domingo, 6 de febrero de 2022

DEMASIADOS FALLECIDOS

 Un “mensis horribilis” , pero un mes para la reflexión

 

Hablar del 2022  como annus horribilis en cuanto a fallecidos en accidentes de tráfico puede que de momento sea prematuro, pero de lo que ya no cabe duda es que este mes de enero pasado ha sido un mensis horribilis.

 

Durante sus 31 dias se han registrado en las carreteras 87 siniestros mortales en los que han fallecido 100 personas. Han sido  27 más que en el mismo mes de 2019. Para encontrar una cifra similar, hay que remontarse a enero de 2012, que fallecieron 102 personas.

 Según el director del Observatorio de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico, Álvaro Gómez “el aumento de la siniestralidad se ha concentrado en vías de gran capacidad y fines de semana, con la salida de vía como escenario más frecuente; debemos recordar los factores concurrentes más asociados a este tipo de accidente: velocidad, distracciones y consumo de alcohol”.

 Cabe destacar dos circunstancias:

a)  que el aumento, respecto a 2019,   en más de la mitad de víctimas se ha dado en vías de alta capacidad y

b) que se  ha pasado de 15 personas fallecidas en enero de 2019 a 39 en este enero de 2022.




Según el director del Observatorio de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico, Álvaro Gómez “el aumento de la siniestralidad se ha concentrado en vías de gran capacidad y fines de semana, con la salida de vía como escenario más frecuente; debemos recordar los factores concurrentes más asociados a este tipo de accidente: velocidad, distracciones y consumo de alcohol”.

 

Cabe destacar dos circunstancias:

a)  que el aumento, respecto a 2019,   en más de la mitad de víctimas se ha dado en vías de alta capacidad y

b)  que se  ha pasado de 15 personas fallecidas en enero de 2019 a 39 en este mensis horribilis  de 2022.




En función del tipo de siniestro, destaca el incremento que han tenido las salidas de vía con 36 fallecidos, respecto a las 24 víctimas mortales de enero de 2019. Este aumento se ha producido sobre todo en autopistas y autovías.

Por si fuera poco, este aumento de la siniestralidad se ha producido en un contexto de menor número de desplazamientos, concretamente un 1% menos de movimientos de largo recorrido que en enero de 2019. Este 1% son muchos miles de desplazamientos.

Según el medio de desplazamiento, los turismos son los que más han visto incrementada su siniestralidad, pasando de los 35 fallecidos en enero de 2019 a los 49 de este mismo año. En el caso de los usuarios vulnerables, las cifras se mantienen estables con 28 personas fallecidas.




Mientras veo estas estadísticas, me acuerdo de toda aquella gente que levantaron sus voces contra la propuesta del Director de la DGT  de impartir un  curso presencial y obligatorio de 8 horas  sobre riesgos  al volante de un automóvil.  Una idea nada descabellada y sí muy acertada que ya ocurre en 25 países europeos, al menos, entre los que está Suecia, por ejemplo, uno de los países europeos con amplia tradición en el ámbito de la seguridad vial.

 

La DGT retrocedió tras la polémica generada alrededor de la medida, con quejas de la plataforma de las autoescuelas digitales y un informe poco fundamentado de Competencia, cuyos autores sabrán mucho o poco, no lo sé, sobre competencia, pero estoy seguro de que en seguridad vial, educación vial y formación vial tienen mucho que aprender para pronunciarse como lo han hecho.

Debido a estos y algunos más que no han entendido que la formación y educación del conductor mediante el curso de las horas que sean son medidas preventivas muy eficaces para que los futuros conductores y conductoras eviten riesgos viales y tengan comportamientos adecuados a la tarea que realizan a los mandos de un automóvil.

Como bien dice el catedrático Montoro: la educación y la formación es uno de los pilares de la prevención que menos ha evolucionado en los últimos 30 años.

¿A qué esperamos después de conocer las cifras de fallecidos de este mes de enero de 2022?