El cinturón de seguridad puede ser la
diferencia entre la vida y la muerte en un accidente de tráfico.
Este dispositivo de seguridad pasiva con
más de medio siglo de historia es uno de los 8 inventos más importantes del
siglo pasado.
Su inventor, tal y como lo concebimos
hoy, fue el ingeniero sueco Nils Böhlin que trabajaba en la industria de la aviación
diseñando, paradójicamente asientos que lanzasen al piloto fuera de la cabina.
Fue fichado por la firma automovilística Volvo en 1958. Los primeros
automóviles equipados con el cinturón de seguridad fueron automóviles Volvo en 1959. Desde entonces hasta aquí se
han incorporado importantes mejoras.
Primero fue una banda abdominal con un cierre
central. Pronto se le incorporal otra en diagonal. Se modificaron cierres y
puntos de anclaje de manera que tal y como lo llevan instalado los automóviles
del siglo XXI, estamos ante un dispositivo de seguridad pasiva que
correctamente utilizado no sólo nos puede salvar la vida, sino que puede
minimizar los daños los daños sufridos por causa de un accidente de tráfico. Ya
en los años sesenta, Volvo, sobre una base de 28.000 accidentes investigados,
aseguraba que su uso reducía los daños entre un 50 y un 60 por ciento.
Esta firma, convencida de la importancia
que tenía este sencillo y a la vez importante e imprescindible invento, cedió
gratuitamente su patente a todos los fabricantes de automóviles de la época.
En España fue obligatorio en los asientos
delanteros al circular por carretera a partir de 1974. Con la entrada en vigor
en 1992 del nuevo Reglamento de Circulación, la obligatoriedad se extendió a
las vías urbanas y a los asientos posteriores.
Diversas fuentes
aseguran que su uso reduce entre un 30 y un 60 por 100 la probabilidad de morir
en el accidente. También se afirma que, de no usarse, el riesgo de morir en una
colisión se multiplica por tres. Pero los datos de efectividad del cinturón,
medidos en reducción de muertes, alcanzan su mayor porcentaje en los vuelcos: ¡Un
77 por ciento!
Pese a todas las bondades de este
dispositivo, hay usuarios de automóviles que se resisten a utilizarlo. En 2015,
el 22% (159) de los fallecidos, usuario de turismo o furgoneta, no utilizaban
el cinturón de seguridad en vía interurbana. En vías urbanas no hacían uso del
mismo 19 de los 70 fallecidos.
Respecto a los heridos hospitalizados, el
10% de ellos no lo llevaba puesto en el momento del accidentes en el caso de
las vías interurbanas y el 14% en los accidentes ocurridos en urbanas.
Estos datos, según el Director General de
Tráfico “llaman a la reflexión y a la responsabilidad que todos como usuarios
de vehículos tenemos de concienciar al resto de ocupantes a hacer uso del
seguro de vida más importante y más barato que tenemos cuando viajamos en
coche”. Y de ahí que la Dirección General de Tráfico emprenda, una vez más, una campaña para promover su uso.
En esta última campaña,
que hace pocos días que se ha iniciado, la DGT avisa de que les tocará el bolsillo a los más
recalcitrantes e imprudentes. Eso sí, primero avisará y después…ya se sabe.
La retirada de tres puntos y 200 euros
puede que consigan convencer a los más tercos y obstinados. El objetivo es que ninguna persona fallezca
en accidente de circulación por no
llevar puesto el cinturón de seguridad
El director general de Tráfico, Gregorio
Serrano, ha declarado: “hemos decidido no sancionar, sino empezar por concienciar
ya que no es intención de la DGT recaudar si no salvar vidas. La idea es que
los ciudadanos conozcan que ya disponemos de estos instrumentos que captan de
forma automatizada la imagen y que conozcan donde están ubicadas, ya que su
localización está publicada en la web de la DGT, con el objetivo de que todos
los ocupantes del vehículo lleven puesto el cinturón de seguridad”.
La duración de la fase informativa durará
dos meses. Durante la misma no se iniciará procedimiento sancionador alguno contra
aquellos conductores que hayan captado las cámaras sin llevar puesto el
cinturón de seguridad. Pero una vez
finalizada la campaña se acabará la fase informativa y se pasará, sin más
contemplaciones, a la parte represiva. Tres puntos del permiso de conducir y
200 euros costará la obstinación si persisten en ella.
¡Avisados quedan!