La próxima
modificación del permiso de conducir de la clase “B” tiene mucho que ver con la protección del medio ambiente.
Todos sabemos, al día de hoy, que el tráfico motorizado por
nuestras calles es uno de los principales factores del grave deterioro del
medio ambiente. La contaminación atmosférica, la acústica, el agotamiento de
diversas fuentes energéticas y de otros recursos no renovables, además del gran
número de fallecidos y heridos por accidentes de tráfico constituyen la parte negativa del uso
masificado del automóvil. Los
vehículos de motor emiten a la atmósfera más de mil elementos y compuestos
contaminantes que inciden negativamente en la salud de las personas.
La legislación actual contiene importantes cautelas sobre el
tema. Es cada vez más sensible a la relación automóvil-medio ambiente por su
trascendencia y su problemática. Basta con echar una ojeada a la normativa de
tráfico para comprobar que existe una cierta sensibilidad sobre el particular.
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Corresponde a los municipios: g) La
restricción de la circulación a determinados vehículos en vías urbanas por
motivos medioambientales
(Art.7.g. LTSV).
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Se prohíbe la emisión de perturbaciones
electromagnéticas, ruidos, gases y otros contaminantes en las vías objeto de
esta ley, en los términos que reglamentariamente se determine (Art. 12.5 LTSV).
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No pueden circular por las vías objeto
de esta ley los vehículos con niveles de emisión de ruido superiores a los
reglamentariamente establecidos, emitiendo gases o humos en valores superiores
a los límites establecidos, ni cuando hayan sido objeto de una reforma de importancia
no autorizada (Art.
12.7. LTSV).
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Los agentes de la autoridad encargados
de la vigilancia del tráfico en el ejercicio de las funciones que tienen
encomendadas podrán proceder a la inmovilización del vehículo, como consecuencia
de presuntas infracciones a lo dispuesto en esta ley, cuando: h) El vehículo
supere los niveles de gases, humos y ruido permitidos reglamentariamente según
el tipo de vehículo
(Art.104.1.h).
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Objeto de las pruebas de aptitud. Todo conductor de vehículos de motor o
ciclomotores deberá poseer, para conducir con seguridad, las aptitudes
psicofísicas y los conocimientos, habilidades, aptitudes y comportamientos que
le permitan: h) Contribuir a la conservación del medio ambiente, evitando la
contaminación (RGCon. Art.42 h).
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B) Pruebas
a realizar según la clase de permiso o licencia de conducción solicitados.
1.
Prueba de control de conocimientos común.–El
contenido de la prueba de control de conocimientos común a realizar por los
solicitantes del permiso de conducción, con excepción de los aspirantes del
permiso de conducción de la clase AM, versará sobre las materias que se indican
a continuación: 16.ª La utilización del vehículo en relación con el medio ambiente:
uso adecuado de las señales acústicas, conducción económica y ahorro de
combustible, limitación de emisiones contaminantes y otras medidas a tener en
cuenta por el conductor para evitar la contaminación ambiental.
Omitiendo lo que dice al respecto el Reglamento de Vehículos, podemos
concluir afirmando que la regulación
jurídico- administrativa del permiso de conducción se preocupa por la
protección del medio ambiente en el fenómeno del tráfico de vehículos a motor
Esa sensibilidad a la que venimos aludiendo es la que motiva
la próxima modificación del permiso de
conducir de la clase “B”.
Parece ser que
cuando llegue la próxima modificación del Reglamento de Conductores, los
titulares del susodicho permiso podrán conducir, sin necesidad de contar con ningún otro, vehículos de hasta 4.250 kg de
masa máxima autorizada. Para ello se exigirán dos requisitos: a) que su titular
supere los dos años de antigüedad; b) que el vehículo se mueve mediante un
motor ecológico, híbrido, eléctrico, de gas natural, de GLP o de hidrógeno.
Alguien se
preguntará, ¿por qué sólo vehículos ecológicos? La razón, en apariencia, es muy
sencilla: el peso adicional de estos vehículos, debido a las baterías o a los
depósitos de combustible, suele ser superior al de los vehículos convencionales,
es decir, los no ecológicos. España lo
único que hace es seguir el camino que otros países europeos ya han iniciado
con movimientos similares.
La idea está clara y es plausible:
incentivar el uso de este tipo de automóviles.