De 1970 a 1979
(IV)
Tras la muerte de Franco en 1975, y
después de aquellas tres décadas consecutivas de dictadura impulsando la
industria del automóvil para poner en circulación cuantos más automóviles mejor, se hizo evidente que por las carreteras españolas
ya circulaban más automóviles antiguos que nuevos.
España debía seguir avanzando, pero
en la segunda mitad de la década de los sententa el carburador del motor que
había de seguir propulsando la economía debía filtrar bien la mezcla del
combustible ideológico que había de
hacer funcionar el futuro de nuestro país.
Dado que aquella mezcla era
altamente inflamable había que regular la con precisión para que no se incendiase. Pero los partidos políticos recién legalizados como el Partido
Comunista (PCE) o el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) estaban dispuestos
a pisar el acelerador a fondo y subir de revoluciones el motor hasta donde
fuese menester aunque éste llegara a "griparse".
Por el contrario, otros partidos como
Alianza Popular (AP) — embrión del que más tarde sería el Partido Popular (PP)
— eran más propensos a ralentizar la
marcha, incluso a tirar de freno de mano de ser necesario. A medio camino de
los posicionamientos de estos partidos estaba la Unión del Centro Democrático
(UCD). Su presidente Adolfo Suarez estaba dispuesto a subir cualquier pendiente
que se le presentara.
Todos sabían que un exceso de aire
entrando al carburador de las instituciones podría dar como resultado una
mezcla pobre y en consecuencia el motor de aquella incipiente y esperada
democracia podría calentarse en exceso y no rendir como debiera. Por ello todos
se pusieron a la faena y, responsablemente, condujeron a punta de gas, sin dar volantazos
bruscos ni a derecha ni izquierda hasta llegar a la Constitución de 1978.
Las autoescuelas de esta parte final
de la década seguían trabajando ajenas a los vaivenes de la política, aunque
pronto se verían zarandeadas por diversos acontecimientos.
En 1977 hubo un aumento notable de
autorizaciones de apertura; de 321 se pasó a 660, aunque al año siguiente se
redujeron a 560. Y aún se redujeron más
en el último año de la década, hasta 439.
La oferta de apertura de autoescuelas
iba paralela a la demanda de este servicio por parte de la sociedad, y el aumento
de estos centros venía generando una demanda de profesores titulados. En la
prensa aparecían anuncios que ilusionaban a más de uno para iniciarse en la
profesión.
Para la formación de
nuevos profesores el grupo sindical de autoescuelas había instalado un centro
nacional en Madrid. La idea era crear otro en Barcelona que pronto se hizo
realidad.
Los
responsables de la Asociación de Autoescuelas de Barcelona vieron como el
proyecto de crear un Centro de Profesores y Directores, que desde hacia
tiempo venían gestando, se hizo realidad y se inauguraba el 12 de Diciembre de
1974.
Asistieron a dicha
inauguración el Director General de Tráfico, el presidente de la Unión de
Empresarios, el presidente del Sindicato General de Enseñanza, el presidente
del Grupo Sindical Nacional de Autoescuelas, el Jefe Provincial de Tráfico de
Barcelona y el presidente del Grupo Sindical Provincial de Autoescuelas de
Barcelona y miembros de su Junta.
Como acto previo a la ceremonia de la inauguración hubo una rueda
de prensa en la que se dijo: “Faltan
cinco mil profesores de autoescuelas que pueden enseñar a la gran afluencia de
personas que aspiran a obtener el permiso de conducir” (..).
Otra idea
sobre la que se hizo hincapié fue la de catalogar a esta actividad como una
profesión digna, muy hermosa y apropiada para los jóvenes entusiasmados por el
mundo del automóvil, Se dijo también en esta rueda de prensa que: “por 35 horas semanales se cobran diez mil
seiscientas pesetas siendo los trienios al 7% y percibiendo quince pagas” (…). Se
ofrecieron otros datos como los siguientes: “un millón ochocientas ochenta mil personas se examinaron el pasado año
(1973) para obtener el permiso de conducir. Cuatrocientas veinticinco de las
dos mil setecientas autoescuelas existentes en el país están en Barcelona (..).
Estas cifras ponían de relieve la necesidad de profesores titulados debido
al escaso número de ellos y a que la demanda del permiso de conducir era muy
considerable en aquellos años.
Con el objetivo de atraer a posibles interesados en el certificado de
profesor, el Grupo Sindical Provincial
de Autoescuelas insertaba
anuncios en la prensa de aquellos días.
Estos centros contaban
cada uno de ellos con un buen número de especialistas en las siguientes materias: pedagogía, psicología,
administración de empresas, normativa de tráfico, mecánica del automóvil,
etc. Materias todas tratadas con especial atención a la formación de profesores y directores de
autoescuelas.
Se impartían todos los meses del año cursos de formación para
nuevos profesores. Así se cubrió el gran déficil que había de profesores
titulados por aquellos años.
(Continuará…)