viernes, 27 de noviembre de 2015

UN EXAMINADOR ILUSTRE

…se llamaba Fernando Reyes Garrido, era  andaluz y nacido en 1877; llevó a cabo cosas importantes en Barcelona.




La competencia en materia de exámenes para conductores de automóviles correspondió desde sus inicios (1900) al Ministerio de Industria. Era un ingeniero de este Ministerio quien tenía la competencia para examinar al aspirante a conductor. De ahí que, cuando funcionarios de las Jefaturas Provinciales de Tráfico empezaron a realizar estos exámenes en 1967, la gente siguió llamando ingenieros a los funcionarios de la Dirección General de Tráfico que examinaban.

 En Barcelona vivió un ingeniero industrial andaluz, granadino por más señas, llamado Fernando Reyes Garrido. Fue jefe de la división de ferrocarriles de Barcelona y autor del trazado de las líneas del metro transversal.

Fernando Reyes era un hombre curioso, trabajador, con una cabeza muy bien amueblada de la que salieron brillantes ideas, padre de familia numerosa, polifacético, ingeniero jefe de enlaces ferroviarios, cultivador de cactus y examinador de conductores de automóviles.

Diseñó, para Barcelona, el trazado del que sería el Ferrocarril Metropolitano Transversal, que se corresponde con la parte inicial de la actual línea 1 del metro de esta ciudad; cuentan que, en el jardín de su casa, cultivaba cactus elaborando él mismo un insólito abono compuesto por conchas de moluscos tostadas y trituradas.

Como ingeniero de Industria que era, adscrito a la Jefatura de Barcelona, examinaba a los aspirantes al permiso de conducir allá por los años veinte y treinta. Hay quien afirma que hasta daba clases de conducir. 

Aspirantes al permiso  se desplazaban un día por semana hacia la parte alta de la ciudad hasta el barrio del Putxet. Iban hasta allí  para hacer prácticas y ser examinados por Fernando Reyes a la sazón funcionario examinador de la Jefatura de Industria de Barcelona. Conducía un Hispano-Suiza de 16 HP, modelo torpedo y  con matrícula  B-12345

Murió en 1937 en plena contienda civil, pero, por paradojas de la vida, no murió por los disparos o bombardeos de la gente que tomó parte en aquella contienda fratricida, sino por las heridas que un muchacho le produjo cuando quiso robarle en una solitaria calle de la parte alta de la Ciudad Condal, cerca de su domicilio.

Al entierro del señor reyes asistió el ministro de Comunicaciones, Transporte y Obras públicas señor Ginér de los Rios al que acompañaban el  subsecretario de Transportes, señor Torres Campaña y el director de Ferrocarriles.

Cerca de la Avenida Meridiana de Barcelona hay una plaza con una placa en recuerdo suyo. 

¡Un gran hombre este Fernando Reyes Garrido!