Masiva movilización de las autoescuelas en
la Ciudad Condal y en el resto de provincias catalanas.
En esta semana se han producido protestas
de las autoescuelas en distintas provincias españolas. Todas más que justificadas.
Al parecer la DGT es incapaz de desbloquear el conflicto que tiene con sus
examinadores. O a lo mejor es que no quiere.
Todos han de conocer el enorme daño
económico que se le está haciendo a las autoescuelas. También a unos cuantos de
miles de ciudadanos a los que, sin ningún pudor, les han cobrado, por
adelantado, un servicio que no les están prestando.
Las autoescuelas son un colectivo que
sufre en silencio y está poco acostumbrado a la protesta en la calle, pero
cuando lo hace, lo hace bien y sobrado de razones y ahí está, como ejemplo, la
manifestación del día 5 en Barcelona y en las restantes provincias catalanas.
Las autoescuelas catalanas han dicho
basta y han sacado sus coches a la calle en señal de protesta.
Unos 1500 coches han salido a la calle en
la Ciudad Condal y han abarrotado la popular avenida María Cristina en Montjuic.
La protesta también se llevado a cabo en Girona, donde se han manifestado 200 vehículos, en Lleida,
130 y en Tarragona, 120. Las
movilizaciones, o quizá habría que decir concentraciones, han estado respaldadas
por la FAC (FEDERACIÓ D’AUTOESCOLES DE CATALUNYA).
Al final de las movilizaciones se ha
leído un manifiesto delante de cada una de las Jefaturas de Tráfico de la DGT
en las cuatro provincias catalanas, y en el mismo se exige del susodicho organismo:
-
Dotar a las Jefaturas
Provinciales de Tráfico de los recursos suficientes.
-
Disponer de un calendario de
exámenes que permita programar la formación del alumno.
-
Gestionar de forma telemática
el sistema de exámenes.
Cataluña, según la DGT, ha pasado de
tener 115 examinadores en 2011, a disponer de 107 en el 2017. Por otra parte, los
examinadores realizaron 185.726 pruebas y 178.673 en 2016 (ignoro las que
llevan realizadas en el presente año).
De continuar sin resolverse esta
situación, muchas autoescuelas, no solo de Cataluña sino del resto de España,
se verían avocadas a cerrar. Las que no se
ha llevado por delante la crisis se las llevará, lamentablemente, el conflicto
que tiene la DGT con sus examinadores.
A lo mejor, reflexionando un poco,
llegamos a la conclusión de que tenemos
los gestores públicos que nos merecemos.