Como saben los que me leen, mi blog, se llama: ”historias de las autoescuelas”. Y hoy, quiero traerles un artículo publicado en abc.es con
el titulo de: “tristes historias de autoescuelas”.
A mí, su lectura me ha sugerido otros títulos que no
voy a mencionar. A la vez me han surgido algunas preguntas para las que no tengo respuestas.
Son dos historias incomprensibles, absurdas y raras. Son
dos historias dignas de Franz Kafka, pero reales como la vida misma.
Pero será mejor que, a continuación, las lean en el
artículo completo fechado en Toledo el día 25 de julio de 2017 y publicado en www.abc.es y
saquen sus conclusiones.
Tristes historias de autoescuelas
Fernando y María cuentan a ABC su amarga
experiencia con la Jefatura Provincial de Tráfico el día que los profesores de
autoescuelas se echan a la calle para manifestarse.
Las
huelgas que las autoescuelas están realizando en las últimas semanas por toda
la geografía española tuvieron esta mañana su parada en Toledo. Profesores de
estos negocios distribuidos por toda la provincia se
manifestaron por las calles de la capital regional exigiendo
a la Jefatura Provincial de Tráfico que solucione la falta de examinadores para
poder impartir una formación de calidad a los alumnos.
Entre
los afectados por esta situación, dos profesores de
autoescuela de Toledo denunciaron a ABC lo mal que lo están pasando por
esta situación. Uno de estos casos es el de Fernando, un
profesor de autoescuela «de toda la vida», que el 3 de julio se encontró con
una situación inédita hasta ahora en su extensa vida laboral. Ese día, a las
9.50 horas, estaba en el lugar indicado para examinar a un alumno en la capital
regional.
La cita
con el funcionario de la Jefatura Provincial de Tráfico iba a tener lugar en la
pista de exámenes del Polígono a las 10.00 horas. Sin embargo, el
funcionario examinador no se presentó. Tras una espera de «cortesía» de más de
50 minutos, Fernando cuenta que él y su alumno decidieron marcharse del lugar
para acudir a la Jefatura Provincial de Tráfico de Toledo, donde el
profesor decidió poner una reclamación.
Quince
días después de todo eso, Fernando recibió en su
domicilio una carta de la Dirección General de Tráfico (DGT).
Extrañado, decidió abrirla y descubrió, sorprendido, que había
sido denunciado por «no colaborar con el funcionario durante las pruebas de actitud del día 3 de julio a las 10.00
horas».
El
profesor de autoescuela no tiene ninguna duda cuando se le pregunta por los
modos de la Jefatura Provincial de Tráfico: «Esto parece una dictadura. El
examinador no se presentó y, por lo tanto, no pude colaborar con él. El
funcionario no fue al examen ya que estaba de huelga».
Aunque
Fernando sostiene que la culpa no fue suya, el
incidente puede costarle una multa, ya que la DGT le ha sancionado con 200 euros
de penalización por esa «falta de colaboración». Fernando
va a recurrir el castigo.
Si esta
situación le parece «indignante» a Fernando, el caso de María no
es para menos. Ella también es profesora de autoescuela y su caballo de
batalla, la Jefatura Provincial de Tráfico, que dirige Javier
Caparrini.
Esta
profesional relata que varios de sus alumnos, cansados
de la situación «lamentable» en la que se encontraban, decidieron
interponer una reclamación, a título personal, para intentar
resolver el problema de la falta de exámenes de conducir. Lo hicieron ante el
organismo que depende de Caparrini.
Sorpresa
Lo que
no se esperaba esta profesora era recibir en su domicilio, el 10
de abril, una denuncia de la DGT por
«instar a alumnos declarados no aptos a presentar una denuncia colectiva a la
Jefatura Provincial de Tráfico por cuestiones ajenas a la enseñanza». Como a
Fernando, la multa también fue de 200 euros.
La
profesora llegó a juicio y en la sala de vistas declaró que «los
alumnos hicieron cada uno su escrito, escribiendo su nombre. Los alumnos
habían hecho esas reclamaciones a título personal, sin mediación de la autoescuela»,
recalcó ayer.
Sin
embargo, la autoescuela de María fue condenada a pagar
las costas del juicio porque la sentencia, ya firme, fue condenatoria.
Por lo
menos, a Fernando y María no les han podido quitar el
derecho al pataleo y por ello han participado este martes en la
protesta ante la Jefatura Provincial de Tráfico. Una manifestación que
fue secundada por casi el 100% de las autoescuelas de la
provincia. Fernando y María esperan que su repulsa sirva para encauzar esta
crisis.