfico durante la realización del examen de moto  en la carretera que une Canovelles con Granollers en la provincia de Barcelona.

En primer lugar, y desde este blog, mi más sincero pésame a sus padres y demás familia por esta irreparable pérdida. En segundo lugar mi apoyo moral al examinador y al profesor que fueron testigos oculares del fatal siniestro.  
  
 Inserto a continuación un  documento que Sebastián Marín Sánchez, antiguo colega, compañero y amigo, ha hecho público a raíz del susodicho accidente.

 Comparto lo que expresa en el mismo. Todos los profesionales implicados en la formación de los jóvenes conductores han de aunar esfuerzos para que un accidente como el que nos ocupa, sea en estas u otras circunstancias, no vuelvan a ocurrir.

He aquí el escrito de nuestro ex -colega y ex -compañero: 

Muerte de un aspirante al permiso de motocicleta durante la prueba de circulación                    
Conducir una motocicleta es una actividad de alto riesgo sea en condiciones de ocio, de trabajo o, como en este caso, en situación de examen para la obtención del permiso de conducción. La muerte de un motorista el pasado 6 de septiembre del 2019, durante la prueba de circulación en Granollers, es una realidad que nadie, que profese un trabajo relacionado con la seguridad vial (como es el caso de ser profesor de formación vial, o funcionario examinador), debería asumir con indiferencia o resignación. Este suceso, aun siendo extraordinario en situación de examen, debería incentivarnos para seguir aunando esfuerzos en encontrar el “cómo” reducir la elevada accidentalidad que sufren los motoristas: exigir a los fabricantes más sistemas de seguridad activa y pasiva en estos vehículos; requerir a la administración que optimice las infraestructuras y el mantenimiento de las redes viales; promover y facilitar la formación inicial y continua de los actores encargados de la formación y evaluación de preconductores y conductores; investigar sobre la incidencia del estrés y/o ansiedad en el examen de conducir y el peligro que supone el que, el profesor no pueda acceder de manera inmediata, a los mandos de la motocicleta con el fin de salvar una situación grave de peligro, como sí sucede en la prueba de circulación del permiso B, e incluso de permisos profesionales como son el de camión o autobús, donde el profesor tiene acceso directo al doble mando del vehículo. Aun y así, en el más favorable de los escenarios de tránsito de vehículos, todos estamos expuestos a que suceda lo irreparable y lo no deseable para nadie. Lo que es obvio es que, durante el desarrollo de las prácticas y en los exámenes de circulación de motocicleta la indefensión y desamparo puede llegar a ser grave. Los siniestros de tráfico mal llamados accidentes, suelen originarse y asociarse a algún factor de riesgo como: la velocidad, el consumo de alcohol u otras drogas, la distracción, el cansancio… Conocer las causas nos permite, analizar y extraer conclusiones con el fin de determinar el por qué y el cómo del suceso. El estudio de cada caso nos proporciona información valiosa que va a servir para prevenir posibles sucesos similares y así evitar a posteriori los efectos y las consecuencias de otros potenciales siniestros. Quien suscribe esta carta abierta no tiene información suficiente para hacer un análisis ni profundo, ni somero, de lo que aconteció durante la prueba de circulación que acabó en ese trágico desenlace. Solo pensar en el profundo dolor por el que estará pasando la familia me hace sufrir, una perdida así no suele superase nunca y nadie nos prepara para afrontar la muerte prematura y repentina de un ser querido. Puedo suponer que ha de ser un momento difícil para el profesor que vivió la situación y en particular para el funcionario examinador que dirigía la prueba. Sé que lo sucedido puede alentar a personas sin escrúpulos, de crítica oportunista, fácil y no constructiva que aprovechen esta desgracia como oportunidad para arremeter contra el sistema de enseñanza, los exámenes, los recorridos, los examinadores (sinceramente, pienso que no es el momento). Es evidente que, en la formación de conductores, tanto los que enseñan como los que evalúan han de hacer prevalecer la seguridad por delante del proceso de enseñanza-aprendizaje y de la propia evaluación o examen. También es cierto 2 que en todas las profesiones se debe velar por evolucionar de manera efectiva y adaptada a los continuos cambios a los que están sometidas las sociedades actuales. En este caso, aun desconociendo en profundidad las variables que intervinieron en el suceso, puedo dar testimonio de un hecho que: por azar, por destino o simplemente por casualidad presencié durante uno de los exámenes de hace unos meses. El relato es una muestra de la actitud, en relación a la seguridad, del funcionario que nos examinó ese día, que es la misma persona que ejercía como examinador en el fatídico accidente mortal al que hace referencia este escrito.

En un día lluvioso, antes de iniciar los exámenes de circulación    de moto en la zona 6 de Barcelona, el examinador se acercó a  la alumna, que le esperaba para comenzar la prueba, y con actitud afable y de buen talante le manifestó textualmente a la aspirante: “Mira (nombre de la alumna) si tú ves que por las  condiciones climatológicas te sientes insegura, o tienes miedo porque te puedes caer, porque el suelo está mojado, aplazamos la prueba de manera que no pierdas la convocatoria, ¿Qué me dices?” Ante el silencio de la aspirante, siguió diciéndole “Haremos lo que tú me digas, pero quiero que sepas que por mi parte no hay ningún problema… Vale más aplazar la prueba unos días a que puedas caerte por culpa del agua…       Luego añadió: “…, o incluso por culpa de otros que quizás no tengan el vehículo en buen estado” (mientras señalaba los neumáticos desgastados de un coche estacionado). No quiero  que corras el riesgo de hacerte daño y supongo que tú tampoco quieres ¿Verdad? ¿Qué me dices?”.

Lo cierto es que nuestra alumna tardó poco en responderle que no había problema, que estaba tranquila y se sentía segura, por lo que se inició la prueba de circulación desarrollándose con normalidad, de manera favorable y sin grandes contingencias que comentar. Aun y así, antes de empezar el examen el examinador le aconsejó que no corriera y que tuviera especial atención a los charcos y zonas de baja adherencia. También sé que, a lo largo de la vida, a veces, te encuentras con situaciones paradójicas de difícil explicación y este caso, desde mi modesta opinión, es una de ellas. Mi pésame para la familia del alumno que perdió la vida y mi ánimo para el profesor y el funcionario examinador.
Barcelona 11 de septiembre del 2019
Firmado:
Sebastià Sánchez Marín Profesor y Director de Autoescola Runner.
 Presidente de la Sección de Psicología del Tránsito y de la Seguridad del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña.
 Profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona