Varias son las
causas que están poniendo en jaque a las autoescuelas: los negocios de la economía
colaborativa, el cambio de hábitos de la Generación Z y los Millennials en el
transporte, la caída del poder adquisitivo entre las nuevas generaciones, la disminución
de nacimientos en las últimas décadas, etc.
Texto publicado en: https://okdiario.com
LA
EXPEDICIÓN DE CARNETS DE CONDUCIR CAE UN 52% DESDE 2007
La economía colaborativa y el cambio
de hábitos ponen en jaque a las autoescuelas
Las
autoescuelas están nadando en aguas revueltas y no tendrán más remedio que
reinventarse. Los negocios de economía colaborativa y el cambio de hábitos
de la Generación Z y los Millennials en el transporte están lastrando al sector
de las autoescuelas. Lo cierto es que, según un informe de PONS Seguridad
Vial, la expedición de permisos de conducir entre los jóvenes de entre 18 y 35
años ha caído más del 52% en la última década.
En la primera
mitad del s. XX irrumpe en la vida de la humanidad el coche, un elemento que
supuso un cambio de paradigma en los hábitos personales de transporte de la
sociedad. Es cierto que en un primer momento tener un automóvil en propiedad
estaba restringido a las altas y adineradas esferas, pero la labor de
emprendedores como Henry Ford y el trabajo en cadena hicieron la
industria más accesible a todas las clases sociales.
De hecho, la
Fundación Global de Elecciones de Automóviles determinó que el modelo Ford
T, producido entre 1908 y 1927, fue el coche más simbólico del siglo pasado
porque permitió bajar el precio de compra y expandir su uso entre la clase
media.
En
definitiva, la aparición del coche supuso una auténtica revolución y con ella
el desarrollo de nuevos negocios y nuevas maneras de abultar las arcas del
Estado. En España la reina María Cristina firmó un decreto ley que obligaba a
los conductores a obtener un permiso de conducir y a matricular sus
coches. El precio de este carnet de conducir rondaba las 17 pesetas y se
expedía a partir de los 18 años.
Más allá de
las curiosidades históricas, lo que queda patente es que la innovación
tecnológica, los nuevos hábitos en transporte y las nuevas
generaciones traen como consecuencia el reajuste de algunos negocios clásicos
como es el caso de las autoescuelas. Según in informe de PONS Seguridad
Vial, desde 2007 hasta 2017 la expedición de permisos de conducir entre
los jóvenes de 18 a 35 años ha caído un 52,6%.
Shara
Martín, directora general de PONS Seguridad Vial, explica a OKDIARIO que hay
varios factores que explican las cifras. “Nacen menos niños y, además, ha
habido un cambio de hábitos entre la sociedad gracias a la tecnología”. Señala,
además, que “ahora con la tecnología, por ejemplo, no salimos a comprar porque
existe la posibilidad de que te traigan la compra a casa y no hay necesidad de
desplazamientos”.
La necesidad
de tener coche se ve reducida con las nuevas maneras de relacionarnos con las
ciudades y está lastrando al negocio de las autoescuelas. Martín asegura
que “llevan pasando malas rachas desde hace años” debido a la reducción de
la demografía y los cambios en el paradigma de la movilidad”. Un hecho, asegura
que “les está obligando a reinventarse ofreciendo más opciones a sus clientes o
diversificándose ofreciendo, por ejemplo, formación en el manejo de drones”.
La
generación de los llamados ‘Baby Boomers’ – nacidos tras la II
Guerra Mundial – y la Generación X, amantes de la estabilidad y un trabajo para
toda la vida, soñaban con tener la mayoría de edad para tener coche y permiso
de conducir. “En estas generaciones o tenías coche o tenías coche”,
explica Martín, “al final la gente deseaba y tenía un coche privado”. Sin
embargo, que ahora “las alternativas de desplazamiento han aumentado y no
tenemos la necesidad de tener un coche en propiedad”.
Bla Bla Car
sigue creciendo, Car2Go y Emov inundan las ciudades con coches compartidos
a través de plataformas, las bicicletas eléctricas se han extendido por Europa
y la conexión en las ciudades con transporte público es cada día mejor. Y no
sólo eso, en la década de 2020 Uber tiene previsto que las principales
ciudades tengan servicios de taxis voladores, la semana pasada anunciaba
la alianza con Bell Helicopter para poner en marcha drones de
conducción automática con rutas predeterminadas.
Con este
escenario es más que probable que ni siquiera se necesite contar con carnet de
conducir para movernos por el mundo. La directora general de PONS Seguridad
Vial explica que “la necesidad y la oferta disponible no es la misma, la
realidad es que la gente ni necesita coche ni carnet de conducir o al menos no
hay tanta necesidad como antaño”.
Los tiempos
cambian y las cifras lo están demostrando. Tras los Millennials que aún tienen rescoldos de la Generación X y su deseo de poder
disfrutar de la libertad que brinda tener coche, llegan los conocidos como Centennials –
nacidos a partir de 1995 – para arrasar con todo lo que habíamos apreciado
hasta ahora. Éstos últimos nacen con un smartphone bajo el brazo, están sobreinformados,
son innovadores con las herramientas a su alcance y, como han nacido bajo la
recesión, tienen menos expectativas salariales.
En línea con
este último aspecto, José María López, consultor independiente, no cree que el
desplome de la demanda tenga que ver solo con la irrupción tecnológica, sino
que la caída del poder adquisitivo entre las nuevas generaciones les
obligue a moverse de manera distinta. “Ahora se considera más prescindible
tener un carnet de conducir, el coche no es tan necesario porque las ciudades
están muy conectadas y, además, podemos viajar de manera más diversa”, comenta.
Y añade una
apreciación más que, aunque guasona es bastante certera. “Antes, hace años,
tener coche era una manera de tener un estatus, incluso, ligabas más”, comenta
entre risas.
Martín,
además, hace hincapié en otro asunto importante que está marcando la agenda de
todos los países comprometidos con la reducción de emisiones de CO2. “Respiramos
un aire muy contaminado y no hay más remedio que restringir el tráfico en las
ciudades, ahora no todo el mundo hace una inversión en un coche que no sabe si
podrá usar”, concluye.
La crisis
económica también golpeó al sector, sin embargo, explica Martin, se abrieron
muchas y ahora mismo hay 9.000 centros de conducción en España. “Más
autoescuelas y menos alumnos, al final no habrá más remedio que aceptar la
realidad y reducir la oferta”, comenta la experta.