viernes, 29 de noviembre de 2019

GUARDIAS CIVILES EN LA RESERVA EXAMINARÁN DEL CARNÉ DE CONDUCIR


El director general de Tráfico, Pere Navarro, ha planteado que los guardias civiles de Tráfico que pasen a la reserva puedan ejercer de examinadores del carné a partir de 2020, una medida incluida en un plan de choque que prevé reducir en 90.000 los exámenes prácticos pendientes tras dos años de conflicto laboral en este sector.




En declaraciones a los medios antes de comenzar en Murcia la reunión que cada año celebran los directivos de la Dirección General de Tráfico (DGT) con los jefes provinciales de Tráfico, Navarro ha subrayado que hay que «aprovechar» la «larga» experiencia de los agentes que pasan a la reserva.







lunes, 25 de noviembre de 2019

ACERCA DEL INFORME DE LA COMISIÓN NACIONAL DE LOS MERCADOS Y LA COMPETENCIA



CAPACITACIÓN Y/O EDUCACIÓN DEL PRECONDUCTOR/A

Alguien está confundido…

Capacitar, instruir, formar, educar.

No es necesario haber leído grandes tratados de pedagogía para saber que los sustantivos  que se derivan de estos verbos tienen significados diferentes, aunque, a veces, sean tan sutiles que  puedan confundir.
Una persona involucrada en esta polémica ha dicho: cualquier enseñanza y aprendizaje es educativo. Enseñar y aprender a fabricar artefactos explosivos para atentar contra la vida, ¿es educativo?

Creo que sería más acertado decir que todo proceso educativo es formativo, pero no todo proceso formativo es educativo.

Hay otro tipo de confusiones que se publican, no sé si de manara interesada  para aumentar el barullo o como consecuencia del desconocimiento de algún periodista. Una muestra más que ayuda a confundir son los siguientes titulares de diferentes  periódicos digitales:
- La DGT pierde la primera batalla: las clases teóricas del carnet de conducir se podrán dar desde casa
-Varapalo a la DGT: Puedes sacarte el carné de conducir sin pasar por la autoescuela

Habría que decirle al autor del primer  que las clases “teóricas” se pueden dar, no desde ahora sino desde hace muchísimos años, en su casa, en la mía, en la playa, en la montaña y hasta no darlas en ninguna parte y al autor del segundo que muchos españoles se han sacado el permiso de conducir, desde hace años, sin pasar por la autoescuela. Hace muchas  décadas que en España existe  la enseñanza libre para sacarse el permiso de conducir. Por la lectura de del texto que sigue a sendos titulares, sabemos que se están refiriendo a la iniciativa de la DGT sobre el curso de sensibilización, pero quien lea solo el titular se irá a casa confundido y desconcertado.

La capacitación para pre-conductores es una de las medidas básicas destinadas a reducir la participación de los jóvenes en los accidentes graves de tráfico al comienzo de su actividad como conductores.

Autores como Senserrick y Haworth (2005) definen la capacitación para conductores como cualquier tipo de esfuerzo mediante la enseñanza y el aprendizaje destinados a aumentar los conocimientos, las habilidades y las destrezas de los conductores en el tráfico de manera que mejoren la seguridad.

Se podría afirmar que la  diferencia entre la educación del pre-conductor  y la capacitación del pre-conductor es bastante sutil pero tiene sus diferencias. Mientras que la capacitación se dirige predominantemente a los conocimientos, las destrezas y aptitudes, la educación trata mejorar  las actitudes y la  disposición a ser un conductor seguro y responsable mediante comportamientos adecuados.

Durante el tiempo (la mayor parte de mi vida laboral) que me he dedicado a la formación de conductores, lo he hecho desde el convencimiento  de que cualquier actividad relacionada con la seguridad vial solo dará resultados positivos si se actúa sobre tres ejes: el saber que hay que hacer, el  saber como hacerlo y el querer hacerlo.
Creo que lo más difícil de transmitir, poner en práctica  y conseguir buenos resultados es todo aquello que pivota sobre el tercer eje. Un joven, por ejemplo, no hace el stop, no porque no sepa el significado de la señal R-2, ni tampoco porque no sepa como hacerlo, sino porque, por algún motivo que se nos escapa, no quiere hacerlo. Podríamos poner infinidad de ejemplos.

Las autoescuelas  tradicionales, no solo las de España sino las de la  mayoría de países de la UE han seguido el siguiente aserto: no se enseña lo que no es evaluado. Y los contenidos del tercer eje como las actitudes, las ideas, las creencias, las emociones, la solidaridad con los más vulnerable, los factores de riesgo, las medidas preventivas (de esto último se daba información, pero es insuficiente), etc., como no se evalúan, no se han trabajado. Y lo cierto y verdad es que debido a ello ha habido un déficit  en la formación de conductores y conductoras en todo  aquello que desde nuestra modesta opinión se mueve en torno a ese susodicho tercer eje.

No se trata, en este curso presencial, de incrementar los conocimientos, las destrezas o las aptitudes. Se trata de subsanar ese déficit que viene arrastrando la formación tradicional intentando  incrementar la sensibilización de los conductores sobre los riesgos de la circulación vial. Y la manera más eficaz de conseguirlo, mientras no se demuestre lo contrario, es la “educación presencial”.

La autoridad de competencia no lo ve así, y cree que la presencialidad es una restricción injustificada que no contribuye al fomento de la competencia de los mercados. (¿?)

Sobre la exigencia de que la formación (yo hubiera dicho educación)  sea presencial, la consejera que formula su voto particular dice: (…) tiene un efecto negativo sobre la competencia en el sector, en la medida en que con ella se favorecen los modelos de negocio presenciales respecto de los modelos on line en este momento existentes. La nueva exigencia genera por tanto discriminación de unos modelos de negocio respecto de otros. Además, la presencialidad supone necesariamente un encarecimiento de los costes para los estudiantes que de un modo u otro se repercutirá en el costo del producto final.  Las autoescuelas han repetido una y otra vez que no tiene por qué ser así y que no será así.

 Y sigue diciendo:

-  Sin embargo no puede considerarse acreditado que la presencialidad sea necesaria para alcanzar el objetivo de protección de la seguridad vial.

- Las referencias que se recogen en la MAIN al contacto directo entre profesor y alumno como instrumento facilitador de la expresión corporal de sensaciones y de intercambio de opiniones pueden no ser cuestionables. Sí lo es sin embargo, en opinión de esta consejera, que tal manera de interacción sea imprescindible (necesaria) para alcanzar los adecuados niveles de protección de la seguridad vial. Tal afirmación sería equivalente a asumir que los cauces no presenciales de formación no sean adecuados para alcanzar el objetivo pretendido lo cual ha sido rebatido por la academia y resulta contrario precisamente a los avances de la digitalización en la enseñanza no solo de conocimientos sino de aptitudes y capacidades.

Y para reforzar esta argumentación nos remite a los diferentes Organismos y Entidades que imparten cursos on-line sobre seguridad vial.

Con todo respeto, me parece una argumentación bastante pobre, por no decir otra cosa que me la guardo por respeto. Los cursos a los que nos remite y el que propone la DGT de 8 horas no tienen nada en común. Los objetivos específicos, los contenidos, los  destinatarios, la temporalidad son diferentes.


No seré yo quien ponga en duda la utilidad de las tecnologías digitales para que sean integradas en las estrategias de enseñanza y formación y en los procesos de aprendizaje. Pero sí me parece que para el tipo de educación (que no de capacitación, ni de instrucción ni de formación) del que se viene hablando lo más adecuado es la presencialidad y el contacto directo de los educandos con sus iguales, con el profesor educador y con las víctimas de la violencia vial. 


Como el informe no es vinculante, yo espero que el señor Director General de Tráfico y su equipo sigan adelante por el bien de la seguridad vial.

Por qué no montan un curso presencial las escuelas digitales y que el coste esté incluido en la enseñanza teórica o en la matricula como creo que harán (lo espero y lo deseo) las autoescuelas tradicionales, y así no habrá un sobrecoste y los alumnos (clientes) no salen perjudicados.

¡Todo sea por la seguridad vial y no tanto por el negocio!