De 1970 a 1979
(V)
La década se acercaba a su
final. Estábamos en plena transición. Se vivían momentos de ilusión, y a la vez
de incertidumbre. Se oteaban cambios en todos los sectores de la sociedad civil
y empresarial. También en las autoescuelas.
Por el mes
de septiembre de 1978 llegan rumores,
procedentes de Madrid, al mundillo de las autoescuelas de todas las
provincias. Uno de ellos decía que la Dirección General de Tráfico estaba
preparando un nuevo método para el
examen teórico de conducir basado en técnicas audiovisuales. Esta nueva forma
de exámenes se ensayaría primero en las provincias de Toledo, Málaga y Segovia.
En los primeros meses de implantación se permitiría al alumno elegir entre el
examen tradicional o el moderno. Pasó la década y hasta el siglo y nada de
nada. También se decía que la Dirección General de Tráfico sacaría a subasta
las pistas de examen para Barcelona, pero… todo quedó en eso, en rumores.
Para muchos, la década de oro del cine fue la de los setenta, donde
surgieron películas verdaderamente clásicas y entrañables: El Padrino II
(1974), Tiburón (1975), Rocky (1976), Taxi Driver (1976) Fiebre del Sábado por
la noche (1977), La guerra de las Galaxias IV (1977), Supermán (1978), Grease
(1978), Kremer vs Kramer (1979), etc., etc.
También se proyectaban otras de menor calidad y que pasaron por las
pantallas sin dejar demasiada huella. Entre estas se proyectaba, allá por los
finales de los setenta, una cuya titulo era: “Confesions of a Driving Instructor” que nosotros titularíamos
como “Confesiones de un profesor se Autoescuela”. Es una comedia ambientada en
el mundo de las autoescuelas británicas. Aunque el joven Timmy que trabaja en
la autoescuela de su cuñado quiere sinceramente enseñar a conducir encuentra
que sus jóvenes alumnas están más interesadas en mantener su mirada en su profesor
que en la carretera. La película pasó por las carteleras del país sin pena ni
gloria.
Lo que sí merecía la pena ver era aquella serie de Paco Costas titulada “La
segunda oportunidad”. Era un miniespacio de 8 minutos con la pretensión de
concienciar a los conductores, y a la sociedad en general, de la importancia de una buena formación
vial. Su lema era: El hombre es el único
animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Se representaba un
accidente y posteriormente se explicaba la manera de actuar correctamente para
evitarlo. Su visionado hubiera debido ser de obligado cumplimiento en todas las
autoescuelas. Era un excelente material pedagógico. Yo, de hecho — profesor por aquellos años,
grababa los capítulos y los visionaba con mis alumnos en las clases de teórica.
Comentaba con ellos aquellas impactantes imágenes. No se imaginan cuan
enriquecedoras eran, pedagógicamente, aquellas clases. Creo que casi todos los
comentarios y sugerencias que Paco Costas nos ofrecía a finales de los setenta
siguen siendo validos en estos días.
Ya en las postrimerías de la década se modifica el Reglamento de Atoescuelas
de 1973. Por primera y únicamente vez se clasifican las autoescuelas en tres
grupos. Se hace en función de las clases de permisos para los cuales han sido autorizadas:
- Grupo primero: a este pertenecen las que
están autorizadas para impartir enseñanza de toda
clase de permisos.
- Grupo segundo: las autorizadas para los permisos de las clases
A1, A2, B y C.
- Grupo tercero: Las que imparten sólo el permiso de la clase B,
aunque opcionalmente pueden impartir también los permisos de las clases A1 y
A2.
Los
vehículos exigidos estaban en función
del grupo en el que quedaba clasificada la autoescuela.
Introduce
también alguna variación con relación al número de clases que se han de
realizar en un ciclo completo de enseñanza; queda como se dispone en el cuadro siguiente
Este reglamento se volvió a
modificar por la Orden de 18 de junio de 1979. Meses antes de esta última
modificación, en los últimos días de 1978, las autoescuelas tuvieron, en alguna provincia, su primera
huelga de carácter laboral, pero esto lo dejaremos para una próxima entrada.
(Continuará…)