A lo largo del año 2023, se actualizarán unas señales
de circulación y se crearán y modificarán otras. Veremos señales con un nuevo
diseño, otras serán modificadas y algunas ya no las volveremos a ver,
desaparecerán. Hay una que a mí, al menos, me produce desazón, fastidio y, por
qué no decirlo, hasta cabreo. Me refiero a la siguiente señal:
Desconozco si la
propuesta de esta nueva señal ha partido del ministerio de Transportes, del
ministerio de Interior o de la Dirección General de Tráfico. Lo cierto es que
el padre o la madre de semejante idea se ha cubierto de gloria. Esa mente
preclara y brillante puesta al servicio de esta sociedad del siglo XXI, y
pensando en sus mayores, han propuesto una señal de tráfico para protegernos a
los que hemos sobrevivido a los años del hambre, y otras desgracias de los desaprensivos
automovilistas, motoristas, ciclistas y demás fauna que pulula por las vías públicas.
Para advertir a la
variopinta fauna que conduce un vehículo cualquiera han propuesto crear la señal
de peligro P-21b que advierte del "peligro por la proximidad de un
lugar frecuentado por ancianos… ".
Yo, como anciano que me
consideran estas mentes pensantes de una Administración que se dice ser progresista,
prefiero que me ignoren y no hagan
propuestas específicas como esta de la señal para no ser atropellado. Ya
me cuidaré yo por la cuenta que me tiene.
Como se puede ver, la figura que se ha elegido para
representar este peligro es una
mujer mayor encorvada apoyándose en un
bastón agarrada por un hombre que le ayuda a cruzar.
Esta imagen no ha gustado nada a las asociaciones de
mayores que día a día luchan para erradicar el edadismo tan presente en esta sociedad: “No representa a todos los mayores. Se da
una visión del mayor, o en este caso del anciano casi impedido, súper
dependiente, que interfiere con el tráfico y que hay que tener cuidado con
ellos porque son un peligro, y eso es un poco feo”, ha contado a 65YMÁS, Inocente
Gómez, presidente de Secot.
En la misma línea se sitúa Josep Carné (Fatec): “No me gusta
porque estamos luchando contra el edadismo y esto tiene el efecto contrario.
Parece que porque somos mayores tenemos que tener una señal especial”, lamenta
el presidente de la asociación.
La imagen da pena porque representa a una persona
vieja con bastón y los mayores somos un grupo heterogéneo. Hay personas que se
encuentran perfectamente con independencia de la edad que tengan.
Para más inri, una periodista de un medio
digital ha escrito en su periódico:
En cuanto a las nuevas, se crea la señal P-21b que informa del "peligro por la proximidad de un
lugar frecuentado por ancianos, como un centro dedicado a la tercera edad, una
residencia, etc.".(Y aquí viene lo bueno) En ella aparece un dibujo de un peatón joven dando la mano a un peatón
de mayor edad que se ve representado como una mujer con un bastón.
¿De verdad es esto
lo que percibe esta periodista al ver la
señal? Pues “apañados vamos como diría mi abuelo”.
Creo no pertenecer al
grupo de los que se la cogen con papel de fumar, pero la señal en cuestión
tiene su enjundia.“La señal
pertenece al más burdo de los edadismos”, asegura Carlos San Juan, aquel que tanto revuelo armó con la brillante
frase: “soy mayor, pero no idiota”.
En este caso y parafraseando al
señor San Juan podríamos decir: soy mayor,
si quieren, anciano, pero no más peligroso que cualquier otro peatón.
Para eliminar connotaciones de género se
han modificado alguna señal como ha sido el caso de la señal P-21 que advierte del “peligro por la proximidad de un lugar frecuentado por niños”
Ahora, en la nueva es una chica quien lleva al niño de la mano.
El señor San Juan publica una
carta abierta al director de la DGT, Pere Navarro en la que califica la “imagen
que han escogido” como “patética, anacrónica y obsoleta”, además de
“edadista, estigmatizante e incluso humillante”.
San Juan pide en esa carta a
Navarro «que cambie ya, esta lamentable representación de una generación de más
de nueve millones de españoles».
Patricia Fernández, coordinadora de la PMP, manifiesta: "Si bien estamos de acuerdo
con la adopción de medidas centradas en la prevención de accidentes, lamentamos
la elección de la gráfica empleada, pues creemos que hay que romper con
estereotipos edadistas y avanzar en un enfoque de envejecimiento
activo y saludable en relación a la percepción e imagen social de las personas
mayores, máxime desde las Administraciones Públicas".
Adela Cabezas, presidenta de CONJUPES, manifiesta que es una "indignación total”. Me parece ningunearnos de manera mayúscula. Representarnos
con dos bastones nos hace parecer a todos los mayores inválidos y no es así. Yo
creo que no necesitamos señales de este tipo, con los semáforos por colores me
parece suficiente".
Si los gurús de la Seguridad Vial creen que es
necesario una señal para advertir de la presencia de personas con problemas de
movilidad, diseñen una y encuádrenla en el grupo de las informativas.
Las asociaciones coinciden en
que no es mala idea incorporar una señal que avise de la proximidad a un centro
de mayores o una residencia, pero no de esa manera irreverente, irrespetuosa,
despreciativa y carente de imaginación.
Organizaciones
como CEOMA (Confederación Española de Organizaciones
de Mayores) o la asociación Mayores de Telefónica proponen en cambio
representar a los mayores con una señal de tráfico que represente a una persona
y que incluya una marca en la esquina superior con un “+65”. Aunque otra opción sería
emplear una letra, como una R de residencia, con el “+65” encima o
el icono de una casa o un edificio con el “+65” dentro del mismo. Cualquier
idea mejoraría a la propuesta.
¿Si los representantes de la
Administración nos visualizan como personas inválidas y disminuidas, ¿qué
podemos esperar del resto de la
sociedad?