miércoles, 28 de octubre de 2020

LA MUJER AL VOLANTE

 

Así pensaba yo sobre la mujer al volante hace nada más y nada menos que 35 años.

El 16 de octubre, publiqué,  en este blog, un artículo con el siguiente título: ¿ES LA MUJER MÁS INTELIGENTE EMOCIONALMENTE QUE EL HOMBRE DURANTE LA CONDUCCIÓN?

Hacía alusión en el mismo a un test validado muy recientemente, por el grupo de investigación Qualiker de la UPV/EHU, en colaboración con la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco. Han desarrollado una escala para medir la inteligencia emocional de los jóvenes durante la conducción. Una vez desarrollado el test, éste ha sido validado con cerca de 600 jóvenes.



 

Desde la perspectiva de género, sus autores han manifestado: “demostramos que en esta franja de edad las mujeres tienen una mayor inteligencia emocional que los hombres. Y eso tiene una aportación interesante porque sólo en los hombres se ha encontrado que la primera causa de muerte sea la de los accidentes, pero no en las mujeres. Las mujeres muestran una conducta media mucho más alta y una puntuación más alta de inteligencias emocional en EMOVIAL”.

También hacía alusión a otros estudios anteriores que iban en la misma dirección.

Al día siguiente de haber publicado estas consideraciones me acordé que el prestigioso periódico de Barcelona, La Vanguardia, del día 16/11/1985, en su sección de cartas al director, publicó una mía con el título de la “Mujer al volante”.

Las reflexiones que un servidor hacía en aquella carta, hace 35 años, apuntaban a las conclusiones que se extraen de estos últimos estudios.


 






viernes, 16 de octubre de 2020

¿ES LA MUJER MÁS INTELIGENTE EMOCIONALMENTE QUE EL HOMBRE DURANTE LA CONDUCCIÓN?

 

En términos generales y según estudios realizados últimamente, las conductoras españolas  son más inteligentes emocionalmente que los hombres. Forman parte, cuando están al volante, del grupo de riesgo bajo. Se ven menos implicadas en accidentes de tráfico y reciben menos multas que los conductores.

 

Es sabido que la probabilidad de tener un accidente vial se incrementa por las llamadas conductas de riesgo. Una de estas conductas,  que se olvida con frecuencia, es la falta de control de nuestras propias emociones. Las emociones juegan un papel importante en el comportamiento de los conductores/as.

La inteligencia emocional y la seguridad vial son dos elementos que acompañan unidos a los conductores y conductoras. Dicen los estudios que a mayor inteligencia emocional, más seguridad vial.

En la mayoría de las ocasiones no somos conscientes de cómo influyen las emociones en nuestra forma de conducir. Ser consciente de que las emociones afectan a nuestro modo de conduccir es imprescindible para evitar accidentes de tráfico.

Se puede  afirmar que las emociones son importantes desde el punto de vista de la conducta, sobre todo en aquella que tiene que ver con procesos de toma de decisiones.

Conducir es una actividad psicomotora compleja, en la que se toman muchas decisiones por minuto, y para que sean seguras debemos ser conductores y conductoras emocionalmente inteligentes.

La gestión adecuada de nuestras conductas es lo que se llama inteligencia emocional, término que se ha popularizado en distintos campos durante estos últimos años.

Ha sido el psicólogo conductual estadounidense Daniel Goleman quien popularizó el término a partir de la publicación de su libro Emotional intelligence (Inteligencia emocional, 1995)

Goleman (1995) define la inteligencia emocional como: “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar 


La inteligencia emocional consiste en una serie de habilidades que pueden ser adquiridas y aumentadas con la práctica constante, es decir, pueden ser trabajadas y mejoradas para evitarnos riesgos y consecuencias fatales. La formación de los pre-conductores/as en la autoescuela brinda una excelente ocasión para trabajar y desarrollar la inteligencia emocional. Identificar las propias emociones y regularlas de forma apropiada nos hace mejores conductores/as.

Se podría decir que la inteligencia emocional es esa parte de la inteligencia que no tiene parámetros de medición. Va más allá de las habilidades cognitivas y del coeficiente intelectual, y nos brinda más o menos seguridad, según sea nuestra capacidad de gestión. En otras palabras, la inteligencia emocional nos avisa si lo mejor es reaccionar visceralmente o detenernos y no actuar por impulso.

Aristóteles nos dejó dicho: Cualquiera puede enfadarse, eso es fácil, pero enfadarse con la persona adecuada, al nivel adecuado, en el momento adecuado, por el motivo adecuado y de la manera adecuada, no es tan fácil.

Nos dicen que la inteligencia o coeficiente intelectual parece que predice el 20% de los factores determinantes de éxito; el 80% restante parece que depende en gran medida de la Inteligencia Emocional.

Nuestras decisiones están inducidas y reforzadas por nuestras emociones y nuestras creencias.

Un día, por ejemplo, mientras estás conduciendo reprogramas tu GPS o decides utilizar el móvil para llamar a tu casa y mantienes una conversación durante unos minutos. Has visto que ni en un caso ni en otro ha pasado nada. Lo seguirás haciendo hasta  que llegue el día en que tengas un accidente. A partir de aquí, tus creencias ya no serán las mismas.






El estudio sobre emociones, decisiones y conducción realizado por Prevensis y galardonado con el Premio Seguridad Vial  por la patronal del seguro Unespa (2009-2010), avisa de que, a veces, no somos capaces de controlar nuestras emociones durante la conducción y que sólo siete de cada cien conductores mantienen un control emocional correcto y equilibrado al volante.

Las emociones son la parte más instintiva y primitiva de nosotros. Son respuestas automáticas de nuestro cerebro emocional que guían nuestro comportamiento sin que, en la mayoría de los casos, seamos  conscientes de ello.

 

En la vida cotidiana, una decisión excesivamente emocional puede tener graves consecuencias (el pique entre conductores por un adelantamiento u otra circunstancia cualquiera). Conduciendo nuestro automóvil constantemente estamos tomando decisiones que, en ocasiones,  pueden marcar nuestra vida y la de otros para siempre.

 

Según los resultados del estudio citado, un 71.9% de los conductores tienen un bajo control emocional y en el 16.8% es nulo. Sus oscilaciones entre los diferentes estados emocionales les hacen vulnerables ante situaciones que pueden desembocar en accidente.

 

Es archisabido  que el factor humano influye de forma importante en las muertes por accidentes de carretera, sobre todo entre los jóvenes. Las estadísticas nos dicen que nueve de cada diez son consecuencia de comportamientos inadecuados o distracciones. Sin embargo, hasta el momento no hay muchas investigaciones encaminadas a  conocer hasta qué punto las capacidades emocionales pueden afectar a los accidentes de tráfico.

Muy recientemente, el grupo de investigación Qualiker de la UPV/EHU, en colaboración con la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco han desarrollado una escala para medir la inteligencia emocional de los jóvenes durante la conducción. Una vez desarrollado el test, éste ha sido validado con cerca de 600 jóvenes,

 

El test servirá para medir la capacidad del conductor/a para    prestar atención a las emociones, comprenderlas y gestionarlas, con la intención de mejorar la seguridad vial.

 El cuestionario EMOVIAL, como le han llamado, mide la inteligencia emocional de las perwonas en tres dimensiones: la atención que se presta a las emociones durante la conducción, la comprensión de las emociones que se sienten durante la conducción y, muy especialmente, la regulación de las emociones durante la conducción para que no lleguen a ser nocivas y peligrosas.

Según sus autores, las  conclusiones extraídas de la investigación han puesto de manifiesto que las personas con alta inteligencia emocional se ven menos expuestas a la vida en general.  Además, “las personas que obtuvieron una puntuación alta  mostraban más empatía con los peatones y ciclistas”.





 
Desde la perspectiva de género, han manifestado: “demostramos que en esta franja de edad las mujeres tienen una mayor inteligencia emocional que los hombres. Y eso tiene una aportación interesante porque sólo en los hombres se ha encontrado que la primera causa de muerte sea la de los accidentes, pero no en las mujeres. Las mujeres muestran una conducta media mucho más alta y una puntuación más alta de inteligencia emocional en EMOVIAL”

Las autoescuelas, en lo sucesivo, pueden disponer de una herramienta para medir con rigor el impacto de las emociones en los accidentes y que puede ayudar a mejorar la formación  en seguridad vial que imparten en sus centros.


adecuadamente las relaciones”.