martes, 17 de julio de 2018

CONCLUYE EL INFORME DEL ACCIDENTE DE UN VEHÍCULO AUTÓNOMO EN EL QUE MURIERON DOS JÓVENES EN EEUU


Parece que el futuro de la movilidad personal está en el  vehículo autónomo,  entendiendo por tal aquel que es capaz de emular las capacidades humanas de manejo y conducción (Rahul Sakthankar).

Un vehículo autónomo puede ser un turismo o un autobús, un camión u otro formato que se llegara a inventar. Ha  de disponer de un sistema de guiado que le permita ir de un lugar de partida a otro de llegada, eso sí, haciéndolo de forma autónoma y sin que intervenga un conductor humano.

Parece ser que no se consideraría vehículo autónomo aquellos que se controlen a distancia mediante sistemas de radio-control.

Tienen la pretensión, sus inventores, de prescindir de un conductor. Parece que esto está superado, pero parece que tienen algo más complicado el lograr la seguridad vial absoluta, es decir, la ausencia total de accidentes.


De los periódicos

Texto publicado en: https://www.20minutos.es

El informe del accidente en el que murieron dos jóvenes en EE UU concluye que el Tesla iba a más de 180 km/h.
 Los accidentes causados por vehículos autónomos aumentan el temor en EE UU.

 El accidente de coche del pasado mayo donde dos jóvenes perdieron la vida en un Tesla Model S puso en el punto de mira a las baterías de estos modelos. En el accidente murieron el conductor, Barrett Riley, de 18 años, de Fort Lauderdale, y su copiloto, Édgar Monserratt Martínez, de 18 años, venezolano residente de Aventura.

El Tesla se estrelló contra una pared y se incendió en el acto y los chavales no pudieron salir. Este accidente era el segundo caso de una batería de un Tesla que se encendía tras un accidente. En este, además, las baterías se reavivaron cuando ya se había apagado el fuego. Sin embargo, Tesla sostiene que sus vehículos son diez veces menos propensos a incendiarse que otros automóviles. Ahora, semanas después, el informe de este accidente concluye que el coche, en el momento fatídico, era conducido con exceso de velocidad (180 km/h). Usando datos de los sensores internos del Tesla, los investigadores encontraron que el conductor pisó los frenos justo antes del impacto, pero no hubo tiempo suficiente para reducir la velocidad.




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