¿Alguna vez te
has preguntado por el significado de las letras y los números que identifican
las carreteras de España? N-322, N-521,
N-401, N-320 y tantas otras. Evidentemente esta
numeración no estaba elegida al azar. Responde a una organización lógica de la
red de carreteras que conecta cada uno de los núcleos urbanos. Posiblemente
desconoces que esos tres dígitos, que tanta veces has visto, se deben a unos
criterios que te permiten conocer al verlos por qué parte de España estas
circulando y en qué dirección lo haces.
Pero antes de ir a ello, y para mejor
situarnos, rememoremos unas pinceladas de historia.
El origen
de la red de carreteras con estructura radial centrada en Madrid se lleva a
cabo durante el reinado del reformador ilustrado, es decir, Carlos III. Se ocupó de
que se construyeran en España más de 2.000 kilómetros de vías y se llegaron a
construir más de 600 puentes.
Se
trataba de comunicar Madrid con Andalucía, Cataluña, Valencia, Galicia, Burgos
y Extremadura. Pronto se sumaron las carreteras de Madrid a Francia por Irún y
de Madrid a Badajoz y a la frontera portuguesa.
De aquí damos un
gran salto en la historia y llegamos a principios del siglo pasado,
concretamente a 1926. Era ministro de Fomento el Conde de Guadalorce, Rafael
Benjumea. Durante su mandato se aprueba, mediante un Real Decreto-Ley la
creación del “Circuito Nacional de Firmes Espaciales” (CNFE). Con este, se
pretendía dar respuesta a las demandas del continuo tráfico rodado de
automóviles. Se trataba de crear o mejorar una serie de itinerarios que
conectaran los principales núcleos urbanos y aquellas zonas de especial valor
histórico-artístico. Fue el proyecto que permitió cambiar
el estado de nuestras carreteras. Las mejoras fueron visibles. Se
eliminaron curvas peligrosas, y se peraltaron sus bordes exteriores para
contrarrestar la fuerza centrífuga. Y esto, junto a los nuevos materiales asfálticos,
fue una novedad para los europeos que
nos visitaban, ya que la técnica propuesta
por el Circuito sólo se había aplicado hasta entonces en las carreteras del susodicho Circuito. Debido
a las mejoras introducidas ya era posible alcanzar con un turismo la vertiginosa
velocidad de 65 km por hora.
Desde entonces
se fueron introduciendo cambios que mejoraron
de forma considerable en nuestras carreteras. Pero estalló la guerra
civil y todas las propuestas de progreso encallaron.
El resultado de la guerra fue
desastroso para la estructura viaria española, no sólo por la ineludible falta
de atención y pérdidas causadas por la contienda, sino también por la táctica
empleada por los republicanos de destruir en su retirada todo tipo de
estructuras y accesos viarios.
Pasa la guerra civil y se aprueba el Plan General de Obras Públicas elaborado
bajo la dirección de Alfonso Peña Boeuf, Ministro de Obras públicas del primer
gobierno franquista. Este plan se acompañó de una Instrucción de Carreteras, de
11 de agosto de 1939, sobre normas relativas a la construcción, mejora y
acondicionamiento de carreteras y caminos.
Su primer
artículo clasifica las carreteras en tres grandes grupos: Nacionales,
Comarcales y Locales. Se dispuso que las nacionales habían de tener 9 metros o
más de ancho; las comarcales, 7,5 y las locales 6 metros. Anchuras más que
insuficiente para estos tiempos donde impera, por encima de todo, el automóvil.
Entre las
primeras carreteras, figuran las que unen Madrid y las capitales de provincia
entre sí y con las costas y fronteras. En las comarcales se incluyen la red de
segundo orden que comunican comarcas
importantes por su agricultura, su industria o su comercio. Y todas las demás
carretera así como los caminos vecinales tienen la consideración de locales.
También, se fijaron las normas
adecuadas para la señalización. Se establecieron unos criterios para poner orden
en la desordenada kilométración. Se implantó
un sistema coordinado de numeración en los postes y placas para que el viajero
pudiese saber su situación en la carretera y hacia donde se dirigía sin
recurrir a mapas. El sistema era, para aquellos conductores de los años
cuarenta y cincuenta, y salvando todas las distancia que quieran, como el utilísimo
sistema GPS de ahora.
El fondo de aquellos
postes y placas debía ser rojo si se
trataba de una carretera nacional; verde, si era comarcal, y amarillo, cuando
era local. En el fondo de la placa se inscribía la inicial N, C o L, seguida de
un guión y el número que le correspondiese.
Pero ya va
siendo hora que abordemos el principal motivo de este artículo: el significado
de los números que aparecen en las señales.
El Plan Peña, como se dio en llamarle, mantenía el sistema radial, con seis
tramos que empezaban en la Puerta del Sol (actual km 0). Dividió a España en
seis sectores, que quedaban delimitados por las seis carreteras radiales:
·
N-I Carretera Madrid a Irun (carretera de Burgos).
·
N-II Carretera Madrid a Francia (carretera de Barcelona).
·
N-III Carretera Madrid a Valencia (carretera de Valencia).
·
N-IV Carretera Madrid a Cádiz (carretera de Andalucía).
·
N-V Carretera Madrid a Portugal
(carretera de Extremadura).
·
N-VI Carretera Madrid a A Coruña (carretera de la Coruña).
Los susodichos seis sectores quedaba delimitados por estas seis carreteras
radiales. Mas tarde se asigna el 7 a las carreteras
de Baleares y el 8 a las de Canarias.
Estas zonas
viarias se tomarían como base a la hora de nombrar el resto de carreteras.
Además se divide el mapa nacional en coronas circulares con radios de 100, 200,
300, 400 y 500 kilómetros de distancia de
Madrid. A cada sector de esa corona se le asignó un número determinado que servía
para nombrar a cada una de las carreteras.
Excepto las
susodichas seis carreteras fundamentales que constan de un solo dígito, todas
las demás se numeran con tres dígitos. Cada uno ofrece una información en base a
unos criterios:
-
El primer dígito hace referencia a la zona o sector donde tiene su origen la carretera ( del 1 al 6).
-
El segundo, a la zona de la corona concéntrica en la que esta la carretera. Hace referencia al radio del circulo correspondiente a la distancia a Madrid.
-
El tercer dígito
depende de si la carretera es radial (en cuyo caso sería un número impar) o
transversal (que vendría indicada por un numero par. El cero se considera par).
Como los caminos
son largos para situar cualquier punto o lugar de estos se dispones que su kilometraje comience siempre en el extremo que
en su denominación se cite en primer lugar y en forma tal, que los que van del
centro a la periferia, o sea en los radiales, los kilómetros resulten descendiendo
hacia Madrid y los que se consideren como de circunvalación vayan disminuyendo
siguiendo la dirección dextrorsum. El sistem servía también para las carreteras locales y comarcales.
Hay que apuntar que
las islas tenían un sistema propio, con una numeración específica para cada
isla. Así, las carreteras de Baleares comenzaban con el número 7 y las Canarias
con el 8. La segunda cifra correspondía a una isla concreta y la tercera a si rodeaba
la isla o era una carretera radial.
Veamos algún ejemplo de numeración
de carreteras que nos pueda hacer comprender mejor este galimatías.
Carretera nacional N-322:
La carretera
nacional N-322, de Córdoba a Valencia determina su numeración de acuerdo al
siguiente procedimiento
-
El primer dígito nos
dice que discurre por el sector 3.
-
El segundo dígito, el 2, que arranca de la corona circular
entre 200 y 300 kilómetros de Madrid. Córdoba dista de Madrid en línea recta 296.06 km aunque
para llegar haya que recorrer 396 km por carretera.
·
Por último, el tercer
dígito, también 2, que es número par nos indica que es una carretera de circunvalación
que arranca de la zona 32.
Veamos otro ejemplo, carretera nacional N-521:
La N-521, de Trujillo a Portugal por Cáceres,
determina su numeración de acuerdo con el siguiente procedimiento:
·
Discurre por el sector
5 (primer dígito 5).
·
Nace en la corona
entre 200 y 300 km de Madrid. Trujillo está a unos 250 km (segundo dígito 2).
·
Es una carretera de
dirección radial (tercer dígito impar 1).
Hace
unos años, callejeando por Palma me encontré con este poste kilométrico. Estaba
incrustado en la fachada de una vivienda de la calle Aragón. Le hice una foto.
Estos postes llamados también mojones eran de los objetos más representativos de nuestras carreteras a lo largo y ancho de la geografía española en
los años cuarenta y cincuenta del
siglo pasado..
No
hace mucho que volví a pasar por el mismo lugar y ya había desaparecido. Este
poste pertenecía a una carretera comarcal de nivel estatal. Su nombre estaba
formado por la letra C, que indicaba que era una carretera comarcal y por el
número 713 que era el número que recibía según el orden de nomenclatura de las
carreteras de España. El primer dígito (7) era por estar en el archipiélago
Balear, el segundo dígito (1) por estar
en la isla de Mallorca y el tercer dígito (3) por ser radial. Hoy su
nombre es: Ma-13A