jueves, 14 de marzo de 2024

UNA NORMA DE DUDOSA EFICACIA

 

Pronto hará dos años que entró en vigor la última reforma de  Ley de Tráfico y Seguridad Vial. Una de las medidas más controvertida y de dudosa eficacia fue y es aquella que «Suprime la posibilidad de que turismos y motocicletas puedan rebasar en 20 km/h los límites genéricos de velocidad en las carreteras convencionales cuando adelanten a otros vehículos. 

 

Este punto fue especialmente criticado, alegando que aumentaría la peligrosidad en las vías convencionales, al ampliar el tiempo que requiere dicha maniobra invadiendo el carril contrario.

El director general de Tráfico incluso llegó a admitir que, si sus datos señalaban que la cifra no era útil y aumentaba la siniestralidad, esta podría ser revertida. Sin embargo, esta decisión se tomará «después de evaluarla tras el primer año de aplicación». ¿Ha repercutido esta medida en la seguridad vial?, nos venimos preguntando muchos desde entonces.

Desde FESVIAL, la Fundación para la Seguridad Vial, su director general se muestra a favor de esta medida dado, dice, que permitir circular a 110 km/h en vías convencionales, aunque sólo sea con el pretexto de realizar un adelantamiento, aumentará irremediablemente el número de siniestros de tráfico, víctimas mortales y lesionados con graves secuelas para el resto de sus vidas

Según Montoro, catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia y presidente de honor de FESVIAL dice que: hay argumentos para mantener la situación actual, pero son muchas más las razones de seguridad que aconsejan no rebasar en 20 km/h los límites genéricos de velocidad en los adelantamientos, aparte de que con ello contribuimos a una mayor y completa armonización de esta norma en la Unión Europea, donde España es la única excepción”.

(…) en las carreteras convencionales se producen más del 70% de las víctimas mortales, en su mayoría debido a salidas de la vía, colisiones frontales o frontolaterales, al invadir el carril del sentido contrario, normalmente en un adelantamiento, y donde la velocidad es determinante en la gravedad del siniestro.

Este es uno de los argumentos que se esgrimió para tomar la decisión de eliminar la norma de sobrepasar la velocidad máxima genérica para adelantar. Sin embargo hay expertos que defienden que ha sido  un error eliminarla.

Hay una razón de peso para cuestionar la nueva norma. Ahora es más peligroso adelantar, por ejemplo,  a un vehículo largo porque aumenta el tiempo  que estamos  circulando  por el carril contrario.

Como muy bien explica el profesor de la Universidad de Zaragoza,  Juan José Alba López,  podría llegar a triplicarse en el caso de un adelantamiento a un camión de 16.5 metros de longitud  y que se desplaza a 80 km/h.

En definitiva se amplía tanto el tiempo como la distancia recorrida por el carril contrario para realizar una maniobra tan peligrosa como es un adelantamiento en una carreta convencional.

Antes de la modificación, podíamos adelantarlo a 110 km/h y ahora solo se nos permite hacerlo a 90. Lo que nos deja poco margen para adelantar. Sólo disponemos para hacerlo de una diferencia de 10 km/h por lo que esta maniobra de adelantamiento se prolongará tanto en el tiempo como en la distancia, y estaremos en el carril contrario durante mucho más tiempo y como todos sabemos esto siempre es peligroso.

Veamos el siguiente ejemplo:



Si circulamos con nuestro turismo de 4.5 m de longitud por una carretera donde la máxima genérica establecida es de 90 km/h y queremos adelantar al camión de 16.5 m de longitud que llevamos delante y que circula a 80 km/h., lo podemos hacer pero solo a 90 km/h. No podemos rebasar el límite establecido.

 El profesor ha  elegido  solo esta  fase porque es la que más fácilmente podemos objetivar y cuantificar numéricamente sin introducir aspectos subjetivos de la maniobra. Y ha manejado tres conceptos: velocidad relativa, velocidad del coche y velocidad del camión.

 A 90 km/h tardaremos 7,56 segundos y estaríamos 189 metros en el carril de sentido contrario. Mientras que si lo hiciéramos a 110 km/h, como se podía hacer antes, tardaríamos 2.52 segundos  y   estaríamos en el carril contrario 77 metros.

 Diversos cálculos nos vienen a decir que si respetamos la nueva norma, el tiempo para adelantar se multiplica por 2,5 segundos mientras que el tiempo que permanecemos en el carril contrario se multiplica por tres.


Otro ejemplo de lo que implica la mayor velocidad. Si circulamos 10 km/h más rápido que otro vehículo, avanzamos 2,8 metros más cada segundo. Y si lo hacemos a 30 km/h de más serían 8,6 metros de ventaja cada segundo.

No se sugiere en ningún momento reclamar que se pueda  superar el límite de velocidad en más de 20 km/h. Puede parecer que incrementar ese margen sobre el límite legal que había antes de la modificación llevaría a más seguridad en los adelantamientos porque pasaríamos todavía menos tiempo en el carril contrario, recorriendo también menos metros. Pero, a poco que pensemos, se produce una paradoja: a mayor aumento de velocidad el beneficio sobre la seguridad vial sería cada vez menor y cada adelantamiento se convertiría en una acción más que temeraria.