lunes, 22 de agosto de 2016

LA RECONSTRUCCION DE ACCIDENTES GRAVES POR LA GUARDIA CIVIL



Cuando se produce un accidente especialmente grave o complejo en el que las causas no se han podido determinar tras los primeros análisis, o ha ocurrido un siniestro que ha provocado especial alarma social, o un juez que ha decidido saber con mayor detalle las circunstancias que provocaron un accidente, aunque éste hubiera tenido lugar hace ya algún tiempo, antes de dictar su veredicto o a instancias de una de las partes entra en escena el equipo DIRAT. Estos expertos investigadores cuentan con programas informáticos de simulación y diferentes tipos de cinemómetros (medidores de velocidad por radar y por laser) que ayudan a esclarecer las circunstancias en las que se produjo el siniestro.


El equipo DIRAT de la Guardia Civil viene a ser el “CSI” del tráfico. Reconstruyen los accidentes con cálculos matemáticos, con ayuda de la física, la dinámica y las nuevas tecnologías. Realizan trabajos de campo con un Laser Escaner 3D. Aplican el principio de la cantidad de movimiento y de la conservación de la energía. Hacen cálculos sobre  la energía de fricción, de deformación, el calor disipado y evalúan toda una serie de factores.

Desde las huellas de los neumáticos, hasta la rotura de cristales o el desplazamiento de los viajeros, todo puede ayudar a estos especialistas a reconstruir una colisión tanto total como parcial, tanto actual como de hace algunos años.

Una vez recopilados todos los datos en el lugar del siniestro los agentes del DIRAT establecen un estudio a través del que formularán las distintas hipótesis de investigación que puedan haber causado el accidente. Las hipótesis se basan en cálculos matemáticos y físicos para obtener todos los de los hechos  hasta el momento del impacto. Este equipo se basa en la reconstrucción; parten del resultado final e intentan aclarar que pasó antes.


Eran  algo más de las cinco de la tarde  de un día cualquiera del mes de abril de 2016. Un BMW descapotable conducido por una joven de 20 años  que circulaba por la autopista de Andratx  embistió a un motorista que iba por el carril derecho en su mismo sentido. El motorista de 40 años salió despedido. El turismo sin control alguno salió volando por su lado derecho hacia un terraplén hasta golpear contra dos árboles, volcando en una zona boscosa. El motorista murió en el acto. Dos ocupantes del automóvil, ambos de 24 años, también perdieron la vida. La conductora fue trasladada al hospital de Son Espases de Palma de Mallorca en estado crítico. El cuarto ocupante, con  pronóstico menos grave, fue trasladado a una clínica de Palma.



 En el pasado mes de junio especialistas del Departamento de Investigación y Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (DIRAT) se desplazaron expresamente desde la península hasta Mallorca, la isla de la calma como la denominó el pintor y escritor modernista Santiago Rusiñol a principios del siglo XX, para llevar a cabo una reconstrucción de aquel trágico accidente de tráfico ocurrido el pasado 16 de abril en la autopista.





Los susodichos expertos, después de sus investigaciones, han llegado a la conclusión que el vehículo, cuando embistió a la motocicleta, lo hizo a una velocidad de 130 km/h.

Para calcular la velocidad a la que circulaba el BMW cuando se salió de la vía, los agentes han analizado  el punto de impacto con el árbol. Han reconstruido el grave accidente por tramos y han concretado la velocidad del BMW en cada momento. Los investigadores han tenido en cuenta para realizar el informe factores como  huellas de fricción, mediciones, daños de los vehículos, estado toxicológico de la conductora, etc.

Los expertos que han intervenido no descartan que un ligero resalto en la calzada hubiera influido como un factor más en la pérdida de control del BMW, unido a la excesiva velocidad a la que iba la joven y su impericia ya que no tenía permiso de conducir para tal vehículo. Además, como se ha publicado, dio positivo en los análisis de sangre efectuados en el hospital en cannabis, cocaína, benzodiacepinas y opiáceos.

Parece ser, según la prensa, que  los especialistas de la Guardia Civil de Tráfico han determinado en su investigación que el BMW modelo 346 siniestrado circulaba, al menos,  a 170 kilómetros por hora por la autopista instantes antes de la pérdida de control. Este baremo está estimado como mínimo, puesto que los peritos han utilizado coeficientes conservadores en todos sus cálculos, así como en la valoración de los daños y no tan tenido en cuenta otras energías como la cedida en la colisión con la motocicleta. No se descarta que la velocidad del descapotable aquella fatídica tarde del 16 de abril fuera mayor.

La joven conductora del BMW que provocó el accidente fue detenida y pesan sobre ella graves acusaciones… pero los fallecidos no recobraran la vida.

¡Éste, como tantos otros accidentes de tráfico, era evitable!

(Fuente: Diario de Mallorca)