Seguro que los perpetuos, perdurables y casi fijos miembros de la cúpula dirigente
de CNAE, desde hace un “porrón” de años, consideran la segunda semana del presente
mes de septiembre una de aquellas que desearían
borrar cuanto antes de los registros de su memoria.
De un tiempo acá es constante el chorreo continuo de malas noticias sobre la entidad y que, de
paso, dejan en mal lugar a la profesión porque van mermando poco a poco su
credibilidad dada la propensión que tenemos
los españoles a generalizar.
Hace pocos meses fue el presunto amaño de la concesión
de los cursos. Ahora, ha sido una noticia generada en Hellín (Albacete): La Asociación
Nacional de Empresas de Transportes, Transportave, con sede en Hellín, ha
denunciado ante la DGT y el Ministerio del Interior un presunto fraude en relación
con los cobros en los cursos de recuperación de puntos del carnet de conducir
para transportistas.
Y
últimamente y por aquello de que “éramos pocos y parió la abuela” aparece en el
número 515 de la Revista Auto Bild un demoledor reportaje sobre la manera de
impartir un curso de “Sensibilización y
Reeducación Vial”.
El pasado sábado, día 10, pasé a ver a mi quiosquera, y antes de
comprarme el periódico eché un vistazo a
la zona de las revistas. En el barrido visual que hice detuve la mirada en la portada de Auto Bild y vi el sugerente subtitulo: ¿El chiringuito de la DGT y de la Confederación de Autoescuelas?
ió
Mi amable quiosquera, como cada día, al verme llegar cogió un ejemplar del montón del periódico que compro a diario, pero yo
opté por cambiarlo por la revista y vi que arrugó el entrecejo cuando sólo le
entregué el importe de la misma. La paga de jubilado no da para el diario y la
revista, le dije a modo de excusa. La verdad es que la mayoría de jubilados tenemos que ceñirnos a un estricto presupuesto mensual.Esa mañana me tocaría ojear mi diario favorito en mi cafetería habitual delante de una taza de un aromático café. La compra de la revista no me iba a impedir la lectura del diario.
En el reportaje del semanario AUTO BILD se hacen
afirmaciones bastantes graves (gravísismas a mi entender) que no dejan en buen lugar a la autoescuelas,
bueno a una en concreto de las que imparten estos cursos, pero ya se sabe, la
gente, cuando pasan cosas así, acostumbra
a poner a todas de manera injusta en la misma cesta.
El reportaje, en sus páginas interiores, lo titulan:
LA
“GUERRA SUCIA” DE LAS AUTOESCUELAS. Ya es llamativo
que los asociados levanten una guerra contra aquellos que los tienen que
representar o los representados contra sus representantes.
La CNAE, se supone que es el Organismo que debería y debe representar los intereses de todos sus asociados. Pero parece que no es así, que sólo defiende sus propios intereses y los de unos pocos asociados. Como bien se dice en una carta abierta de la Asociación de Madrid, la Confederación Nacional lleva, desde hace unos años, gestionándose como si de una Entidad mercantil se tratara, anteponiendo un afán recaudatorio a la labor gestora en defensa y mejora de los Centros de Formación (autoescuelas) para lo que fue creada allá por los años sesenta.
La CNAE, se supone que es el Organismo que debería y debe representar los intereses de todos sus asociados. Pero parece que no es así, que sólo defiende sus propios intereses y los de unos pocos asociados. Como bien se dice en una carta abierta de la Asociación de Madrid, la Confederación Nacional lleva, desde hace unos años, gestionándose como si de una Entidad mercantil se tratara, anteponiendo un afán recaudatorio a la labor gestora en defensa y mejora de los Centros de Formación (autoescuelas) para lo que fue creada allá por los años sesenta.
Al parecer, un miembro del equipo de AUTO BILD se coló, bueno, al parecer participó (supongo que a modo de espía) en uno de estos cursos en una autoescuela de Madrid.
Tomó buena nota de todo lo que allí se
dijo y se hizo y luego lo ha publicado en la susodicha revista.
En el reportaje se cuestiona la utilidad de los cursos:
¿SIRVEN DE ALGO LOS CURSOS?
Aunque en las encuestas oficiales que maneja CNAE el grado de
satisfacción se acerca al 100%, según la encuesta publicada por la revista
“‘Tráfico” de la DGT, el 84% de quienes dicen haber asistido a un curso de
recuperación de puntos manifiesta que estos no sirven para nada [...].
La profesora — sigue diciendo —dejó que más del 50% del tiempo se pasara en charlas frívolas con
afirmaciones tan poco reeducadoras como “el [radar] Pegasus está haciendo mucho
daño”, arremetiera contra las bicicletas alentada por los chascarrillos de los
alumnos o debatiera sobre semáforos y radares que están situados solo “para
pillar” [...]
Cuenta que
durante uno de los descansos, la propia profesora llegó a cuestionar el sistema
de inspección técnica de vehículos y las revisiones de los centros médicos.
Según la revista, la profesora llegó a afirmar que su padre, a pesar de padecer
Alzheimer, pasó las consabidas pruebas para renovar el permiso y sigue
conduciendo.
“El curso — continua —me ha parecido una
tomadura de pelo, frívolo e insuficiente. Más del 50% del tiempo se ha
dedicados debates estériles, chascarrillos y conversaciones ‘de tasca’ entre la
profesora y los alumnos, sobre temas triviales y fuera del objetivo que se
presupone -la sensibilización en el cumplimiento de las normas de tráfico para
evitar accidentes […].
Pero no para ahí la cosa y sigue diciendo
que el temario no se impartió al cien por cien; el material de apoyo son diapositivas
y videos de campañas de la DGT, muchas de hace veinte años.
Cuenta el sagaz reportero que la
profesora llegó a decir que los libros debían estar sobre la mesa, aunque no se
utilizaran. Y junto a ellos el DNI, por si había inspección. Había que cuidar
las formas, aunque no importara mucho el fondo...
El autor del
reportaje aprovecha lo manifestado por la profesora sobre la renovación del
permiso de conducir de su padre para poner en solfa la preparación de los profesores que imparten estos cursos:
El hecho de que ella no solo no lo denuncie sino que presuma de
ello en este foro, llama la atención, sise tiene en cuenta que quienes imparten
estos cursos no son profesores de autoescuela “normales”, sino que han tenido
que recibir una formación específica que imparte el Instituto de Tráfico y
Seguridad Vial de la Universidad de Valencia en la sede de CNAE.
Y yo digo: es una vergüenza el
comportamiento de esta profesora; es una vergüenza que el director de la misma
lo permita; y es una vergüenza que no lo impidan ni la CNAE, ni la DGT. Todos son culpable “in vigilando”.
Pero no es menos verdad que no se puede generalizar porque hacerlo siempre es
injusto. Conozco, y seguro que todos conocemos, excelentes profesores y
profesoras que están muy lejos del comportamiento de la profesora aludida en el
reportaje, otra cosa es el sistema.
Ante tan lamentable coyuntura me viene a
las mientes lo de cada pueblo tiene el gobierno que se merece, o… cada asociación
tiene la junta directiva que ha elegido.
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