miércoles, 2 de enero de 2019

UNA AUTOESCUELA ONLINE EN LA REVISTA DE LA DGT


Nota del autor:
Este artículo lo escribí cuando apareció el numero 247  de la revista (julio de 2018).No lo publiqué, y al empezar a escribir otro sobre la protesta que han hecho las autoescuelas online al ministro del Interior sobre las  8 horas presenciales obligatorias de seguridad vial para obtener el permiso de conducir,  me he acordado de él y he pensado en publicarlo antes para enlazarlo con  el que estoy preparando.


Soy lector de la revista TRÁFICO Y SEGURIDAD VIAL desde su origen, allá por la década de los ochenta del siglo pasado. Su anterior y primer director, junto con su equipo han logrado hacer una excelente y prestigiosa revista en el mundo del tráfico y la seguridad vial. Hoy, sin embargo, quiero hacer una crítica.

En su número 247 hay una página, la 46, dedicada a dar información sobre app/startup/webs que llama: INNOVA SEGURIDAD VIAL.
En  esta página viene información concretamente sobre: “el casco plegable”, “el cojín inteligente” y “autoescuela online”. Y de esta última información surge mi sorpresa y el motivo de mi crítica.

Me ha causado cierta perplejidad el leer en esta revista frase con las siguientes:
-     DRIBO es la primera app que permite obtener el permiso de conducir –de momento, solo el B–, a través del telé­fono móvil. Me pregunto si es correcta la expresión.
-     La preparación teórica no re­quiere de asistencia a clase, se gestiona a través del mó­vil con ejercicios que activan el aprendizaje a través de la motivación (no de la me­morización).

Pero más estupor me ha causado el haberlas podido leer en esa excelente y prestigiosa revista  que es TRAFICO Y SEGURIDAD VIAL.
¿Podría uno pensar, maliciosamente, que la revista de la DGT da su apoyo a los que defienden que la asistencia a las clases de teórica ni es un requisito, ni es necesaria? Yo no me lo creo, pero, a la vez, me pregunto: ¿por qué no es obligatoria para la obtención del permiso y sí lo es para la recuperación de puntos? ¿Acaso para reeducar es necesaria la presencia en el aula y no lo es para educar? Si no ha habido educación, difícilmente habrá reeducación.


La asistencia a las clases sirve, desde mi modesto punto de vita,  para algo más que enseñar y aprender normas  y señales; sirve para reflexionar y concienciar sobre factores de riesgo y medidas preventivas, para transmitir valores y actitudes positivas hacia la seguridad vial. Y, también, para reflexionar sobre el por qué de tantos fallecidos en accidentes de tráfico.

Yo soy uno de esos románticos que siempre hemos creído que el aula de teórica ofrece un entorno muy propicio para impartir algo más que conocimientos de norma y señales. El aula es un escenario muy adecuado para nada más y nada menos que informar, formar y educar en seguridad vial. El aula es un escenario muy favorable  para trabajar, por ejemplo, las actitudes, los comportamientos de riesgo y los accidentes de tráfico. Relacionar el factor cognitivo, el conductual y el emocional de la actitud con los factores de riesgo, las conductas peligrosas en la conducción y los accidentes de tráfico. Hablamos de formar y educar en valores y en actitudes positivas para mejorar la seguridad vial. Así  de importante consideramos el aula como para no requerir la presencia de los aspirantes al permiso de conducir.

 Hay miles de apps en el mercado de la enseñanza que se autocalifican de supuestamente educativas. Pero el hecho de que sus creadores las hayan etiquetado como tales, no quiere decir que lo sean; quiero decir que no han pasado por el tamiz, cedazo o filtro  de los criterios pedagógicos que las validan como tales (en otra ocasión escribiremos algo sobre apps en las autoescuelas).




Confundir aprendizaje con educación creo que es un error mayúsculo que se da con bastante frecuencia. No todo aprendizaje es educativo.

Por otra parte, yo puedo ser un romántico y un nostálgico, pero no un necio. Soy consciente que no se pueden poner puertas al campo. No estoy en contra de las apps, ni de ninguna otra  nueva tecnología digital, que pueda aparecer aplicada al aprendizaje de los contenidos para superar la prueba teórica.

Es una evidencia,  y así lo anunció el estadounidense Nicholas Negroponte en 1995, que “cada generación será más digital que la precedente”Y es un hecho constatado que los procesos de aprendizaje digital se dan con más frecuencia entre iguales que recibidos de los adultos y se dan más en las diferentes redes sociales que en los centros docentes. Esto es una evidencia.

El sector de las autoescuelas ha de asumir que sus futuros alumnos serán de la generación de los “nativos digitales”. Pero no sería bueno renunciar a informar, formar y educa presencialmente  en el aula sin olvidar que los jóvenes de hoy han sido definidos como “generación APP”.

Por último, quiero mostrar mi sorpresa por otra frase puesta en boca de uno de los fundadores de la autoescuela online: “están consiguiendo (se refiere a la autoescuela) un 80% de aptos del teórico a la primera y 100% a la se­gunda, cuando la media en Barcelona es del 65%”.

Si la media en Barcelona es del 65%, quiere decir que muchas autoescuelas están muy por debajo de este porcentaje.

No es baladí la publicidad — queriendo o sin querer — que la Revista hace de esta autoescuela (que dice obtener un 80% de aptos) y que lamentablemente redunda en perjuicio de todas las demás. Pero cabe preguntarse: ¿sobre cuántos exámenes se han computado estos porcentajes? Porque no es lo mismo hacer un cálculo sobre 18 o 20 exámenes realizados que hacerlo sobre 300 o 400.

Permitirme que les cuente algo que he leído en alguna parte: Hace muchos decenios, más de un siglo,  en una Universidad se sentó el precedente  de aceptar mujeres. Poco tiempo después se hizo público que el 33.33% de las alumnas matriculadas se habían casado con miembros del profesorado. La noticia, primero impresionó, pero pronto perdió algo de su impacto. Fue cuando se supo que habían  sido matriculadas tres alumnas en el primer año, y una se había casado con un profesor.  De ahí salía ese 33.33%. Porcentaje correcto y, si no engañoso, sí desorientador porque la base es pequeña.

¿Ha verificado la Revista la base sobre la que  se han hecho estos cálculos de aprobados? Sería bueno que lo hiciese y los publicase en la misma sección que en la que hemos podido leer esta noticia. Por el bien de todas las autoescuelas, las de Barcelona y las del  resto de España y por el de todos los profesores y profesoras que imparten clases presenciales en el aula de teórica.