La publicidad de aquellas “Escuelas de Chauffeurs” en la segunda
década del siglo pasado
(1927-1929).
Los “felices veinte” (continuación).
En este recorrido que venimos haciendo de aquellas autoescuelas
de principios del siglo pasado, vemos que la denominación de estos establecimientos,
surgidos a la sombra del automóvil, fue tan anárquica como escasa su
regulación:“Escuela de Chauffeurs”,
“Escuela de Choffers”, “Auto Academia”, “Enseñanza de Chofers”, “Academia de
Chofers”. Esta situación continuó
así durante unos cuantos años más.
El automóvil fue el protagonista indiscutible de la segunda revolución
industrial. Su aparición modificó los hábitos sociales del mundo occidental. El
aumento de la actividad productiva trajo, hacia la segunda mitad de los años
veinte, nuevos puestos de trabajo, nuevos salarios y un aumento, hasta entonces desconocido, del
consumo. Aumentó la venta a plazos y se empezó a crear un nuevo estilo de vida.
Los municipios implantaron ordenanzas de circulación, crearon impuestos para el automóvil y surgieron nuevos
servicios a la sombra de este nuevo medio de transporte, entre ellos la
enseñanza de conducir. El incremento de
las “Escuelas de Chauffeurs” empezó a ser considerable.
El automóvil era el transporte más representativo de la
época y, como consecuencia del desarrollo técnico y de la fabricación en las
cadenas de montaje, se lanzan al mercado nuevos modelos, más cómodos y más
utilitarios. Incluso su precio empezó a decrecer y cada día eran más los que
podían acceder a él, aunque seguían estando fuera del alcance de la mayoría de
los españoles.
Cuando un posible cliente se interesaba por uno de
aquellos automóviles, y miraba su cuadro de mandos, reparando en un botón que
no había visto en otros modelos, siempre había el sabiondo vendedor de turno
que le espetaba: est le bouton de
démarrage (es el botón de arranque). Empezaba a no ser necesario un
mecánico profesional para poner en marcha el motor con aquella manivela exterior.
Bastaba con apretar un botón desde el interior para que el motor iniciara su
rápido funcionamiento. Aquel artilugio podía ser un peligro para los
inexpertos. Su retroceso te podía romper la muñeca o arrancarte los dientes con
suma eficacia.
Esta alegría
económica y esta sobrevenida prosperidad continuó hasta finales de los años
veinte. También en aquel entonces estalló una burbuja capitalista.
A los españoles les tocó vivir, por aquellos años, la dictadura de Primo
de Rivera. El dictador no tenía programa político, pero le preocupó el mantenimiento
del orden público y la unidad de España. Aprovechando una cierta paz social, el
hecho de que la peseta estaba fuerte y la economía nacional en expansión se
crearon algunas empresas públicas como CAMPSA, TELEFONICA, TABACALERA, etc.
Como cada día se matriculaban más y más automóviles se hizo un notable esfuerzo
en la mejora de las carreteras. En 1926 y mediante un Real Decreto Ley se establece
la creación de un Circuito Nacional de
Firmes Especiales que agrupe a las carreteras que supongan itinerarios
principales, es decir, las que sean enlace de las poblaciones de mayor importancia
y los circuitos de valor artístico e histórico.
Querían atraer el turismo y
para ello había que mejorar las carreteras asfaltadas de “macadam” para
adaptarlas a los nuevos automóviles que
ya ascendían a 50.000 en 1925. Entre otras, las medidas que se propone son:
la utilización de nuevos firmes, la supresión de los pasos a nivel y la mejora
de travesías, curvas y rasantes. Muchas curvas peligrosas fueron eliminadas y, por primera vez y adelantándose a otros
países europeos, se peraltaron sus bordes exteriores para contrarrestar la fuerza
centrífuga, técnica que sólo se venía aplicando en Europa a los circuitos de
carreras. Por aquellos años, ya se podía alcanzar con un turismo una velocidad
de 65 km por hora.

La publicidad en los últimos años de esta segunda década sigue
haciendo hincapié en el precio. Al parecer, era el reclamo más eficaz para
atraer a posibles clientes. Ha transcurrido casi un siglo y… ¿no creen que el
precio sigue siendo, lamentablemente, lo que más seduce a la hora de elegir
autoescuela?