lunes, 22 de diciembre de 2014

HASTA EL AÑO PRÓXIMO


“HISTORIAS DE LAS AUTOESCUELAS”

desea  a sus lectores y lectoras unas felices fiestas,  un año 2015 sin accidentes de tráfico  y una esperanzadora ilusión por su profesión, porque ellos y ellas serán los protagonistas de de las nuevas páginas que se puedan añadir a la “Historia de las Autoescuelas”


¡Felices Fiestas!

miércoles, 17 de diciembre de 2014

VOLUNTAD Y CONSTANCIA

Se ha presentado al examen de conducir 70 veces.


No, no ha sido un conciudadano nuestro. Ha sido Marc Martain, un agricultor belga de 47 años. Ha necesitado 70 convocatorias para obtener su permiso de conducir. Ha suspendido 67 veces en teórica y dos en práctica. Desde la primera convocatoria a la última han transcurrido 10 años. ¡Esto es constancia! Y demás el hombre tiene un cierto sentido del humor. Al ser entrevistado contesta: “Seguro que poseo el record de Belgica”. Y añadió: no podía creérmelo cuando el examinador me dijo que había aprobado, sobre todo porque había puesto un deficiente al principio de la prueba y es verdad que tuve problemas al empezar”.

Le deseamos al señor Marc Martain toda clase de suerte como conductor ya que no la ha tenido como aspirante.

 www.leprogres.fr.

domingo, 14 de diciembre de 2014

LA RESPONSABILIDAD DE UN EXAMINADOR

 Curiosa demanda: La fundan en que el accidente durante la prueba era imputable  al examinador.


En Francia, en los años veinte, examinaban a los aspirantes al permiso de conducir unos ingenieros. Los exámenes eran dos, uno teórico y otro práctico y estaban a cargo de los citados ingenieros de la Prefectura de Policía. Estos exámenes, según los cronistas,  eran concienzudos y sin atender a ningún favoritismo. El ingeniero que examinaba contraía una responsabilidad, como asimismo el dueño del coche por la ineptitud del aspirante que se presentaba a examen sin estar debidamente preparado.


Allá por el año 1928, un día del frio invierno parisino, don M.P. se presentó en la Prefectura para ser examinado. El ingeniero examinador don M.X.  subió al automóvil con él. Se inició la prueba de capacitación y, durante la misma, el aspirante a conductor atropelló a un peatón, al que hirió gravemente, falleciendo poco después a consecuencia de las heridas sufridas.



La viuda del fallecido reclamó ante los tribunales y éstos condena­ron al aspirante a conductor al pago de una indemnización de 20.000 fran­cos.

El sentenciado pagó tal cantidad, pero luego se dirigió  contra el Estado solicitando del mismo el abono de aquella suma. Su letrado argumentaba que el accidente era imputable al ingeniero que lo exami­naba, acusándole de haberle obligado a circular por una calle muy concurrida y de no haber exigido de él que llevara el auto por su de­recha. 






El Consejo de  Estado francés desestimó la demanda, sin embargo,  en el texto de su resolución,  dejó sentada  la  doctrina de que, si bien en este caso no aparece probada la responsabilidad del inge­niero, ya que el accidente fue debido a la falta de preparación del  que se examinaba, en otras circunstancias cabría exigir tal respon­sabilidad.

Es  indudable, se decía,  que el aspirante a conductor no debe pre­sentarse a examen  sin hallarse debidamente preparado, pero no lo es menos que mientras realiza las pruebas se coloca bajo la protec­ción de quien ha de juzgarla. No es el caso de hoy, que queda bajo la protección del sufrido profesor o profesora.





 



martes, 9 de diciembre de 2014

AQUELLAS AUTOESCUELAS DEL SIGLO PASADO (II)

(Continuación)

La publicidad de aquellas “Escuelas de Chauffeurs” en el primer tercio del siglo pasado. 
(1916-1922)


En este curioso anuncio de 1916, publicado en la prensa de San Sebastián, ya vemos imagen y texto. Se sigue asociando este tipo de establecimiento al de un garaje. Esta escuela se siguió publicitando, al menos, durante 1917.






A la Escuela de Chauffeurs ubicada en Consejo de Ciento no debía irle mal porque, en poco más de un año, su precio había pasado de 125 a 160 pesetas, un 28% de aumento que no estaba nada mal.  







Los felices años veinte

Las “Escuelas de Chauffeurs”, predecesoras de las Autoescuelas del siglo XXI,  siguieron  insertando publicidad, aunque escasa,  en la prensa de  los años que van de 1920 a 1929.



Junto a los anuncios de “Escuelas de Chauffeurs”, también aparecían otros como éste en el que se ofrecía gratificación al que devolviera una rueda de automóvil que se había perdido. Es de suponer que fue la recambio o la "auxiliar" como se decía la que debió extraviar el “chauffeur”. 







En la sección “Crónica telegráfica de provincias"  del diario La Vanguardia  se publicaba  en el año 1921 la siguiente noticia referente  a Tarragona: "Los automóviles inscritos en esta provincia son 295 y los chófers aprobados 305, habiendo hoy el ingeniero inspector don Juan de la Cuadrada expedido título a una señora de esta ciudad".



Durante los primeros años de la segunda década del siglo pasado, las Escuelas de Chauffeurs” seguían sin tener un nombre comercial especifico salvo alguna que otra excepción como podemos ver en los siguientes anuncios publicitarios.














lunes, 1 de diciembre de 2014

SELLO DE CALIDAD PARA LAS AUTOESCUELAS CATALANAS

www.lavanguardia.com

La Generalitat distinguirá con un sello de calidad a las mejores autoescuelas

La Generalitat distinguirá, a partir del próximo año, a las mejores autoescuelas catalanas con un "sello de calidad", para potenciar y reconocer la formación de sus profesores y premiar el uso de tecnologías punta en seguridad vial, según ha anunciado hoy el conseller de Interior, Ramon Espadaler.

Espadaler ha hecho este anuncio en la clausura de las jornadas sobre "La ciencia y la objetividad en el centro de la política de seguridad viaria", que se ha celebrado en Barcelona, con la presencia de la directora de la Dirección General de Tráfico (DGT), María Seguí, y el del Servicio Catalán de Tráfico, Joan Josep Isern.

En su intervención, el titular de Interior ha reconocido que la Generalitat no tiene competencias para regular el funcionamiento de las autoescuelas -hay 804 en Cataluña-, ni para fijar los requisitos para su funcionamiento.

No obstante, ha apuntado que, en un ejercicio "imaginativo", a partir del próximo año entregarán un "sello de calidad" a las autoescuelas que cumplan una serie de requisitos, especialmente en el ámbito de la formación, pero también para reconocer a las que se adapten a las últimas tecnologías en seguridad y tengan un parque de automóviles moderno.

Este "sello de calidad", que es una de las medidas previstas en el Plan de Seguridad Viaria de la Generalitat hasta el año 2020, se renovará periódicamente, en principio cada dos años, según Espadaler.

El conseller ha destacado que el sello de calidad distinguirá, por ejemplo, a los centros cuyos profesores reciban voluntariamente formación especializada a través de la cátedra de formación viaria que ofrecen conjuntamente la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Servicio Catalán de Tráfico (SCT).

También se tendrán en cuenta elementos materiales, de valor añadido, como la tipología de vehículos que las autoescuelas utilicen en sus parques, para que no sea un parque móvil envejecido y que sean sensibles a las emisiones, así como el uso de las últimas tecnologías en sistemas de seguridad.

Espadaler también ha anunciado que a partir el próximo mes de enero se creará el Observatorio de Movilidad Segura, que servirá para impulsar los proyectos de investigación y funcionará como un ente consultivo para el Servicio Catalán de Tráfico (SCT).

Por su parte, la directora de la DGT, María Seguí, ha advertido que uno de los elementos que explican la gravedad de los accidentes es el envejecimiento "dramático" del parque de automóviles en España, donde hay 33 millones de vehículos.

Seguí ha abogado, además, por profundizar en las campañas para evitar que los conductores se suban al vehículo si han consumido drogas, después de que el pasado año el 3 % de los análisis aleatorios efectuados dieron positivo por cocaína, cannabis y metanfetamina.

En las jornadas, convocadas por el European Transport Safecty Council, el SCT, la Fundación Mapfre y la Internaticonal Road Safety Association, el director del SCT, Joan Josep Isern, ha pedido que la Unión Europea (UE) impulse directivas comunitarias con medidas que ayuden a lograr la erradicación de la siniestralidad viaria.

Isern ha destacado que el plan de seguridad vial impulsado por la Generalitat apuesta sobre todo en la formación del conductor, ya que están convencido de que el campo en el que hay más camino por recorrer es en el que afecta a la persona, más que en el vehículo y el estado de la carretera.

Por este motivo, ha abogado por convertir como eje fundamental de la estrategia de Cataluña a favor de la seguridad vial la formación permanente en todo el ciclo vital, empezando por la secundaria, la universidad, la formación laboral en seguridad viaria y para los ancianos.


Según Isern, la prioridad de su departamento pasa más por la reeducación continua, más que en la política de sanciones. 


www.lavanguardia.com

jueves, 27 de noviembre de 2014

AQUELLAS AUTOESCUELAS DEL SIGLO PASADO (I)

La publicidad que hacían  aquellas "Escuelas de Chauffeurs"  en el primer tercio  del siglo pasado.

Poca documentación hay sobre aquellos establecimientos que, en  las primeras décadas del siglo pasado, les llamaban Escuelas de Chauffeurs , más tarde Escuelas de Chóferes y han acabado por denominarse Autoescuelas.

Después de la iniciativa del señor Abadal (1906) y la de la empresa automovilista Hispano-Suiza (1909) en relación a la creación de una Escuela de Chauffeurs, algunos emprendedores, como les llamarían ahora, crearon sus negocios en torno a la preparación para el examen de conductor de automóviles que desde principio del siglo XX venía siendo exigible, con más o menos rigor,  mediante ingenieros de Industria nombrados a tal efecto. Para cubrir esta demanda, se crean las primeras Escuelas de Chauffeurs. Como otros negociospronto empezaron a publicitarse insertando  anuncios  en la prensa del momento. Un  somero análisis de aquellos  primeros nuncios  en la prensa del primer tercio del siglo  XX nos permite constatar el mensaje y el valor del servicio que cada empresa destacaba en los mismos.

En los primeros años del siglo XX los anuncios eran de pequeño tamaño, concate­nados uno detrás de otro y predominando los de dimensiones reducidas. Su  componente principal era el texto. Eran textos sencillos cuyo único objetivo era aportar información sin otra finalidad que darse a conocer como Escuela de Chauffeurs. No eran muy diferentes a los que vemos actualmente: precio y rapidez en la enseñanza eran la base de sus mensajes.


En los primeros años del siglo pasado casi todos los anuncios se insertaban dentro de los llamados anuncios clasificados. Eran los más económicos. Su coste dependía del periódico y dentro de éste, del numero de palabras que se utilizaban. También había casos en los que se tarifaba por el numero de líneas. En la segunda década del siglo XX, en algunos periódicos se cobraba de 0.05  a 1.00 peseta por línea, dependiendo de la página en la que se insertaba en anuncio. El texto era, pues,  el elemento recurrente de la  publicidad de las Escuelas de "Chauffeurs" de principios de siglo pasado. Con el paso del tiempo se empezó a complementar el texto con algún dibujo alusivo al producto o servicio que se quería publicitar.

Los mensajes que se insertaban eran cortos y sencillos. Ejemplo de ello son estos recuadros publicitarios aparecidos en la prensa del momento. Este establecimiento, por ejemplo, donde se realizaban prácticas de chauffeurs data de noviembre de 1906. Recordemos que en este año ya existía la Escuela de Cahuffeurs del Sr. Abadal situada en la calle Aragón 245 donde se ubicaba su propio “Auto-Garaje Central”.


En 1910  esta escuela madrileña de la calle Recoletos inserta este anuncio en el Imparcial de Madrid.



En este mismo año, la Sociedad de cocheros de Madrid anuncia la próxima apertura de su Escuela de Chauffeurs.  


En 1911 se anunciaba una Escuela de Chauffeurs en la calle Comercio de Barcelona y por lo visto venia a desempeñar también las funciones de  “oficina de empleo”.



En el segundo decenio del siglo XX aumentaron estas escuelas de “chauffeurs” y ya se vislumbraba, a través de la publicidad que insertaban en la prensa, que se avecinaba, entre ellas, una “guerra de precios”(como cualquier colega puede comprobar, la historia se repite en el siglo XXI). Algunas garantizaban la enseñanza en un tiempo determinado, otras ofertaban las lecciones al nada despreciable precio de 4 pesetas.  Alguna alertaba a posibles clientes de que no se confundieran de puerta y entrasen en otra de la competencia. En este último caso era de suponer que estaba muy próximo a su competidor.  Esta circunstancia de proximidad no sólo pasó entonces, sino que también ha ocurrido en estos últimos tiempos. 

En el siguiente anuncio vemos que la  escuela de la calle Consejo de Ciento de Barcelona ejercía su actividad en 1915 y como otras estaba vinculada a un taller. La única, según reza en el anuncio,  que hacia prácticas por dentro y fuera de la ciudad, También garantizaba la enseñanza en 30 días y se ofrecian colocaciones. Salvando la distancia del tiempo, casi un siglo después y en otro contexto, vemos que, en algunos caso, la historia se repite.  


Su reclamo, señuelo o su manera de persuadir se fundamentaba en frases comos las siguientes: la enseñanza la imparten “técnicos profesores con titulo oficial”. No se sabe a qué titulo oficial se refiere; “la única que da lecciones por    dentro y fuera de la capital con automóviles de 22 HP”; “el que quiera ser un buen chauffeur mecanico debe visitar este taller”.

Casi siempre prevalecía  la idea de taller mecánico sobre  la de centro de formación. Cada una de ellas se afanaba según su mejor entender para difundir sus dotes de persuasión con el fin de ganar clientela para  su negocio. Algunas se anunciaban sin nombre comercial, sólo la dirección y muy pocas el teléfono (quizá porque no tuvieran).




En el Diario Turolense, periódico independiente y defensor de la provincia de Teruel (1914-1917) aparece insertado el siguiente anuncio en el año 1915.




(Continuará…)



martes, 18 de noviembre de 2014

LA MUJER Y EL AUTOMÓVIL (V)

Pioneras al volante de un automóvil en la provincia de Jaén y las marcas de los automóviles que utilizaron para realizar el examen.

SEGUNDA PARTE

Las otras siete pioneras que obtuvieron su permiso de conducir en Jaén entre 1913 y 1930 fueron:

Angustias Quirós y Quirós; era vecina de Martos (Jaén). Mecanógrafa de profesión. Obtuvo el permiso de 2ª clase a los  21 años. Realizó la prueba de conducir  en 1926 con un automóvil de la marca Chevrolet.



Se matriculaban en la provincia de Jaén, por  aquellos años, bastantes automóviles de esta marca;  concrétamente, en el 1926 fueron 119 unidades. El  Chevrolet serie 490 se fabricó desde 1915 hasta 1922. Su nombre se  debe  a su precio de lanzamiento, 490 dólares. Obtuvo un éxito inmediato. Pero su nombre no siempre se correspondería con el precio, puesto que, al cabo de un tiempo, en 1921, su precio promedio de venta ya era de  820 dólares. Así y todo se quedó lo suficientemente bajo para poder competir en el mercado con otras marcas. En este mismo año, el equipo estándar incluía un velocímetro y un amperímetro, luces de techo y reguladores de faros. Alcanzaba una velocidad máxima de 80  km/h. Su motor desarrollaba  20 caballos y el cambio era manual y de 3 velocidades.



Teresa Saenz Messia; estaba domiciliada en la calle Almendros Aguilar de Jaén. Lo obtuvo en el año 1927 y contaba entonces con 28 años de edad.  Se examinó con un automóvil Motobloc TE-300.

Fue en el Salón de París de 1922 cuando esta marca obtuvo un éxito resonante con su modelo 10 CV que repitió en el de 1924 con el modelo Motobloc 8 CV. Se adelantó a sus  competidores  cuando aún no se había marcado la tendencia a “quitar caballos”. Los fabricantes  iniciaban por aquellos años un estudio para obtener, con menos caballos, el mismo esfuerzo y un mejor rendimiento. Esta mejora traería  consigo una reducción de: cargas fiscales, gastos de mantenimiento, consumo de combustible y, sobre todo, el precio de adquisición del coche. En 1926, una empresa bordelesa de «taxis» tenía  en servicio 80 coches Motobloc de este tipo. Llevaban recorridos más de 150.000 kilómetros sin ninguna reparación de chássis.





Mª Teresa  Abárzuza y Robles; vivía en la calle Llana de Baeza (Jaén). Lo obtuvo en 1927, cuando tenía 30 años y se examinó con un coche de la marca Peugeot. Necesitó la autorización de su marido, el Conde de Fuenrubia.  Esta marcan no tenía  mucha aceptación entre los jiennenses de aquella época. Durante el año 1926  se matricularon en Jaén solamente tres automóviles de la marca Pugeot.

En 1929, la marca lanza un 6 CV bautizado como 201. Es el primer coche que utiliza nomenclatura con tres dígitos con un cero entre el primero y el tercero. Actualmente se sigue utilizando para nombrar los vehículos Peugeot. La fabricación en serie del 201 marca para Peugeot el paso de la era de la producción artesanal a la era de la producción industrial. El 201 es un éxito y sirve como punto de partida para el lanzamiento de la primera gama de vehículos nuevos Peugeot: el 301 en 1932; y el 401 y el 601 comercializados en 1934. 







Amalia Martín Martínez; tenía 25 años cuando lo obtuvo en 1929. Utilizó en el examen un automóvil de la marca Graham-Paige. El nombre de Graham viene de sus fundadores, los hermanos Graham, Joseph, Robert y Ray, quienes compraron a mediados de 1927 la vieja fábrica de Paige. A partir de entonces  la denominación fue Graham-Paige.



Durante el primer año de producción (1927) se vendieron   78.000 unidades, cifra bastante alta para aquel entonces. Sin embargo la marca tuvo una corta historia. Quebró a los pocos años, en 1938.

A partir de 1931 ya no se llamaron Grahan-Paige sino únicamente Graham. Los Graham-Paige se caracterizaban por tener frenos delanteros hidráulicos. Los hermanos Graham eran muy cuidadosos con los detalles de sus automóviles. Su minuciosidad por lo estético se manifiesta hasta en el emblema de la marca. Por este motivo no quisieron encargar el diseño y la reproducción de su emblema por las usuales vías comerciales, sino que lo confiaron a una conocida firma de artistas. Creían que su logo debía representar la mano de obra artesanal que procuraban establecer en sus automóviles. Una característica algo particular de aquel  emblema era que mientras más  desgaste sufra, mayor es el brillo que logra cuando se lustra.


Katien Marión Holberton; era de nacionalidad inglesa y vecina de Linares (Jaén). Lo obtuvo muy joven, a los 18 años, en junio de 1929. El examen lo realizó con automóvil de la marca Ford.


El Ford fue el primer automóvil con una aceptación popular masiva. Su modelo Ford T se presentó en octubre de 1908 y pronto se ganó la simpatía de millones de conductores conductoras de todo el mundo. Comprobado su comportamiento y sus prestaciones no tardaron en ponerle un apodo: The Tin Lizzie (la lata lizzie). Lizzie era un término que se utilizaba de forma coloquial para denominar los servidores fieles. Tuvo un precio de 850 dólares que posteriormente se rebajo cuando se mejoró su proceso de fabricación. Estaba equipado con un motor  de 20 Hp y alcanzaba una velocidad  máxima de 45 kilómetros por hora. Pesaba 1.200 kg y conseguía recorrer de entre 23 y 32 kilómetros con algo más de 4 litros de gasolina.

La fábrica de Henry Ford consiguió con este modelo una máquina duradera y fiable. Hasta que dejó de fabricarse en 1927 se habían vendido más quince millones de unidades. De él se decía: Es sencillo como un burro y útil como un par de zapatos. 



A finales de la década de 1920, las ventas comenzaron  a bajar debido a la competencia. Los demás fabricantes ofrecían  planes de financiación para la compra de sus coches, además de diseños modernos y mayor tecnología. Henry Ford se negó rotundamente a implementar  planes de pago.

En la década de1990,  el Ford T fue nombrado coche del siglo por un grupo integrado por 133 periodistas y expertos. Compitieron 700 candidatos que en siete rondas de votaciones se fueron reduciendo a lo largo de tres años.

El Ford modelo A (1927-1931) fue el segundo éxito de la marca. Se puso a la venta  en diciembre de 1927. Reemplazó al mítico Ford T. Su motor desarrollaba 40 CV.

Los automóviles Ford tuvieron bastante aceptación entre los jienenses.  En 1928, de un total de 569 coches matriculados en Jaén, 48 fueron de esta marca.Sólo fue superada por Chevrolet  de la que  se matricularon 168. En este año, el último coche matriculado  en Jaén se le asignó la placa J-3835. Fue la segunda provincia andaluza, detrás de Sevilla, en número de coches matriculados.



Inés Guerrero García; lo obtuvo en 1929, a la edad de 30 años. Vivía en el Paseo de Alfonso XIII de Jaén. Como estaba casada, tuvo que autorizarla su marido. Se examinó con un Wippet que se matriculó en el año 1928, correspondiéndole la placa J-3610.

El Wippet era el coche más pequeño del mercado americano y también el más barato; su modelo “96 cabriolet” se podía comprar por 545 dolares, cinco menos que un Ford A.




En 1929, el periódico canario “La Prensa” se hace eco de un articulo que mister Alen  Armagnac publica en la revista “The Automotive” sobre este coche. Decía así:

No hace mucho, 331 conductores, sustituyéndose por turno, condujeron un roadster Wippet durante 30 días y 30 noches sin una sola detención del motor. Después de una carrera de 19.230 kilómetros cruzando los estados de Pnsilvania a Nueva York, el coche entró en Ithaca, a gran marcha y mejoró un record de pista para coches de serie de cuatro cilindros…

Nieves Romero Lerroux;  lo obtuvo a la edad de 32 años, en 1930. Al estar casada, hubo de presentar la correspondiente  autorización de su marido. Para el examen utilizó un automóvil de la marca  Renault.

La empresa Renault fue fundada en 1898. La marca  se hizo famosa gracias a las victorias obtenidas en las carreras automovilísticas de la época. Uno de sus fundadores, Marcel Renault, murió a causa de un accidente en 1903 en la carrera Paris-Madrid.

Uno de los  modelos más exitosos de Renault fue el Type AG. La ciudad del Sena, durante la primera guerra mundial disponía de  600 taxis, la gran mayoría de ellos eran Renaul Type AG. Cuando los alemanes se encontraban a 35 kilometros de  París, el Gobernador ordena que los taxis parisinos transporten al frente a las tropas de reserva francesas. El avance de los alemanes es detenido. Esta maniobra salva a la capital de Francia de caer en manos de las tropas alemanas y el Renaul Type AG se ganó una merecida  popularidad por el servicio de transporte realizado. A partir de entonces le llamaron el Taxi de la Marne.

La matricula J-4500 fue la última que se concedió a un coche en 1929 y en 1930 se llegó a  la J-4563. En 1929 se matricularon 15 coches de la marca Renault. En el año que obtuvo el permiso Inés Romero sólo se matricularon 4 de dicha marca.

  
Fuentes:
-       ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE JAÉN. EL DOCUMENTO DEL MES. MARZO DE 2014.
-        Dirección General de Tráfico (DGT).
-        Instituto Nacional de Estadística.



miércoles, 12 de noviembre de 2014

LA LICENCIA DE CONDUCIR EN JAPÓN

De cómo se obtenía la licencia de conducir en Japón a principio de los años treinta del siglo pasado.

Un ciudadano británico, Mr. H. W. Bunce, residente en Kobe (Japón), escribe a una revista técnica de su país relatando las condiciones impuestas por las autoridades japonesas para el otorgamiento de una licencia para conducir automóviles. Una publicación española  se hizo eco de aquellas condiciones y nosotros  la reproducimos  a continuación por el indudable interés histórico que reviste según nuestra humilde opinión.

Mr. H. W. Bunce decía:

Después de llenar numerosos formularios, en los que hay que hacer constar toda la historia de la familia (todas estas declaraciones tienen que ser traducidas en caracteres japoneses antes de que las reciba la autoridad), el solicitante espera que se le llame para someterse a la prueba número 1; espera que, usualmente, es de un mes a mes y medio.

Esta prueba se realiza en una pista especial, de 1,60 metros de ancho, cerrada por cuerdas y de forma variada para cada serie de pruebas que deban hacerse.

La referida número 1, que tuve que pasar, consistía en conducir adelante, retroceder luego sobre el lado izquierdo, marchar adelante de nuevo y retroceder otra vez sobre el lado derecho hasta el punto de partida, empleando cinco minutos.

Luego de aprobada la prueba número 1, se espera usualmente una
quincena, hasta que se recibe orden de presentarse para un examen escrito, que consiste en tres preguntas relacionadas con el funcionamiento del coche y otras tres sobre reglamentación policial.

 Las preguntas que tuve que contestar fueron: (1), describir el ciclo de operaciones de un motor de cuatro cilindros. (2) ¿Qué función realiza una junta universal? (3)¿ Cuáles son las causas de sobrecalentamiento del motor? Y las (4), (5) y (6) sobre reglamentos de policía. El tiempo concedido para esta prueba es de dos horas y, cumplida con éxito, hay que esperar otra semana, más o menos, y entonces es llamado el aspirante para la prueba tercera y final, que dura, aproximadamente, quince minutos, durante los cuales hay que
guiar el automóvil, a través del tráfico de la ciudad, acompañado por dos funcionarios, galoneados de oro que hacen ver su importancia al tiempo que vigilan cada acción del conductor.



Terminada felizmente esta prueba, hay una nueva espera, de siete a diez días, antes de que se informe al solicitante que puede pasar por la oficina de policía a retirar su licencia.

No hay que pagar nada por la licencia, cuya validez es de cinco años, pero debe convenirse en que  ha sido bien ganada.

Otro detalle más es que la licencia es sólo válida para el automóvil que se posee, cuyo número y marca quedan estampados en el documento. Si se cambia de cache más adelante, hay que notificarlo a las autoridades y esperar la llamada para una breve recorrido por la ciudad en compañía de los funcionarios, para convencerlos de que el automovilista sabe manejar su nuevo vehículo.


Si desea obtener lo que llaman una licencia "blanca", que habilita para la conducción de cualquier clase de automóvil, hay que someterse a exámenes doblemente rígidos y la prueba sobre pista tiene que ser repetida: una con un coche de ancho de ruedas normal y otra con un Ford modelo T, para la cual se reduce el ancho de la pista ligeramente y se disminuye el tiempo de la prueba a 2 1/2 minutos".

viernes, 7 de noviembre de 2014

LA MUJER Y EL AUTOMÓVIL (IV)

Pioneras al volante de un automóvil en la provincia de Jaén y las marcas de los coches que utilizaron para realizar el examen.

Nota preliminar:

Quiero hacerme eco desde este blog del interesante  trabajo de la archivera Doña Elena López Pérez. El Archivo  Histórico Provincial de Jaén, a través de su página, lo ha publicado en el marco del programa “El Documento del Mes”, correspondiente a Marzo del 2014 con el título de “Las primeras mujeres que condujeron automóviles en Jaén”. Buena parte del contenido del citado trabajo de Elena López ha servido de base para este artículo.

 PRIMERA PARTE

El automóvil, en aquellos años de la primera mitad del siglo pasado era un producto muy exclusivo destinado a unos consumidores con un alto poder adquisitivo. Sus potenciales compradores pertenecían  a las capas más adineradas de la población. En las dos primeras décadas del siglo pasado era noticia el hecho de que una mujer obtuviera el permiso de conducir. Un ejemplo de ello es la siguiente noticia publicada en 1921 en un diario de la época:

Los automóviles inscritos en esta provincia son 295 y los chófers aprobados 305, habiendo hoy el ingeniero inspector don Juan de la Cuadrada expedido título a una señora de esta ciudad.

La ciudad era Tarragona, pero podría ser cualquier otra de España. En Jaén en ese mismo año había inscritos 584 vehículos y, posiblemente no había ninguna mujer con título expedido.

Como datos curiosos y significativos hemos de apuntar que al finalizar el año 1930, Jaén  había llegado a la matricula J-4863. Había transcurrido casi un cuarto de siglo desde que apareció, en 1906, la placa J-1 correspondiente a un automóvil Darracq  propiedad de Ángel Gea Ruiz, vecino de Linares (Jaén). No fueron muchos los vehículos matriculados en treinta años; escasamente cinco mil. Sólo en el año 2012 se matricularon casi seis mil vehículos en esta misma provincia. ¡Notable diferencia! 

En el citado archivo,  procedente de la Jefatura Provincial de Tráfico de Jaén,  se conserva la serie documental relativa a la concesión de permisos de conducir. Según Elena López,  de los 4.974 permisos de conducir concedidos en la provincia de Jaén entre 1913 y 1930, sólo diez corresponden a mujeres. Diez mujeres que fueron pioneras en ponerse a los mandos de un automóvil en la primera mitad del siglo pasado, en los llamados felices años. En dos  décadas  accedieron al permiso de conducir solamente diez mujeres de toda la provincia mientras que en sólo un año, el  2012 , ya lo consiguieron 7.583 mujeres. 





Aquellas pioneras afincadas en Jaén o en su provincia tenían en común, además de su afición al automóvil, capacidad económica personal o familiar para disponer de alguno de aquellos bellos y costosos medios  de transporte que hacían las delicias de hombres y mujeres de los “felices años veinte”. Éste era un lujo que sólo estaba al alcance  de una clase social acomodada.

Hubo de transcurrir un cuarto de siglo desde que la duquesa de Uzés obtuviera la primera licencia de conducir concedida a una mujer en Francia  hasta que la consiguió la primera mujer en Jaén. Se  llamaba Elena de Bonilla y Mollá y tuvo el honor de ser la primera de las mujeres jienenses que en 1921 consigue un permiso de conducir de 3ª categoría cuando contaba 21 años de edad. Lo obtiene al amparo del Reglamento para la circulación de vehículos de motor mecánico por las vías públicas de España de 23 de Julio de 1918.

 Elena demostró que conocía los artículos del  citado  Reglamento de Circulación contestando a las preguntas del ingeniero examinador. También demostró, ante el citado ingeniero que sabía conducir el automóvil para el que solicitaba el permiso. Por último debió de abonar 17 pesetas más la póliza correspondiente y la Jefatura de Obras Públicas de Jaén le expidió su permiso de conducir. A partir de aquel momento ya podría conducir legalmente, por las vías públicas, automóviles de tres o más ruedas con pesos  o cilindradas superiores, respectivamente, a 500 kilogramos y 1.100 centímetros cúbicos.

Obtener un permiso de conducir al amparo del aquel Reglamento suponía que la mujer debía tener autorización paterna o marital. Elena como era huérfana de padre, tuvo que ser su madre quien le diera la autorización para obtenerlo.


A esta mujer, Elena, le siguieron Ángeles Iglesias-Arias Pardiñas y  Linarejos Anguís Cuadra, la primera vecina de Bailén (Jaén) y la segunda de Úbeda (Jaén).

 Ángeles lo obtiene en 1925 a la edad de 30 años y Linarejos, en  1926, a los  27. Ambas mujeres, al igual que Elena de Bonilla, obtienen sus respectivos permisos, con lo que ello implicaba, al amparo del Reglamento de 1918. Las siete jienenses restantes ya lo obtuvieron con otro Reglamento, el de 1926,  más novedoso, pero igual  de reaccionario que el anterior con respecto a la mujer. Las no emancipadas siguen necesitando la autorización paterna o, si están casadas, la marital. Con este nuevo Reglamento los automóviles quedaban reducidos a tres categorías y el permiso de conducir a dos clases: el de la primera autorizaba para conducir toda clase de vehículos y el de la segunda para conducir vehículos de servicio particular. El conducir vehículos destinados al servicio  público seguía estando vedado para la mujer española.