domingo, 26 de noviembre de 2017

ENTRE TODOS LA MATARON Y ELLA SOLA SE MURIÓ

El conflicto laboral más extenso en el tiempo de un sector en España está lejos de solventarse (al menos mientras escribo este post). Parece que no se vislumbra la salida de ese túnel tan larguísimo en el que ha entrado.

La DGT indica en una nota de prensa que se decretará el 50%  de servicios mínimos en todas las jefaturas de tráfico a partir del 1 de diciembre.



El Comité de Huelga publica un comunicado, fotocopia de la nómina de un examinador incluida,  en el que saca, cuanto menos, los colores al Director de Tráfico y a sus más inmediatos colaboradores en este conflicto.

“Un gestor público — dice el comunicado — no debe mentir ni engañar, el Sr. Serrano bien lo sabe por lo sucedido nada más tomar posesión del cargo de director, pero si lo hace por desconocimiento, algo que no descartamos, es también muy grave y no debería estar en su puesto ni un minuto más”.

“Durante estos 5 meses de huelga — sigue diciendo —, el comité ha formulado 4 propuestas por escrito y la DGT una verbal que el colectivo votó un “no” rotundo. (…) Un director que se precie, ante la grave crisis con una huelga de más de cinco meses, no debería levantarse de la mesa de negociación hasta conseguir una solución para los ciudadanos y sus funcionarios,(…)”.

Supongo que en la solución para los ciudadanos están incluidas las autoescuelas, ¿o no?, ¿y por qué no se mencionan de manera explicita?

“Este comité — acaba diciendo el comunicado — exige negociar con gestores que sean capaces de resolver este conflicto y no con aquellos que solo saben agravarlo”.




En este conflicto, entre DGT y examinadores, pierden todos los afectados, menos la DGT, pero quien más está perdiendo es la autoescuela. Para muchas el daño ocasionado ya será irreversible

Los aspirantes en estos momentos al permiso solo tienen que tener algo más de paciencia, pero acabarán obteniéndolo. El retraso siempre será un mal menor, salvo para aquellos que no hayan podido optar a un puesto de trabajo. Los examinadores perderán parte de su salario, pero nunca el puesto de trabajo. Otro mal menor. Pero… y la autoescuela, ¿qué pierde?

Sin lugar a dudas, la parte que más pierde es la autoescuela. La prueba es que algunas han cerrado, han muerto de inanición. Otras se están debilitando tanto que de no solventarse pronto el conflicto acabarán corriendo la misma suerte. Y las que queden arrastraran las pérdidas durante mucho tiempo.

Ya lo ha advertido el portavoz socialista en materia de Seguridad Vial, Pablo Bellido, esta huelga está arruinando a las autoescuelas y fastidiando a 140.000 aspirantes que no han podido examinarse. "Resolver el problema, pues, cuesta una cuarta parte de lo que ya le ha costado en ingresos por tasas al Estado", ha indicado el Sr. Bellido.

Según cálculos del PSOE, las autoescuelas han acumulado unas pérdidas de unos 30 millones de euros y el Estado ha dejado de recaudar unos 15 millones de euros.

Y mientras la situación económica de las autoescuelas se agrava por días, me llegan noticias de que un Vicepresidente de CNAE, que al igual que el presidente, se está eternizando en el cargo, se ha desplazado, junto con el Gerente, a Bogotá (Colombia) con el fin de explorar las posibilidades de invertir en Centros Privados de Exámenes de este lejano pais. Parece ser que hoy por hoy, Bogotá  es una de las ciudades más competitivas para hacer negocios en América Latina.


La inversión estaría por encima de los doscientos millones de las antiguas pesetas. Inversión nada desdeñable  en un país donde el salario mínimo del personal no cualificado está en una horquilla de 210 a 220 euros aproximadamente y el del personal  cualificado (administrativos) viene a ser de 350 euros. Y a eso bajos salarios hay que añadir un costo social, también, muy bajo.

Colombia, al día de hoy, no tiene un sistema de exámenes de conducir independiente de los Centros de Enseñanza Automovilística (Autoescuelas) como el que existe en España y otros países de la UE, ni públicos ni privados. Son los susodichos centros los que realizan las pruebas previas (exámenes) a la emisión del certificado de aptitud.


 Y continuarán haciéndolo hasta que entre en vigor  la nueva regulación de contenidos de formación basados en “mallas” curriculares que ha de presentar la Agencia Nacional de Seguridad Vial de este país. Las citadas “mallas” responderán a dos preguntas básicas: ¿Qué debe saber y saber hacer el futuro conductor? ¿Cómo y con qué va a adquirir el conductor ese saber y ese saber hacerlo?


Parece ser, en opinión de los informadores desplazados a Bogotá, que sería “una oportunidad estratégica de negocio en otro país, pero dentro de la actividad y fines de CNAE, ya que está absolutamente referenciado a nuestro sector de la Seguridad Vial”. Todo esto da que pensar, ¿verdad?

¿Qué debe pasar por la mente de todos esos titulares de  pequeñas autoescuelas que han tenido que cerrar o despedir a  algún profesor?

Así las cosas, vemos que todo lo que está ocurriendo es un claro ejemplo de una conjunción de intereses, todos ellos ajenos al interés de las autoescuelas y de los ciudadanos, y que hace bueno, respecto a la autoescuela, aquel antiguo proverbio que dice: “Entre todos la mataron y ella sola se murió”.


jueves, 23 de noviembre de 2017

¡BRAVO POR CIUDADANOS!

El partido (Cs) de Albert Rivera llevará a la mesa de  de negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) el conflicto de la DGT con los examinadores y condiciona su apoyo a que el Gobierno lo solucione de inmediato.

De ser cierto lo que dicen, y no hay motivos para dudarlo, el partido de ciudadanos puede hacer un enorme favor, en primer lugar  al colectivo de autoescuelas, al que se le está haciendo un daño, ya casi irreversible y en segundo,  a los aspirantes al permiso y a sus evaluadores.


Tenga o no éxito la iniciativa, sería conveniente recordarla llegado el momento.

Texto publicado por: www.cordopolis.es


Ciudadanos supedita su apoyo a los PGE a cerrar la crisis de los examinadores de tráfico
El diputado de este partido por Córdoba asegura que presionarán al Gobierno para que dé una solución al conflicto
Ciudadanos ha puesto el conflicto de los examinadores de tráfico en la mesa de negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Así lo ha manifestado el diputado de esta formación por Córdoba, Marcial Gómez, quien ha avanzado que desde su partido “seguiremos presionando al Gobierno para que ponga fin al conflicto, por el bien de todas las partes afectadas”.

Y, en ese sentido, ha puntualizado que “como las iniciativas presentadas por Ciudadanos en el Congreso no han sido suficientes hasta ahora, hemos dado una vuelta de tuerca y lo hemos incluido en la negociación presupuestaria: no apoyaremos los presupuestos si este conflicto entre examinadores y DGT no se soluciona”.
Asimismo, Gómez ha asegurado en una nota que “las reivindicaciones salariales de los examinadores de tráfico nos parecen legítimas” y ha recordado que “sólo están exigiendo el cumplimiento de unos compromisos previamente alcanzados con la Dirección General de Tráfico hace algunos años y que nunca se han materializado”. Por este motivo, “urgimos al Gobierno a resolver la situación de los examinadores de tráfico para no enconar más este conflicto”.
Para el representante de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, “ya está bien de seguir retrasando la solución a este conflicto, que tanto está perjudicando a innumerables ciudadanos aspirantes a obtener el carnet de conducir, con el consiguiente trastorno para sus perspectivas personales y laborales”.
Asimismo Gómez ha resaltado “lo perjudicial que todo este asunto está siendo para las autoescuelas, que ven como se ralentiza su flujo de alumnos, cayendo sus ingresos en picado” y ha subrayado que “muchas de las autoescuelas de nuestra provincia están al límite de su subsistencia por este desacuerdo entre los examinadores y la DGT”.

martes, 21 de noviembre de 2017

SON DELITOS…

Definitivamente, conducir sin puntos en el permiso o conducir sin haber obtenido el correspondiente permiso son delitos y sus autores, después de ser juzgados,  serán unos delincuentes.


Después de las sentencias del Tribunal Supremo, y obviando los circunloquios de la literatura procesal, podemos afirmar, resumiendo, que ambas acciones, conducir sin puntos o conducir sin permiso, son constitutivas de un delito contemplado en el artículo 384 del Código Penal que dice:

El que condujere un vehículo de motor o ciclomotor en los casos de pérdida de vigencia del permiso o licencia por pérdida total de los puntos asignados legalmente, será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de doce a veinticuatro meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días.

La misma pena se impondrá al que realizare la conducción tras haber sido privado cautelar o definitivamente del permiso o licencia por decisión judicial y al que condujere un vehículo de motor o ciclomotor sin haber obtenido nunca permiso o licencia de conducción.

El Supremo, en los casos que ha juzgado, ha optado por la multa de 12 meses con una cuota diaria de 6 euros.

La mera conducción en las condiciones previstas en el susodicho artículo, según la Sala Penal del alto tribunal, es por sí sola un delito, sin que sea necesaria para ello una conducta concreta que ponga en riesgo la seguridad.

La Sala Penal del Tribunal Supremo establece  que el delito contra la seguridad vial no requiere para su aplicación que además se ponga en un riesgo concreto la seguridad vial. Para cometerlo bastará con el peligro abstracto que se genera al conducir sin las condiciones legales para ello.

El Supremo ha fijado  este criterio en tres sentencias recientes, contrario al de la  Audiencia de Toledo, que interpretaba que para ver delito exigía que el conductor sin puntos cometiese alguna infracción más de tráfico que supusiera un riesgo.

El alto tribunal explica que el delito contra la seguridad vial no requiere un elemento adicional de poner en un riesgo concreto la seguridad vial, y basta con la puesta en peligro en abstracto que supone conducir sin las condiciones legales para ello.
Aviso a navegantes: conducir vehículos a motor o ciclomotores sin haber obtenido el correspondiente permiso de conducir o conducir estos vehículos habiendo perdido todos los puntos sin haberlos recuperado será un delito penal que puede salir caro.







sábado, 18 de noviembre de 2017

DÍA MUNDIAL EN RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA VIAL

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre la siniestralidad vial global advirtiendo que si no se aplican medidas para evitarlo, se prevé que de aquí a 2020 los accidentes de tránsito causen cada año 1,9 millones de víctimas mortales. Ha informes que indican  que los accidentes de tráfico causan la muerte de aproximadamente 1,25 millones de personas en todo el mundo y reiteran  que entre 20 millones y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales y, a su vez, una proporción de estos padecen alguna forma de discapacidad. De hecho, las lesiones causadas por el tránsito son la causa principal de muerte en el grupo de 15 a 29 años de edad.




MANIFIESTO de STOP ACCIDENTES.
#uncompromisoXlavida

 Hoy, como ha establecido la ONU, conmemoramos el Día mundial en recuerdo de las víctimas de la violencia vial y nos manifestamos unidos con todos los países del mundo, y especialmente con la Federación Iberoamericana de Asociaciones de víctimas contra la violencia vial. En España, constatamos el aumento de la siniestralidad durante el pasado año 2016: 1.810 personas fallecidas, un 7% más que el año anterior y 9.755 heridos graves hospitalizadas, un 3% más, según datos de la DGT. Todavía seguimos sin una educación vial en valores obligatoria en nuestras escuelas y denunciamos la última modificación del código penal que ha creado más impunidad. Seguimos reclamando la creación de un Pacto de Estado que impulse todas las medidas necesarias para prevenir la violencia vial. Nuestro objetivo sigue siendo: CERO VÍCTIMAS por lo que seguimos reclamando medidas preventivas de convivencia ciudadana para proteger la vida de todos los usuarios de la carretera, especialmente a los más vulnerables: peatones, niños, personas mayores, ciclistas y motoristas. No nos cansaremos de exigir que la seguridad vial sea una prioridad política y un compromiso formal de todas las instituciones del Estado para tomar medidas e impulsar los cambios necesarios para lograr la cultura de la seguridad vial. Es un deber moral del gobierno y de respeto por la vida de todos los ciudadanos que va mucho más allá de una simple declaración. Les pedimos transformar sus palabras en actos. El DECENIO DE ACCIÓN POR LA SEGURIDAD VIAL propuesto por la ONU son compromisos sin cumplir por parte de los gobiernos a nivel mundial. Estamos indignados, una vez más la población más vulnerable es la que sufre las terribles consecuencias de los siniestros de tráfico. Hoy 3.000 personas, 500 de ellas niños, van a perder la vida en el mundo y muchos más quedaran lesionados. Representa una de las mayores catástrofes humanas silenciada por la indiferencia de los gobernantes y de la sociedad. Son más de 1 millón 300.000 personas que fallecen y causan lesiones a 50 millones de personas cada año. El 90% de esos siniestros se producen en los países en vía de desarrollo y sabemos que se pueden evitar. Nuestros seres queridos son nuestra memoria y la memoria traza el camino, queremos recorrerlo juntos, desplazar horizontes porque a todos nos corresponde actuar, por lo que convocamos a toda la sociedad, para que entre todos podamos construir un mundo mejor y más seguro, en beneficio de la vida.
1 MINUTO DE SILENCIO EN HOMENAJE A NUESTROS SERES QUERIDOS

miércoles, 15 de noviembre de 2017

SEÑALES DE TRÁFICO.

 LA SEÑAL DE STOP: SU EVOLUCIÓN Y SU ENSEÑANZA

Si todos los conductores conocen su significado, ¿por qué  algunos no la respetan?

Como ya hemos comentado en un post anterior relacionado con las señales, uno de los gurús de la seguridad vial de nuestro país viene afirmado que en Roma ya existió una señal parecida  a nuestro STOP y que era representada por el dios Hermes con el brazo en alto. Sin embargo Eric Poehler, arqueólogo, sostiene que no hay restos arqueológicos que permitan suponer que en Roma hubiera tal señal.

Se dice que la primera señal de “PARE” o “STOP”  tiene su origen en Alemania  en el año 1892 y consistía en una calavera que se iluminaba de noche (¿?). ¿Se imaginan el susto que deberían llevarse aquellos viajeros que la vieran por primera vez?


A principios del siglo XX, las carreteras norteamericanas eran un caos. Los conductores no necesitaban licencia para conducir, las líneas de carril no existían, y las señales de tráfico eran casi inexistentes, salvo algún que otro cartel informativo.
En alguna parte he leído que en EEUU, la primera señal de stop fue instalada en Detroit en 1915. Cuando la señal de alto oficial apareció en Detroit, en 1915, era pequeña, blanca y cuadrada, nada parecido al octógono rojo que conocemos hoy. En 1923, una rama del departamento de carreteras de Mississippi sugirió un cambio. Alguien se había dado cuenta de la importancia que esta señal tendría para la seguridad vial.
Cada día era mayor la dimensión que estaba alcanzando la circulación de automóviles y cada día el problema se hacía  más global y los diferentes Estados firmaban convenios y protocolos para mejorar y facilitar la circulación.
El 19 de septiembre de 1949 se firma en Ginebra el Protocolo  relativo a las señales de carreteras y se hace en un solo ejemplar en francés e inglés.
Los Estados Partes en el susodicho Protocolo, deseosos de garantizar la seguridad de la circulación por las carreteras y de facilitar la circulación internacional por las mismas acuerdan un sistema uniforme de señales y establecen que estas sean de tres clases: a) señales de peligro, b) señales que dan instrucciones concretas; c) señales informativas.
Dentro del grupo de las señales que dan instrucciones concretas se estable la señal de “PARADA EN EL CRUCE” que indica al conductor que debe detenerse antes de entrar en una carretera con prioridad de paso o principal.
Esta señal— decía el Protocolo — consistirá en un triangulo rojo con el vértice hacia abajo, inscrito en un círculo rojo. El triángulo podrá llevarla palabra “parada” en su interior. Se colocará esta señal en las carreteras sin prioridad de paso, a una distancia adecuada del cruce, que será hasta de 50 metros en campo raso y de 25 metros en zonas edificadas. Se recomienda que en estas carreteras sin prioridad de paso se ponga también lo más cerca posible del cruce una señal, marca o línea de posición.



Acababa de crearse la señal oficial de STOP. Su primigenia  forma suponía dos inconvenientes de cierta importancia: primero, los conductores al verla por su parte  posterior podrían confundirla con cualquier otra señal circular y segundo, en países donde la climatología fuera muy rigurosa y las nevadas frecuentes, la señal quedaría  cubierta de nieve no pudiendo el conductor identificar su mensaje. Estas circunstancias podrian provocar accidentes, que en algunos casos podrían ser mortales. Y se pensó en construir la señal en forma octogonal para diferenciarla de cualquier otra.
El Instrumento de Adhesión de España al susodicho Protocolo fue depositado en la Secretaría de las Naciones Unidas el 13 de febrero de 1958 surtiendo efectos a partir del día 13 de mayo de 1958.
La importancia — se podría decir que vital en muchos casos — de esta peculiar señal, hace que sea la única señal tráfico de ocho lados y la más extendida por todo el mundo.
El hecho de ser octogonal permite a todos los conductores saber que es la señal de STOP, aunque la vean por su parte posterior. Es reconocible aún quedando cubierta por la nieve.


Si es tan importante y todos los conductores conocen su significado, ¿por qué  algunos no la respetan?

 Hoy es imposible imaginarse la circulación de automóviles sin la existencia de señales de tráfico. Y podemos estar de acuerdo que de entre todas ellas, una de las más importantes, quizá la que más, es la archiconocida señal de STOP. A pesar de ello, su falta de cumplimiento es causa de muchos accidentes con víctimas. Fíjense, si no, en el gráfico siguiente.



Volviendo a la pregunta que nos hacemos, creo que la respuesta habría que buscarla en la ausencia, en la mayoría de casos, de una de las bases en que debe sustentarse la formación del conductor.

Durante su formación en la autoescuela se trabajan  los conocimientos  y las destrezas, pero se olvida esa  tercera base donde también debe sustentarse toda formación educadora: los valores y con ellos los hábitos y las costumbres y cómo no, las emociones.

Todos los esfuerzos en la formación vial del conductor deberían ir  dirigidos a reducir  las conductas de riesgo y a proporcionar o incrementar medidas preventivas para un uso responsable y seguro de la movilidad vial.

Para que cualquier actividad relacionada con la formación del conductor dé resultados hay que actuar sobre tres ejes:
-        el saber,
-        el saber hacerlo y
-        el querer hacerlo.

De acuerdo con este planteamiento, aquella actividad de formación vial que no pivote simultáneamente sobre estos tres elementos será poco efectiva para prevenir los factores de riesgo. El conductor conoce la señal, sabe qué ha de hacer, pero por los motivos que fueren, no quiere hacerlo. ¿Se preguntan por qué?

jueves, 9 de noviembre de 2017

LAS SEÑALES DE TRÁFICO

Origen y evolución. Un breve recorrido por su historia

Las primeras señales de tráfico las encontramos en los territorios del Imperio Romano. Eran los miliarios o piedras militares. Solían tener forma cilíndrica, raras veces oval. Se colocaban al borde de las calzadas romanas para señalar, cada mil pasos, una milla romana, equivalente a 1.480 metros. En ellos se solía tallar el nombre completo del emperador, la distancia hasta Roma u otra ciudad importante de la vía, así como datos del gobernador o la unidad militar responsable de las obras de la calzada romana en cuestión. La señalización de su red viaria fue una de las claves para la expansión del imperio.


Aquellas primitivas señales romanas tenían la misma o parecida finalidad que los ya casi olvidados postes kilométricos que jalonaban nuestras carreteras. Hoy ya son reliquias del pasado, al igual que los miliarios.


Un  gurú de la seguridad vial de nuestro país viene afirmando que en Roma ya existió una señal parecida  a nuestro STOP y que era representada por el dios Hermes con el brazo en alto. Sin embargo Eric Poehler, arqueólogo del tráfico, sostiene que no hay restos arqueológicos que permitan suponer que en Roma hubiera tal señal. Sin embargo todos coinciden en señalar el origen de las señales de tráfico en la antigua Roma.

En el siglo XIX, las bicicletas se convierten en un popular medio de transporte. A medida que aumenta el tráfico rodado, las organizaciones de ciclismo y las autoridades locales empiezan a colocar señales de tráfico con calaveras y tibias cruzadas para advertir a los ciclistas de las pendientes resbaladizas u otras situaciones de peligro. En 1895, el Touring Club Italiano inicia una campaña para mejorar las señales de tráfico en Europa.


En 1899, el Departamento de Transporte de EEUU se reúne en Nueva York para formar un club de coches, y una de sus prioridades era publicar y mantener las señales en las carreteras principales para orientar  a los automovilistas a destinos concretos


Los orígenes de la legislación vial internacional se remontan a la primera década del siglo XX, más concretamente a la Convención internacional sobre circulación de vehículos a motor, concluida en París el 11 de octubre de 1909.

Representantes de varios países de Europa, entre ellos  Alemania, Italia, Bélgica, Bulgaria, Rumanía e  Italia se reunieron en Paris y suscribieron  un Convenio sobre la circulación de vehículos a motor. En aquella  Convención ya se abordaban, en lo esencial, los problemas relacionados con la fabricación de automóviles, la admisión al tráfico internacional y la señalización. Es aquí y entonces donde los nueve gobiernos  europeos que asistieron establecen los patrones primigenios de las actuales señales y sus símbolos pictóricos.

En este  Convenio, en su artículo 8º, se obligan los países  convenidos, entre los cuales figura España, a que señalen en sus respectivas carreteras los peligros que se ofrezcan a la circulación de automóviles, a cuyo efecto se adoptó un modelo uniforme de señales, que figuran en el anejo D del susodicho Convenio para indicar con las mismas la proximidad de pendientes, curvas, pasos á nivel y cruces de caminos.

Sería el Real Automóvil Club de España la entidad encargada de la colocación de aquellas primeras señales en las carreteras pertenecientes al Estado de acuerdo con la Jefaturas de Obras Publicas de las provincias que serían las encargadas de fijar los lugares en los que se colocarían  las señales.


La expansión de la circulación de automóviles condujo a la conclusión en París, el 24 de abril de 1926, de dos nuevas convenciones mediante las que se pretendía enmendar y ampliar la Convención de 1909: la Convención internacional relativa a la circulación de vehículos automotores y la Convención internacional relativa a la circulación por carretera. Como base para la elaboración de esas convenciones se utilizaron varios textos, especialmente el proyecto preparado por el Comité especial de estudio de la circulación por carretera de la Liga de las Naciones, un proyecto preparado por el Gobierno de Francia y un proyecto preparado por el
Gobierno de Suecia en el que se contemplaba principalmente la normalización de algunas señales de advertencia de peligro.

En su artículo 9º se establecer que cada uno de los Estados contratantes se compromete a vigilar para que en la medida de su autoridad y a lo largo de los caminos no se coloquen para señalar los pasos peligrosos otros signos que los que figuran en el anejo F del presente Convenio.

En la Convención de 1926 no se abordó de forma exhaustiva la cuestión de la señalización. Para cubrir esa laguna, el 30 de marzo de 1931 se concluyó en Ginebra la

Convención sobre la unificación del sistema de señales en las carreteras.

Este Convenio citado, sobre unificación del sistema de señales, celebrado bajo los auspicios de la Sociedad de Naciones, se firmó en Ginebra el 30 de marzo de 1931, y logró uniformar la señalización y añadir una serie de señales reguladoras e informativas, normalizándose también los colores de las mismas. Por ejemplo, el color rojo era determinante de las señales de prohibición, pero no en las de peligro, que debían tener algún símbolo. Se fijaron 26 tipos de señales.

Este sistema básico fue generalmente aceptado por la mayoría de las naciones europeas, y fue aprobado por España por Ley de 28 de marzo de 1933, siendo una posterior Instrucción de Carreteras la que concretó los modelos de las señales y las normas para su correspondiente colocación.






En 1948, observando que las Convenciones de 1926 y 1931 habían quedado obsoletas, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, en su resolución 147 B (VII), de 28 de agosto, pidió que se convocara en Ginebra una Conferencia de las Naciones Unidas sobre Transporte por Carretera y Transporte por Vehículos Automotores. Esa Conferencia basó sus trabajos en un proyecto de convención preparado por el Comité de Transportes Continentales de la
Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas y en la Convención Interamericana de 1943 sobre la reglamentación del tráfico automotor. Los trabajos de la Conferencia dieron como resultado la conclusión en 1949 de una Convención sobre la Circulación por Carretera y un Protocolo relativo a las señales de carreteras.

Pasaron casi sesenta años cuando en 1968 se firma en Viena, en concreto el 8 de noviembre, la Convención sobre la Señalización Vial. Fue un hito en la señalización vial. Estableció un catálogo de 146 signos.


jueves, 2 de noviembre de 2017

AQUELLOS EXÁMENES DE CONDUCIR Y EL COCHE DE LAS VIUDAS

Hace algunos días, ojeando un periódico de Mallorca, “Ultima Hora” (edición de papel) en la barra de un café reparé en un artículo con el siguiente título: “Aprender a conducir”.  Como llevaba prisa, leí el artículo por encima mientras tomaba mi café y al finalizar le hice una foto al coche que realizaba la maniobra de aparcamiento en el examen de conducir, un Renault Dauphine. 

Mi primer coche,  de cuarta o quinta mano porque mi poder adquisitivo no daba para mucho,  fue otro Renault Dauphine. 




La foto siguiente podría ser de cualquier ciudad de España donde examinaran para el permiso de conducir, pero esta está hecha en Palma, en la calle Manos, llamada así en aquella época. Hoy es el  carrer Batle Emili Darder y , como muy bien saben los  palmesanos,  va desde el carrer de La Balanguera hasta el de Industria. En un tramo de esa calle se examinaron muchos mallorquines para el permiso de conducir.




El coche utilizado para el examen en esta ocasión, como pueden comprobar, es un Renault Dauphine matriculado en Palma de Mallorca en el año 1961. Alguien dijo de este modelo que era la cenicienta de Renault. Su motor y su transmisión se alojaban en la parte trasera. Con una suspensión que basculaba en exceso y le hacía apoyar mal cuando su conductor entraba a velocidad excesiva en una curva cerrada o frenaba de forma brusca en calzadas mojadas.

Las características de la suspensión  y el desfavorable reparto de pesos no ayudaban a su estabilidad a la hora de abordar una curva, sobre todo si era de radio corto. Eran muchos los propietarios de  un  Dauphine que trataban de mejorar el reparto de pesos colocando un saco de cemento en el maletero, situado en la parte delantera del vehículo.

El coche, dadas sus características de construcción, tenía un comportamiento sobrevirador en las curvas, comportamiento muy difícil de corregir. Si a esto le añadimos las malas carreteras de la época y la escasa preparación de los conductores hacía que los accidentes con este coche fueran muchos y muy graves. Pronto fue conocido como “el coche de las viudas”. Yo tuve un Dauphine. Con él recorrí muchos kilómetros por aquellas malas carreteras y aquí sigo. Una leyenda urbana como cualquier otra. No era un coche peligroso, eran unos conductores poco conscientes de sus limitaciones y las del coche que manejaban.

Pero volvamos al artículo que nos ocupa. Aunque los más jóvenes no lo crean, hubo un tiempo en el que los examinadores eran conocidos por su nombre y apellidos. No en ciudades como Madrid o Barcelona, pero sí en Palma de Mallorca o Jaén, por ejemplo.

Los aspirantes llegaban a conocer hasta las particulares exigencias de cada uno de aquellos examinadores que en  Palma de Mallorca seguramente no pasarían de tres o cuatro habida cuenta que en el 2017, transcurrido cerca de medio siglo,  Baleares cuenta con 14 examinadores.

El autor del artículo, Joan Martorell, venía a decir que aquellos exámenes de conducir eran como aquella “mili”, ya desaparecida  después de muchos años de vigencia. Ambos acontecimientos constituían una fuente inagotable de anécdotas y batallitas. Era difícil encontrar un varón que no contara en más de una ocasión  cómo le fue en la mili y en el examen de conducir. Ya se decía por entonces aquello de “he aprobado” o “me han suspendido”.

Si cada uno cuenta de la feria según le fue en ella, el examinando  cuenta del examen de conducir y del examinador con arreglo al resultado obtenido.

Escuchemos lo que decían los que regresaban de aquella “feria” que la Delegación de Industria primero y posteriormente la DGT tenían montada en algún lugar de la geografía española:

  ¡No hay derecho! ¡Si lo que quieren es cargarse a uno, más vale que te lo digan antes y te evitan estar aquí toda la mañana esperando! ¡Mira que suspenderme a mi!
  Se te ha “calado” el motor hasta cinco veces — le contesta el que le acompaña.
  Es que el coche no va bien de encendido. Además que para aparcar y salir del aparcamiento se me cale cinco veces no es para que me suspenda…
  Ya…con lo que tú sabes…— volvió a responder irónicamente  su compañero mientras se alejaban del lugar del examen.

Al poco rato sale un Dauphine de la zona de examen y es recibido por su profesor.
  ¿Por qué me han suspendido? —le pregunta mientras baja del coche.
   Por el segundo árbol…
  ¿Qué le ha pasado al árbol?
  Mira, le has hecho una abolladura al parachoques con el árbol — le dice mientras le indica el desperfecto.
  ¡Sólo por eso me suspenden…!
  Y por muy poco no has atropellado al examinador cuando te hacia indicaciones de que salieras del aparcamiento…
  ¡Bueno! ¿Y eso no le puede pasar a cualquiera?
  ¡Así son las cosas…! — le contestó el profesor mientras arrancaba el coche y se alejaba en busca otro aspiranque pudiera ser examinado.
Por fin sale uno que baja del coche con cara de satisfacción. Este ha aprobado. Se expresa con aire de suficiencia cuando uno que aguarda su turno le pregunta:
  ¿Qué, cómo te ha ido?
  ¡Bien! ¡Muy bien! Es facilísimo. Solo tienes que estar tranquilo, hacer unas maniobras facilísimas y ya está.
  ¿Qué tal el examinador?
  Magnifico. Muy exigente, pero un tío simpático.
Uno del grupo que se ha formado en torno a él tiene que disimular la risa que le causa este fitipaldi al que ha visto sudar tinta mientras realizaba el aparcamiento y el cambio de sentido, las dos únicas maniobra que realizaban aquel día.

¡Qué largo camino se ha recorrido desde aquellos exámenes a estos de 2017!... ¿O quizá no?