El
conflicto laboral más extenso en el tiempo de un sector en España está lejos de
solventarse (al menos mientras escribo este post). Parece que no se vislumbra
la salida de ese túnel tan larguísimo en el que ha entrado.
El Comité de Huelga publica un comunicado, fotocopia
de la nómina de un examinador incluida, en el que saca, cuanto menos, los colores al
Director de Tráfico y a sus más inmediatos colaboradores en este conflicto.
“Un gestor público — dice el comunicado — no debe
mentir ni engañar, el Sr. Serrano bien lo sabe por lo sucedido nada más tomar
posesión del cargo de director, pero si lo hace por desconocimiento, algo que
no descartamos, es también muy grave y no debería estar en su puesto ni un
minuto más”.
“Durante estos 5 meses de huelga — sigue diciendo —,
el comité ha formulado 4 propuestas por escrito y la DGT una verbal que el
colectivo votó un “no” rotundo. (…) Un director que se precie, ante la grave
crisis con una huelga de más de cinco meses, no debería levantarse de la mesa
de negociación hasta conseguir una solución para los ciudadanos y sus funcionarios,(…)”.
Supongo que en la solución para los ciudadanos están incluidas
las autoescuelas, ¿o no?, ¿y por qué no se mencionan de manera explicita?
“Este comité — acaba diciendo el comunicado — exige negociar
con gestores que sean capaces de resolver este conflicto y no con aquellos que
solo saben agravarlo”.
Los aspirantes en estos momentos al permiso solo
tienen que tener algo más de paciencia, pero acabarán obteniéndolo. El retraso
siempre será un mal menor, salvo para aquellos que no hayan podido optar a un
puesto de trabajo. Los examinadores perderán parte de su salario, pero nunca el
puesto de trabajo. Otro mal menor. Pero… y la autoescuela, ¿qué pierde?
Sin lugar a dudas, la parte que más pierde es la
autoescuela. La prueba es que algunas han cerrado, han muerto de inanición.
Otras se están debilitando tanto que de no solventarse pronto el conflicto
acabarán corriendo la misma suerte. Y las que queden arrastraran las pérdidas
durante mucho tiempo.
Ya lo ha advertido el portavoz
socialista en materia de Seguridad Vial, Pablo Bellido, esta huelga está arruinando a las autoescuelas y
fastidiando a 140.000 aspirantes que no han podido examinarse. "Resolver el problema, pues, cuesta una cuarta
parte de lo que ya le ha costado en ingresos por tasas al Estado", ha indicado
el Sr. Bellido.
Según cálculos del PSOE, las autoescuelas han
acumulado unas pérdidas de unos 30 millones de euros y el Estado ha dejado de
recaudar unos 15 millones de euros.
Y mientras la situación económica de las autoescuelas
se agrava por días, me llegan noticias de que un Vicepresidente de CNAE, que al
igual que el presidente, se está eternizando en el cargo, se ha desplazado, junto
con el Gerente, a Bogotá (Colombia) con el fin de explorar las posibilidades de
invertir en Centros Privados de Exámenes de este lejano pais. Parece ser que
hoy por hoy, Bogotá es una de las
ciudades más competitivas para hacer negocios en América Latina.
La inversión estaría por encima de los doscientos millones de las antiguas
pesetas. Inversión nada desdeñable en un
país donde el salario mínimo del personal no cualificado está en una
horquilla de 210 a 220 euros aproximadamente y el del personal cualificado (administrativos) viene a ser de
350 euros. Y a eso bajos salarios hay que añadir un costo social, también, muy
bajo.
Colombia, al día
de hoy, no tiene un sistema de exámenes de conducir independiente de los
Centros de Enseñanza Automovilística (Autoescuelas) como el que existe en España
y otros países de la UE, ni públicos ni privados. Son los susodichos centros los
que realizan las pruebas previas (exámenes) a la emisión del certificado de aptitud.
Y
continuarán haciéndolo hasta que entre en vigor
la nueva regulación de contenidos de formación basados en “mallas” curriculares
que ha de presentar la Agencia Nacional de Seguridad Vial de este país. Las
citadas “mallas” responderán a dos preguntas básicas: ¿Qué debe saber y saber
hacer el futuro conductor? ¿Cómo y con qué va a adquirir el conductor ese saber
y ese saber hacerlo?
Parece ser, en opinión de los informadores desplazados a Bogotá, que sería
“una oportunidad estratégica de negocio en otro país, pero dentro de la
actividad y fines de CNAE, ya que está absolutamente referenciado a nuestro
sector de la Seguridad Vial”. Todo esto da que pensar, ¿verdad?
¿Qué debe pasar por la mente de todos esos titulares de pequeñas autoescuelas que han tenido que
cerrar o despedir a algún profesor?
Así las cosas, vemos que todo lo que está ocurriendo es un claro ejemplo de
una conjunción de intereses, todos ellos ajenos al interés de las autoescuelas y
de los ciudadanos, y que hace bueno, respecto a la autoescuela, aquel antiguo
proverbio que dice: “Entre todos la mataron y ella sola se murió”.
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